Casi sin cantar, Enrique Iglesias enamoró a su público
Explosiones de papelitos, proyecciones lisérgicas, luces parpadeantes, una banda sólida de siete músicos y vocalistas dinámicas; luces láser de colores y Lali Espósito como invitada especial. El show del sábado por la noche tuvo todos los condimentos necesarios para ser un gran espectáculo, pero Enrique Iglesias casi no cantó.
Ante 14.000 personas, el artista salió al escenario del Estadio GEBA con "I'm a Freak", la primera canción de su lista de temas. Un solo de guitarra introdujo a Lali en escena, para acompañarlo en "Heartbeat", la canción que canta a dúo con Nicole Scherzinger en el álbum Euphoria (2010). En una breve y confusa actuación, Espósito arengó al público más que el propio Iglesias y disimuló la incomodidad ante los abrazos y toqueteos de más del artista, al que se lo notaba fuera de eje desde el principio del show.
Para los temas siguientes, entre los que estuvieron "Bailamos", "Be With You" y "Tired", Enrique se apoyó fuertemente en sus músicos y en la puesta en escena. La banda, que sonó sólida durante toda la noche, lo contuvo lo más que pudo. Por momentos Iglesias esbozaba media oración, desafinaba, cantaba a destiempo y le entregaba el micrófono a su audiencia incondicional para que completara las estrofas. Mientras, se persignaba, gritaba "¡Buenos Aires!" para completar baches y miraba al cielo con los brazos abiertos, a la vez que la pista con su voz continuaba a todo volumen.
En parte, Iglesias logró compensar su actuación fallida con un gran carisma y lo hizo ante un público que siempre se mostró de su lado. Se disculpó por la demora inicial -de media hora- y por la lluvia -que finalmente nunca llegó- e invitó al escenario a varios fans en distintos momentos del show. Como a Sebastián, de San Fernando, con quien brindó en repetidas ocasiones, para después preguntarle si esa noche debía manejar; y luego interpretar "Experiencia" y su nuevo éxito, "El baño". También hizo subir a varias fanáticas, a las que alzó, abrazó y besó frente a un público que le festejó todos sus chistes e histrionismos.
A mitad de la noche, cambió de vestuario por la clásica remera de la selección argentina y balbuceó: "No me pongo la camiseta para sumar puntos, sino porque amo este país y de aquí tengo los mejores recuerdos".
Uno de los desaciertos de la noche fue incluir las versiones en inglés de varios de sus clásicos que el público local disfruta en castellano. "Esta canción la voy a cantar en inglés porque así fue como la escribí", comentó antes de "Hero". Entonó el primer verso, le cedió al público el micrófono durante el resto de la canción y la gente coreó a viva voz "héroe". Lo mismo sucedió luego con "Escape".
No es la primera vez que Enrique Iglesias ofrece una mala performance. El año pasado, en Berlín, el hijo de Julio concluyó su concierto sin despedirse ni ofrecer bises y sin cantar su éxito más esperado, "Súbeme la radio". Meses después, la escena se repitió en Santander, en España, ante los abucheos de una gran parte de los 30.000 espectadores que fueron a verlo.
Existen varias razones por las cuales muchos artistas internacionales adoran tocar en el suelo argentino. Sin lugar a dudas, el fanatismo, la benevolencia y la generosidad del público local son algunas de ellas y Enrique Iglesias ayer sacó provecho de una noche que estuvo lejos de ser la ideal. Sin embargo, sus fans más fieles disfrutaron del show de principio a fin.
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