Charly García hace historia en Nueva York: la esquina que llevará su nombre, los 40 años de Clics Modernos y quién es el argentino que tuvo la iniciativa
Este lunes quedará inaugurado el Charly García Corner, el lugar en pleno Chinatown neoyorquino donde Uberto Sagramoso lo retrató para la tapa de su segundo disco solista
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“Charly está contentísimo, está escribiendo desde Buenos Aires”, cuenta Fernando Samalea desde Nueva York. Este sábado dio una charla en el Central Park a la que asistió un grupo de argentinos que vive en la Gran Manzana. La actividad es una de las previas a la gran celebración: la inauguración del Charly García Corner, la esquina donde el genial artista fue retratado para la tapa de Clics Modernos, el álbum que este domingo cumple 40 años.
Charly García salió a caminar por las calles de Nueva York con un viejo conocido, el fotógrafo Uberto Sagramoso, que en el país había trabajado para la revista Expreso Imaginario y que, exilio mediante, vivía allí desde 1979. Su idea era encontrar la locación perfecta para la tapa de su próximo disco. Ya tenía las canciones, ya tenía la nueva estética, vinculada a la new wave y ya tenía el título, Nuevos trapos. Pero algo pasaría esa tarde de 1983 que provocaría un “clic” en la cabeza del músico que ya se había plantado como solista con el soberbio Yendo de la cama al living.
Mucho antes, muchísimo antes de cambiar la piel y convertirse en Say no More, el autor de “Yo no quiero volverme tan loco” ya se mostraba cercano al floreciente arte callejero del grafiti. Su idea era bien concreta: pintar él una pared neoyorquina con la frase Nuevos trapos y que el registro de ese instante se convierta en la tapa de su segundo álbum solista. Pero la Gran Manzana escondía otra locación que impactaría y modificaría la idea inicial.
“Tenía muy en claro que quería una foto de él con aerosol pintando en una pared el que sería el título de su álbum. Era el comienzo incipiente del street art en Nueva York, una ciudad muy diferente a la de hoy, picante, bastante oscura y estaba empezando a explotar todo eso. Se sacó esa foto y como en esa época el mundo era analógico y la cámara tenía rollo, le quedaba espacio al fotógrafo para sacar algunas imágenes más”, cuenta Mariano Cabrera, el ideólogo del proyecto que este lunes se materializará como Charly García Corner, la esquina neoyorquina en la que Charly se sacó la foto que fue a parar a la tapa de Clics Modernos.
“La tapa del disco era otra foto que sacamos unas cuadras antes. Cuando nos íbamos de ese callejón, vimos otra esquina en diagonal y también nos gustó, entonces tiramos unas fotos allí. Al final, cuando revelamos nos dimos cuenta de que esas eran mucho mejores y Charly, sobre la marcha, también decidió cambiar el nombre del disco”, cuenta Sagramoso.
Vaya paradoja, la fotografía arrojó toda una revelación. La frase Modern Clix, que tiempo después Charly supo que era el nombre de una banda punk del under neoyorquino y el “Shadowman” (esa sombra negra y amenazante que “escupía” la pared, obra de Richard Hambleton), que él vio parecido a las imágenes que simbolizaban los desaparecidos en la Argentina durante la dictadura que estaba viviendo sus últimas horas. “Él le dio una interpretación diferente, porque Modern Clixs no significa Clics modernos”, agrega Cabrera. Pero esa esquina cualquiera en pleno Chinatown optó por llamarse a silencio durante casi cuatro décadas. Ni Charly ni Sagramoso tomaron nota de la ubicación exacta y en ninguno de los tantísimos viajes que el músico haría después a su ciudad norteamericana favorita se volvió a topar con ella.
“Yo trabajo desde 2015 en Nueva York. Vivo en Buenos Aires y viajo varias veces por año porque tengo escuela de actuación acá y allá. El año pasado, el 13 de junio -me acuerdo la fecha exacta porque es mi cumpleaños- salgo de dar clases, obviamente tenía el celular apagado y cuando lo prendo me entra un mensaje de un amigo que me dice: ‘¿Te enteraste que apareció la esquina donde Charly se sacó la foto para la tapa de Clics?’. No sabía nada, pero le pedí que me pasara la dirección. Me meto en Google Maps para ver cuán lejos me quedaba y me di cuenta que estaba a 20 minutos en metro. Decidí ir y mientras viajaba pensaba que iba a tener que estar un buen rato tratando de descubrir cuál de las cuatro esquinas era la correcta, porque después de 40 años no debía quedar ningún vestigio. Mi sorpresa fue mayor porque ni bien estaba llegando divisé la esquina exacta. Estaba exactamente igual que hace 40 años. Es la esquina de Walker St. y Cortlandt Alley. No tuve más que sacarme la foto correspondiente, cholulear con mis amigos, mandárselas y después me quedé un buen rato colgado ahí, pensando en que no podía quedar simplemente en haber encontrado el dato y que un grupo mínimo de gente que supiera que esa era la esquina lo disfrutara”.
Reconocido coleccionista de objetos, juguetes y todo tipo de memorabilia que remita a la infancia de las décadas del 60, 70 y 80, Cabrera fue uno de los hacedores del grupo que se dio en llamar Operación Fideos con Manteca. Por eso no extraña su respuesta cuando se le pregunta por el instante en que conoció la música de Charly y empezó a hacerse fan de ella: “Yo pasé de Carlitos Balá a García, como muchos en esa época”.
Una vez descubierto el “corner” en cuestión, Cabrera empezó a idear un ambicioso plan con el apoyo del consulado argentino en la Gran Manzana, a cargo de Santiago Villalba. “Días después volví a Buenos Aires y empecé a preparar un proyecto completo, no solo un petitorio para que a esa esquina se la nombre como Charly García, sino un trabajo con la historia de quiénes habían pintado la pared y comentando la coincidencia que tiempo después, en unos pocos meses, entrábamos en los 40 años de Clics Modernos, por lo que era una fecha ideal para que esto pudiera suceder. Volví a Nueva York, pero yo no conocía a nadie de la administración actual, sí de la anterior. Me contacto, me presento y empiezo a trabajar codo a codo con el consulado, ellos con todo lo que tiene que ver con autorizaciones de la ciudad y yo con la parte operativa y con el contacto con el hotel, porque la pared de la tapa pertenece a un hotel”.
Para no quedarse solo en la inauguración formal que tendrá lugar este lunes y que, tras el acto protocolar contará con un breve recital de algunos de los “aliados” de Charly, como Hilda Lizarazu, Fernando Samalea, Fabián “Zorrito” Quintiero, Alfi Martins y los chilenos Kiuge Hayashida y Toño Silva, Cabrera planificó otras actividades para los fans de Charly: la mencionada charla de “Sama” en el Central Park y walking tour. “Me enteré que mucha gente iba a viajar de Argentina y de distintas partes de Latinoamérica para la inauguración de la esquina, así que pensé que semejante viaje y semejante hecho cultural ameritaba sumarle actividades para que sea un lindo finde. Primero surgió la charla de Samalea y después la idea de un walking tour, al que le puse ‘Huella en el fanky’, para recorrer las distintas locaciones del videoclip que Charly filmó en esta ciudad. De repente entraron a caer confirmaciones de músicos que venían y lo enganché al Zorrito y a Alfi Martins, que fueron coprotagonistas del video, así que los sumé como guías invitados. Y también va a estar Alex Pels, el director del video, que vive en Miami”.
La ceremonia empezará a las 11 hora de Nueva York con la presencia del cónsul y de otras autoridades argentinas en Nueva York. “Primero vamos a cumplir con lo diplomático y con la inauguración oficial de la esquina”, cuenta Cabrera y añade: “Se va a descubrir una placa sobre la pared, será nombrada oficialmente como Charly García Corner y como todas las esquinas y actividades oficiales de la ciudad se va a colocar en el poste la señal verde con la leyenda Charly García Corner. Después sí el pequeño concierto de los músicos de distintas formaciones de Charly y, finalmente, una recepción para invitados en el consulado”.
La esquina escondida en pleno Chinatown
Está claro que después de la foto de tapa y de todas las que Sagramoso “disparó”, Charly nunca más volvió a pasar por esa esquina. Tampoco recordó dónde había sido y así el “corner” quedó como un tesoro oculto, uno que tardaría casi cuatro décadas en revelarse. “Lo increíble es todo lo que se supo luego de que hiciera esa foto y que la utilizara para la tapa de Clics modernos. Por ejemplo, el que pintó en la pared las palabras Modern Clix fue el cantante del grupo, Alan Power. La traducción literal de esas palabras es clicas modernas. Clicas es muy utilizado en el idioma gangsta; viene a ser Pandillas modernas. Charly hizo un pequeño cambio y poéticamente lo emparentó con el clic de la cámara de fotos que estaba retratando una nueva modernidad. Recordemos que en ese momento él se había cortado el pelo, había empezado a comprar máquinasy así empieza el disco: pum ke tum booin”, repasa Cabrera.
El Zorrito Quintiero coincide con Cabrera y aporta más datos de aquella etapa clave en la carrera solista de Charly, cuando en lugar de seguir con la inercia de su exitoso primer disco optó por un cambio rotundo. Al contrario de lo que había dicho y cantado con Seru, no se contentó con ser parte del mar sino que prefirió tirarse de cabeza a las nuevas olas. “Charly cambió su imagen en esa época, pegó todo un giro y tomó la decisión de viajar solo a Nueva York a grabar el álbum. Después se acercó Pedro (Aznar), pero Charly arrancó solo con la batería electrónica, la Roland TR-808. Es un disco que corta en dos la historia musical de Charly”.
“Gozar es tan necesario mi amor, gozar es tan diferente al dolor”. Como tantas otras veces, Charly García expresaba como pocos –como casi nadie- el clima de su época. En la cuenta regresiva para el tan esperado regreso de la democracia, el artista del bigote bicolor sentaba las bases de lo que estaba llegando: la dicha en movimiento, como llamaría Los Twist a su primer disco, también de la época y también con el sello de García, en este caso como productor.
“Llegué a Nueva York hace dos meses. Vine a comprar nuevos instrumentos. Estuve diez días y me fui a Los Ángeles, donde están Pino Marrone, Pedro Aznar, Gustavo Santaolalla ... Ahí me picó el bichito de quedarme a vivir una temporada en Estados Unidos. Y aquí estoy. Me moviliza el afán de participar, de integrarme a los movimientos artísticos de Nueva York. No por la vía de las grabadoras, sino tocando en pubs, con grupitos y esas cosas. En síntesis, vine a empezar de nuevo. Además, quería aislarme de lo que en Buenos Aires me estaba asfixiando. Porque los músicos que tienen algún suceso, como me pasó a mí, tienen dos opciones: o seguir a toda máquina, o cortarla y tratar de cambiar. Yo decidí cambiar, estar en un lugar donde nadie me conoce, donde puedo tocar gratis en una plaza si se me canta. Tengo un inmenso escenario a mi entera disposición y todas las horas del día y de la noche. El escenario se llama Nueva York”, escribía Charly de puño y letra por aquellos días, cuando sentía que estaba dando un pequeño paso para el hombre pero uno muy grande para el rock argentino.
El primer impacto de Clics modernos, desde ya, provocó que el ala más conservadora del rock local pegara el grito en el cielo. Pero la radio empezó a hacerse eco de “Nos siguen pegando abajo”, “No me dejan salir” y, por supuesto, “Los dinosaurios”, una canción que Charly inicialmente no había compuesto pensando en esos dinosaurios que estaban a punto de desaparecer, los de la última dictadura militar, sino en el hecho de que prefería moverse libremente, sin “estar atado a nada”. Como él mismo había dicho: “Yo soy un tipo que se siente bastante sólo y cuando siento que muchas cosas me están agarrando, me siento mal. Prefiero ser una pequeña unidad móvil que se desplaza”.
"Sácame una foto"me dijo Charly en la terraza de la casa de Uberto Sagramoso (NYC) y yo se la saqué #FelizCumpleCharly #ParteDeLaReligion pic.twitter.com/6PAHGW7oKw
— Andrea Julia Alvarez 🥁 (@AndreaAlvarezAA) October 23, 2017
“Agregar una locación oficial es alucinante -se entusiasma Mariano Cabrera-. Además de un regalo para Charly es un regalo para todos nosotros, para todos los amantes de la música de Charly. Como lugar físico, además de Coronel Díaz y Santa Fe, este va a ser el segundo punto de reunión de fans. Va a ser el Abbey Road argentino en tierras foráneas, como le puso un periodista mendocino a la esquina”.
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