Quién es Cazzu, la reina del trap que tiene millones de seguidores en YouTube
Ahí esta Cazzu sentada en una esquina de un Starbucks de Belgrano tomando un batido. Hoy es la chica de los millones de visitas en Youtube y una de las protagonistas de un fenómeno que todavía la industria no entiende y que tuvo un impacto no solo a nivel local sino global. El video de "Loca", el tema donde comparte pista y barras con Khea y Duki llegó a las 290 millones de visitas. "Fue la brecha que abrió toda la escena. Después de ese tema vino todo lo demás. Me alegro haber sido parte de eso y haber estado ahí. Estoy feliz de haber colaborado para abrir las puertas a la Argentina y que la gente de afuera vea esta género. Siempre va a ser nuestro himno, el que marcó el inicio de todo".
Esa canción que llevó el fenómeno creciente del freestyle, el hip hop, el trap y otros ritmos urbanos a otra dimensión terminó por fundar una escena que trepó de escala, alimentada por artistas adolescentes con millones de seguidores en las redes y que consumen sus videos. Dentro de esa panorama si Duki es el rey, Cazzu es la reina. Su último video, subido este año con la colaboración de Maikel Delacalle llegó a veintenueve millones de reproducciones. "Ganamos más plata y tenemos más seguidores que cualquier artista grande de un sello", desliza Cazzu, que abrirá hoy, a las 19, el Ciudad Emergente en la Plaza de La Usina del Arte, con entrada libre y gratuita.
Julieta Cazzucheli (Cazzu), nació en Ledesma (Jujuy), rodeada de un ambiente musical folklórico. Tuvo bandas de cumbia, estudio cine en Tucumán y lleva catorce años haciendo música. A pesar de sus 24 años, empieza a ser una veterana de los escenarios. Probó de todo hasta que encontró en el reggaetón y el rap, el lenguaje perfecto para pasar al frente con su lengua filosa, su desinhibición, la estética visual de sus videos y una energía poderosa. "Cazzu es real no es un personaje. No tiene que ser verídico todo lo que decís en una canción, pero eso no significa que no sea real. Yo soy una mujer fuerte y se nota".
El tema "Killa", fue su carta de presentación. La que la muestra como una mujer emponderada, caminando con presencia por el barrio, con una mirada directa, unas trenzas coyas, los ademanes con las manos marcando el compás y un paisaje urbano que marcaba su llegada a la ciudad. "A partir de ese tema sentí la aprobación de artistas del rap que respetaba un montón y empecé a tener el aval de gente que admiraba mucho en el underground. Con ese tema el género urbano me abrió las puertas"
Después llegaron colaboraciones con La Joaqui, Klan (otro súper héroe del underground del freestyle), Fianru, Mero Mero y su participación en el tema "Loca" que la llevó a tocar en paraísos tropicales junto a Damas Gratis ("estaba muy nerviosa ese día, yo que hice tanto tiempo cumbia para mí es el rey", dice), y en el estadio Luna Park junto Bad Bunny."Somos todos amigos y eso me copa. Soy super fan de un montón de pibes de zona oeste, Cumbia Nena, Los Barderos, Ysy A, Osk y de la música de Duki. La mayoría de la gente con la que colaboro forma parte mi círculo de amigos. Somos más amigos que una escena. En fin, es donde me siento cómoda", cuenta.
En un año explotó todo. Temas como "Chapiadora", se convirtieron en nuevos himnos de las chicas. Los seguidores aumentaron. También, dice, aumentaron los problemas. "Lo tomo con calma. Aumentó la fama, los problemas, los desafíos. Todo es más grande". Su explosiva aparición en el mundo de la música hoy no tiene techo. Cada una de sus canciones, que sube a las redes, tiene la aprobación directa de diez millones de vistas promedio. Pero no hay una fórmula. "Somos muy desestructurados. Hago lo que me pinta, con los sonidos que se me ocurren. No pienso demasiado si va a funcionar, la fórmula o si es comercial. Yo hago".
—¿Todo ese trabajo que tiene tu generación le da una personalidad a esta escena?
—Sí totalmente. La escena local tiene una identidad propia. Nosotros somos re-diferentes de la escena urbana de afuera. Políticamente estamos en otro momento. Culturalmente tenemos otro acento, otra manera de componer y rapear. Está sólido el estilo. No hay que hablar del rap o el trap porque nos quedaríamos cortos. Los pibes usan reggaetón, dancehall y otros estilos. Hacemos de todo. Yo tengo más reggaetón en mi vida que otra cosa.
—¿Crees que este es el sonido de tu generación?
—Está claro. Es un nuevo fenómeno que pasó en la Argentina y que no se pudo evitar. No corrió por mano de la industria sino de la gente y los mismos artistas. La industria todavía no sabe como entrar. La mayoría somos artistas independiente y es muy loco porque es como una revolución musical que se armó, incluso derribando un montón de situaciones y prejuicios. Los otros géneros nos criticaban, que si las drogas, las putas, que es todo superficial, pero nosotros queremos que cada uno cante lo que quiera. Al que no le gusta que se tape los oídos.
—¿Les gusta estar al margen de la industria?
—Me da lo mismo. No me hace la diferencia. No me importan las alfombras rojas, Me gusta que a la gente le guste mi música y me vaya a ver. El resto son agregados. No me molesta que no estén. Pero este es un género más abierto donde podés colaborar con otros. Por eso no nos gustan las disqueras. Siempre hay problemas para colaborar y tenes que firmar millones de papeles. Nosotros somos re inmediatos. Un día grabamos una canción, otra un video y la subimos. Los sellos como que la quedan. Nosotros nos juntamos con los que queremos y hacemos plata. Pero también trabajamos una banda. Estamos en una era digital que la comprendimos y sabemos como usarla. Somos como diferentes artistas independientes. Económicamente más exitosos que muchos artistas que no son independientes. Es loco, tengo colegas que facturan más que Charly.
—¿Cómo te llevas con las críticas en las redes?
—La gente critica todo. No tiene que ver con el género. Todo aumenta cuando aumenta la popularidad. Aumenta la gente que te quiere y la gente que no. Yo soy medio bardera. Les contesto en Twitter. A veces me divierto. Me río mucho. También hay una impunidad en las redes. Cuando sos una persona pública la gente siente derecho a opinar sobre vos. En vivo hablo con mi público. Yo les digo: "soy como ustedes: me enojo, me río y cuando me dicen algo feo reacciono". Lo bueno es que tengan claro que soy igual a ellos. Me acerco en la medida de lo posible. Pero no me vuelvo loca con lo que dicen o piensan. Mucha gente piensa que cambio de novio cada semana. Si supieran que soy una loser. Pero no les puedo decir eso. Es parte del combo. Aprendés a vivir con eso o te retirás.
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