Cheche Alara, el argentino detrás de la música de los Grammy
El pianista, que tocó con Stevie Wonder, Barbra Streisand y Christina Aguilera, entre otros, es el responsable de musicalizar la ceremonia de los máximos galardones de la industria, que se entregarán una vez más este domingo
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Un tema de Soda Stereo, un tema de Sumo, un tema de Los Palmeras. Cualquier espectador de oído curioso podrá haber detectado referencias a la música argentina en las últimas entregas de los premios Grammy. Y habrá estado en lo cierto. La explicación: desde hace cuatro años hay un argentino detrás de la música que suena en la ceremonia de premios más importantes que tiene la industria de la música. Se trata de Ezequiel “Cheche” Alara, director musical de la banda que musicaliza la sección que se transmite por streaming y en la que se entregan cerca de 80 premios.
“Este año la pandemia nos obligó a repensar todo”, cuenta Alara en videollamada desde Los Ángeles, rodeado de consolas y computadoras de su estudio personal. “Va a ir todo grabado, así que nos enfocamos en la música con los artistas invitados, pero lo que en un año normal suena de fondo mientras los músicos suben al escenario a recibir su premio se toca en vivo, esta vez es música que ya existe y eligió la productora del evento”. De todos modos, su tarea no es sencilla en esta oportunidad. El pianista, compositor y arreglador decidió que para esta ocasión iba a poner el foco en momentos específicos y uno de ellos será el tema de apertura: una reversión de “Mercy, Mercy Me” (clásico de Marvin Gaye) para la que más de treinta músicos grabaron sus partes por separado y le mandaron de manera virtual. Gustavo Santaolalla, Gregory Porter y Kamasi Washington son algunos de los artistas más conocidos que hicieron su aporte.
De la banda estable que en otros años ronda los 20 integrantes, esta vez el personal se redujo a la mitad, entre los que se destacan Vinnie Colaiuta (ex baterista de Joni Mitchell y Frank Zappa, por ejemplo) y Leland Sklar, legendario bajista de Phil Collins. “En condiciones normales, es un show muy demandante, pero que nos encanta hacer, son tres horas de música sin parar ni un segundo”, cuenta Alara. “Esta vez se parece más a la grabación de un disco que a un show en vivo, fue mucha preproducción, armar las maquetas, coordinar las sesiones y trabajar en la mezcla, todo se resolvió antes”. Pero este domingo, Alara va a estar involucrado también en la transmisión, como supervisor de todo lo que tenga que ver con el sonido durante la ceremonia. “Mi objetivo es que los ganadores sientan que tuvieron la fiesta de siempre, ellos no tienen la culpa de este contexto y se merecen tener un momento inolvidable”.
De hecho, Cheche Alara ha estado en los Grammy como ganador. Entre su currículum interminable figura haber sido productor, arreglador y conductor de Musas Vol. 1 y Musas Vol. 2, de Natalia Lafourcade. Pero su historia comienza muchísimo antes. Cheche Alara, de 47 años vivió en Buenos Aires hasta los 18. Comenzó a tocar el piano gracias a las clases de una tía abuela y para el secundario ya estaba tocando en la bodega del Café Tortoni con la Creole Jazz Band. Para ese entonces, ya llevaba años estudiando con Manuel Fraga. “Es el maestro de mi vida, aún hoy”, sintetiza Alara. Antes de emigrar, fue pianista de Mariquena Monti y también de la primera versión del musical Drácula, que se estrenó en el Luna Park.
En 1992, una beca lo llevó a Boston para estudiar en Berklee y a los tres años otra beca lo depositó en Los Ángeles, donde reside actualmente. Pasó años tocando en bares, fiestas de casamientos y clubes de jazz hasta que le llegó el momento de quiebre. “En 1999 me llamaron para una audición de pianistas para una cantante: Christina Aguilera”. Allí vio desde primera fila cómo se gestaba un fenómeno pop de masas. “Audicioné en junio cuando nadie sabía quién era y a los dos meses me llamaban mis amigos de Argentina para decirme ‘Che, estás tocando con Christina Aguilera”.
A partir de entonces, las puertas del mainstream se abrieron definitivamente para Alara. El grupo que abría los conciertos de Christina Aguilera era Destiny’s Child y ellas también terminaron por contratarlo. Si ya había visto explotar el fenómeno Aguilera, ahora veía la prefiguración de una de las artistas populares más importantes del siglo XXI: Beyoncé. “Te dabas cuenta que tenía la magia que la hacía distinta”, cuenta Cheche Alara. “Tenía algo especial, la veías y te dabas cuenta, y lo mejor de todo era que no buscaba sobresalir por encima de sus compañeras, siempre era parte del grupo”.
Hasta allí, Alara era pianista. A partir de Alejandro Sanz, se convirtió también en director musical. Ese rol ocupó para el MTV Unplugged del cantante español. Allí el panorama se abrió aún más. Barbra Streisand, Stevie Wonder, Michael Bolton y Mike Patton son nombres que salen de la boca de Alara con total normalidad, aunque es consciente de la importancia de cada uno. “A veces eld esafío es no emocionarme de estar tocando con ellos y concentrarme en el trabajo”, se ríe. “Pero por momentos no puedo creer estar tocando a dos pianos con Stevie Wonder o ser testigo de la magia de Barbra Streisand, lo importante es disfrutar de todos”.
Cuando Cheche Alara tiene que contestar por qué llegó a tocar con todas estas figuras de la música internacional, responde: “Creo que hay algo del gen argentino, tenemos una formación distinta, acá tenés a alguien que se especializa en algo muy puntual y es el mejor en eso, nosotros somos más eclécticos, fuimos formados para resolver cosas y eso hacemos. Me involucro al 100% con cada trabajo que tengo y me propongo llevarlo a un nivel superior. Tenés que ganarte la confianza de los artistas para que confíen que podés hacerlos mejores”.
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