Cante, tangos y seguiriyas, la seducción de los gitanos
Jorge Mazzini estrenó un nuevo show, con grandes exponentes, como Baldomero Cádiz y Carmen Mesa
¿Cómo se podría contar más de 200 años de evolución del flamenco en menos de una hora y media? ¿Cómo se podría presentar la riqueza de un género tan transitado, huyendo del estereotipo de la bailaora "enojada"? Hoy se estrena Gitanos, el musical flamenco creado por Jorge Mazzini, con Jorgelina Amendolara en baile y Baldomero Cádiz en cante y baile. A ellos se suman como solistas invitados Gastón Stazzone y la encantadora española Carmen Mesa, además de un gran cuerpo de baile.
Porque el destino nómada del pueblo gitano enriqueció los distintos palos del flamenco, con rasgos de la música hindú, árabe sefardí y andaluza antigua, el conjunto de músicos en vivo además de las guitarras y las palmas, tiene laúd y flauta traversa. Sin embargo, este viaje que proponen a través del tiempo, es también un viaje a través del cuerpo.
"El baile, en los inicios en las cuevas del Sacromonte, era con los pies descalzos y con todos los movimientos de la cintura para arriba -sostiene Baldomero Cádiz-. Hoy todo el mundo baila con los pies. Pero el flamenco empezó con brazos y cabeza: y así empieza Gitanos".
A lo largo del espectáculo se suman otras partes del cuerpo, hasta llegar a los pies y el zapateo furioso. Y también se incorporaron otras músicas aparentemente lejanas, como las de Pappo o Spinetta. A su vez, otros vestuarios como los pantalones chupines. Y otros lenguajes en las técnicas de circo.
"Para hacer flamenco hay que escuchar el cante -subraya Jorgelina Amendolara, de origen argentino y con más de 20 años de carrera como bailaora-. Este espectáculo pasa por diferentes estados y eso depende casi siempre del palo y de la letra de la canción."
Además de encabezar la compañía y dirigir al conjunto de baile, Amendolara es autora de algunas de las coreografías. Aunque también podrán verse creaciones de Yamil Rabaj y Juan Ayala. Por eso entre la multiplicidad de coreógrafos y los palos flamencos convocados esta vez, habrá una variedad interesante: prolijos Fandangos de Huelva, festivos tanguillos y tristísimas seguiriyas. Habrá cante a capella y compases secos de soleá por bulerías. Y un final que evita la obviedad de ir por bulerías; allí donde la fiesta explota, toda la compañía baila por tangos.
"Depende del palo que estés cantando, el flamenco pasa por todos los estados: tristeza, alegría y rabia. Cuando haces una seguiriya, que es muy triste, te tiene que doler", advierte Cádiz.
De este modo, en la elección de los palos y de los cuadros a conformar este espectáculo creado por Mazzini, especialista en el género, ha quedado afuera la farruca, por ejemplo. "Es un baile muy serio, muy medido, de mucha estilización -señala Amendolara-. En los cuadros que tengo con Baldomero, si bien hay una estructura fija, estamos libres. Llegado el momento, surge la espontaneidad, porque él me plantea algo y yo se lo tengo que devolver. Los solistas bailamos con más libertad. Pero en los bailes de conjunto hay una coordinación y una exactitud que no permite la la improvisación."
Baldomero Cádiz también tiene un viaje personal, desde su origen canario hasta el rock argentino. Desde el cante más primal hasta animarse al baile. "No me acuerdo nunca de no haber cantado. Cuando me sacaron de mi mama en el parto, creo que no grité: yo tiré un «ay» de seguiriya... Luego me gustó la guitarra y después llegó el baile."
Gitanos yuxtapone la intimidad con la superproducción, con una ruptura de la cuarta pared que espera una participación del público en el cante y las palmas.
Gitanos, el musical flamenco
- De Jorge Mazzini
- Sábados, a las 21; domingos, a las 19.
- Astral, Corrientes 1639.