CeeLo Green: "La música me salvó la vida"
El autor del hit "Crazy" se presenta hoy en el DirecTV Arena
Ceelo Green tiene 42 años y ya puede mostrar con orgullo más de un logro importante. Culpable de poner a su Atlanta natal en el mapa del hip hop a mediados de los 90 y artífice de hits globales del siglo XXI como "Crazy" y "Fuck You", está a punto de sumar otra cucarda, aunque esta de carácter más personal: tocar por primera vez en Argentina. "Es excitante, pero sobre todo porque nadie de mi banda ni del staff vino antes", se entusiasma del otro lado del teléfono. "Ensayamos mucho para este show, preparamos arreglos nuevos y sumamos ideas, porque sabemos que tenemos que entretener al público".
Con tanto de rapero como de soulman, Ceelo Green se convirtió en una estrella mundial de la mano del productor Danger Mouse, cuando juntos formaron Gnars Barkley, un dúo que explotó la alta rotación de radio y televisión pero también de un formato que se encaminaba a ser la plataforma por excelencia para la difusión de videos: YouTube. "Ya venía de tener éxito en mis discos solistas, así que de algún modo siento que estaba preparado para un suceso semejante", analiza sobre cómo "Crazy" le cambió la vida para siempre. "No cambiaría nada de lo que hice ni de lo que me pasó, siento que me llegó cuando ya tenía la experiencia suficiente para vivir y no limitarme a sobrevivir a tanta exposición".
–Grabaste tu primer disco con Goodie Mob a los 20 años y hasta se creó la etiqueta southern hip hop para definirlos a ustedes y Outkas ¿Cómo manejaron ese ascenso tan repentino?
–Bueno, ser joven en esa época implicaba ser aventurero, determinado pero también muy inocente. No sabías mucho de límites, sólo soñabas con ser músico. Empezar es la mejor parte de tu carrera. Todos estábamos al mismo nivel, teníamos los mismos sentimientos, éramos un frente unificado, una familia. Pasaban muchas cosas en la vida real, se vivía con intensidad y urgencia. Pero así y todo nos divertimos y pusimos a Atlanta en el mapa.
–Sin embargo, surgieron en una época en la que el hip hop vivió una escalada de violencia única. Goodie Mob se desarrolló en los años de los asesinatos de 2Pac y Notorious B.I.G.
–Sí, no podés ser ajeno a las circunstancias que te rodean, lo único que podías hacer era tratar de autocontrolarte. De alguna manera logramos mantenernos enfocados, teníamos un propósito y lo perseguimos. Era difícil siendo adolescentes pero si algo agradezco es haber descubierto la música estando rodeado de gente con las cosas claras. Organized Noise (el sello que los editaba) logró que naveguemos en una dirección específica y que nos mantuviéramos indiferentes a la guerra que se vivía afuera. La música nos salvo la vida, era nuestro foco.
–¿Ya te sentías un adulto cuando te volviste mundialmente famoso con Gnarls Barkley?
–Para ese momento mis álbumes solistas eran disco oro y muy aclamados por la crítica. Y en Gnarls Barkley era el único cantante, así que se puede pensar como una continuación, sin desmerecer a Danger Mouse, por supuesto. Así que se puede decir que ya estaba curtido en esa época, tenía en la cabeza lo que quería para mi futuro. Siempre valoré todo lo que conseguí, vivir de lo que me gusta y ser feliz de profesar mi música. A veces la vida te pasa por arriba y no podés manejarlo. Yo estoy contento de cómo lo resolví.
–En cierto modo, influenciaste a una generación de raperos a incluir elementos del neo soul en sus canciones. ¿Lo sentís de esa manera?
–Creo que sí, que es verdad. Tiene que ver con la inocencia de la que hablabamos, no nos interesaba seguir tendencias ni innovar intencionalmente, pero lo hicimos igual. Queríamos ser nosotros, aspirar a la honestidad y la transparencia. Me interesa proyectar mi identidad en el arte, tanto como sea posible. De alguna manera logramos gobernar todas nuestras voces. Lo de Organized Noise lo tenés que tomar literalmente (en inglés significa Ruido Organizado). Los instrumentos y las voces eran ruidos distintos que necesitaban organizarse y nosotros lo hicimos. Nos alentábamos a ser expresivos, y esa libertad nos permitió explorar nuevos territorios. Eso fue lo que pasó.
–Hoy se habla de Atlanta como una ciudad clave para el hip hop, pero en los 90 parecía que todo tenía que venir de Los Angeles o Nueva York. ¿Te genera cierto orgullo?
–Definitivamente, cuando lo pienso, lo siento como una suerte de logro histórico que además es parte de mi experiencia. Superó el paso del tiempo, es como un documento que ya está y no se puede discutir con el pasado. Es permanente. Entonces, sí creo que que soy uno de los fundadores del southern hip hop, pero también valoro que logramos mantener el nivel. Inspiramos y elevamos la credibilidad del género. En cierto punto se había vuelto menos música y más un producto impersonal, sólo se buscaba alimentar al consumidor. Creo que se trata de buscar el balance. Está bien pensar en la industria, la radio y la televisión, pero esa no puede ser tu única ambición. Si tenés algo para decir, tenés que permitir que esa señal pueda ser transmitida. Estoy muy orgulloso de lo que logramos para poner a Atlanta en el mapa, pero no me conformo con eso ni soy complaciente. No me interesa la mediocridad, quiero que sigamos creciendo como cultura.
–¿Y cuáles son las responsabilidades de un músico negro hoy, en la era Trump?
–Creo que inmediatamente abrís la boca y te escucha alguien, hay una conexión con el mundo en el que vivís. Entonces, hay un cierto tipo de responsabilidad innata, es algo que te fue dado y que te relaciona con tu territorio, tus privilegios, el éxito y las expectativas de hablarle a la sociedad. Cada vez que mostrás tu arte, directa o indirectamente, estás hablando de tu entorno. Negarlo es ignorarlo. Es una suerte de ceguera, de escapismo cool. Pero si elegís eso, tu arte termina siendo frágil, y como no sabés cuánto vas a durar, te terminás convirtiendo en una fórmula para mantener el éxito. Ahí es cuando el éxito te hace silenciar tu voz. Siempre vas a tener oposición, incluso dentro de la industria. Ese es el primer obstáculo político que vas a enfrentar. El éxito, el dinero, la celebridad, eso te hace vulnerable y te prohíbe sostenerte en lo profesional. Eso es lo que hay que enfrentar: tengo plata, suceso, soy célebre... Esas cosas son flacas, te vulneran el carácter y prohíbe que te sostengas profesionalmente. Yo siempre estuve involucrado y lo hice público. Siempre estuve interesado en el arte y la información, en hacer que ambas cosas convivan. Pero tampoco creo que los artistas tengan que volverse nuestros políticos, no tenemos que exigirles eso. Sólo pedirles claridad y humanidad.
CeeLo Green. Hoy, a las 20, en el DirecTV Arena, Av. Olivos 3215, Panamericana km 35,5. Tortuguitas. Entradas desde 500 pesos.
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