Casero metió un gol en japonés
La canción "Shima Uta", que interpreta en idioma original, podría ser el tema oficial del Mundial de fútbol
Alfredo Casero está en Puerto Madryn y su último éxito, la canción japonesa "Shima Uta", está en los oídos de toda la Argentina. Pero aunque el canta-actor asegura ser consciente de una y otra cosa, no sabe dónde encontrar las palabras para explicar la gran repercusión que hoy tiene el primer corte de su disco "Casaerius". El tema es señalado por algunos directivos de Sony Music International como firme candidato a transformarse en la canción oficial del Mundial Corea-Japón 2002.
"A muchos les sorprende que a una canción en un idioma inentendible para nosotros le vaya tan bien, pero en el fondo sabía que a la gente le iba a gustar. Eso pasa porque yo me muevo como un perro y sé dónde tengo que ir... ¿Acaso alguien puede decirnos adónde se dirigen los perros cuando van caminando por la calle con cara seria? Uno no sabe, pero el perro seguro que sí... Y bueno, lo mismo sucede conmigo", reflexiona, mientras come una ciruela, el ex alma máter de "Cha-cha-chá", en una entrevista telefónica mantenida con LA NACION.
Si la gran llegada que hoy tiene "Shima Uta" a un público masivo que no comprende el significado de su letra es, por lo menos, un hecho curioso, más lo es todavía la historia de cómo Casero conoció y grabó este tema.
"Yo solía ir con mi esposa a comer en mi añeja moto Triumph, que dejé a punto con mis propias manos, a un viejo restaurante japonés ya desaparecido, que se llamaba Wasabi. Allí nos hicimos amigos de Gustavo Agarigue, un pibe que mientras preparaba sushi se le daba por pasar discos de Okinawa, el archipiélago de los nipones sabios", señala.
A lo largo de un relato que no omite detalles de la decoración de las paredes ni recuerdos del intenso sabor de la comida oriental, el artista cuenta que en una de aquellas cenas el joven Agarigue le hizo escuchar un CD del grupo japonés The Bun, grabado a principios de los 90, que tenía "una joyita musical extraordinaria y con verdadera magia, superior a toda la que pudo hacer Harry Potter hasta el día de hoy".
Casero acababa de descubrir así "Shima Uta" ("Canción de la isla"), y la escena del hombre deslumbrado que escuchaba su canción favorita por primera vez al culminar el tema se transformó en la del artista dominado por una única e insólita obsesión. "Me dije: quiero cantarlo y grabarlo, no sé cómo ni cuándo, pero quisiera hacerlo cuanto antes."
Por siete minutos
A pesar de que recrear el tema en la Argentina y por argentinos supuso un gran esfuerzo de producción y más de dos meses de ensayos, para el actor de "Culpables" la delicada tarea de cantar en una lengua que no domina no significó "ni por un momento" una misión imposible.
"Para mí fue bastante fácil interpretar "Shima Uta". Una amiga mía me pasó la letra en un papelito, que ella misma bajó de Internet, y después pasé la fonética para poder leerla como si fuera en castellano. Pero yo la grabé sin saber qué significaba exactamente". En rigor, Casero no entendía "ni una palabra" de lo que cantaba hasta el momento mismo en que grabó el video. Sin embargo, eso no resultó un obstáculo para que en los poco más de siete minutos que dura el clip se lo pueda ver acompañando con gestos enérgicos y decididos cada una de las palabras de la letra de la canción, como si el espíritu del sol naciente hiciera ebullición en su alma."Pero yo de japonés no sabía, ni sé, ni jota, ¿eh...? Sólo me enteré del significado de sus versos entre toma y toma de la grabación", aclara.
El momento en que recibió la traducción al castellano de "Shima Uta" fue para Casero una verdadera revelación y, también, el segundo flechazo con que la canción nacida en Okinawa había acertado en su corazón de artista. "Al enterarme de todo lo que quería decir no sólo me volví a sorprender por su belleza, sino que me di cuenta de por qué estaba cantándola. Eso me sucedió al leer una parte que decía: "Canción de la isla, subite al viento junto con los pájaros, y recorré las distancias más allá de los mares para llevar puro mi sentimiento". Parecerá increíble, pero me quedé como aturdido, flasheado..."
La conmoción del intérprete ante esta nueva visión de su obra fue tal que lo llevó a reflexionar "un largo rato" sobre el sentido del tema que había grabado y acerca de su papel en esa historia. "Se ve que el tipo que la compuso quería que diera la vuelta al mundo, y al parecer se había quedado trabada. Por lo visto, yo laburé de antena y la mandé de vuelta... y ahora que llegó no lo pueden creer", comenta.
Dos artistas de raíces orientales lo ayudaron especiamente en esta curiosa empresa de enviar el tema de regreso a su tierra de origen: Sacham Oshiro, la joven que lo acompaña en voz y coros, y el mismísimo Gustavo Agarigue, ex hombre del sushi, quien aparece sobre el final del largo y complejo videoclip ejecutando el samisen (instrumento de cuerdas japonés).
De tiro libre
"Quiero dejar en claro que esta versión del tema no la hago yo, sino que es parte del camino normal de la obra del señor que la compuso. Yo lo único que soy de ella es algo así como un ente que la retransmite", dice un Casero que de los japoneses no sólo parece haber tomado su música y su idioma sino, por momentos, también su filosofía.
"¡Es que yo no hice nada...! La canción era como una cosa que estaba ahí, que al encontrarla me pegó a mí y me convenció de que la tenía que hacer", explica.
Poco tiempo después de que Casero hallara "aquella cosa", algunos directivos de Sony Music Internacional hicieron lo propio y designaron de inmediato a la canción como el primer corte de difusión del disco "Casaerius", lanzado en diciembre último. "Les encantó porque habla de cosas sumamente humanas: el amor, el desarraigo y la creación", observa.
Pero el entusiasmo de los empresarios de la discográfica no habría terminado allí: según admite el propio Casero, un grupo de ellos ya ha pensado en promover a "Shima Uta" como la melodía oficial del próximo campeonato mundial de fútbol, que se disputará en Corea y Japón a partir del 31 de mayo de este año.
Las posibilidades de que la versión vernácula -o, más bien, casera - del tema de Okinawa resulte seleccionada crecen si se toma en cuenta que es precisamente Sony la que tiene los derechos de la música para este torneo, aunque se debilitan al considerar que la "Canción de la isla" remite a Japón y a su cultura, y no a Corea, el otro país organizador del certamen.
"No sé si podría llegar a ser el tema del Mundial. Ojalá, aunque no hay que olvidarse de que hay muchos y muy buenos artistas que presentarán sus obras con el mismo fin. Además, si el tema es elegido, no voy a ser yo quien gane sino Miyazawa Kazufumi, el autor del tema", señala.
-Pero vos sos el que le diste el empujón para que se hiciera famoso...
-Sí, es cierto, pero en todo caso compartiremos el éxito. No quiero ser el pícaro gordito que se coma solo el estofado que preparó otro.
-¿Pensaste en aprender japonés o en ir a Japón a cantar y promocionar tu versión de Shima Uta?
-No, no pensé en nada. Todo se dará en la manera en que deba darse . En marzo voy a volver a trabajar en "Culpables" y voy a hacer algunos recitales para seguir presentando "Casaerius". Pero todavía no tuve en cuenta ese viaje.
Más allá de que aún no haya empezado a soñar con salir por todas las radios y los televisores del mundo a partir del último día de mayo, Alfredo Casero, sin saberlo, ya pateó al arco. Claro que, hoy por hoy, sólo una discográfica puede entrever lo que todos sabrán en breve: si pudo o no hacer de su disparo un golazo inolvidable para su carrera músical y para la historia de la música de los mundiales.
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