Canciones para budistas hechas por músicos que no son budistas
El proyecto musical Buddha Sounds, del productor Ale Seoane, gira y edita sus discos por el mundo
Ale Seoane es un productor muy particular y convincente. En su universo hay un entramado musical que une Los Violadores, Martes Menta, Jaime Torres y proyectos de escala mundial como Buddha Sounds, que nació como un capricho de estudio y se transformó en su banda más estable, con giras por el mundo y ediciones hasta en Japón y la India. "La banda tiene un sonido universal que nos permitió ser aceptados en todo el mundo de forma instantánea", cuenta el productor, sobre este particular producto, hecho en la Argentina.
El sonido chill out y universal del grupo, en el que conviven desde elementos de la música india, con bases electrónicas, melodías pop y hasta sonidos del norte andino se transformó en una receta exitosa del productor que graba todos sus discos en su casa estudio. "Allí no hay tiempos ni horarios. Todo se va grabando con mucho tiempo y a mi ritmo", dice Seoane con una voz cavernosa.
Recientemente lanzó Volumen VII, que presentará mañana en el ND Ateneo, y donde la presencia del charango de Jaime Torres en el tema de apertura y la voz de la coplera Laura Peralta le dan un sello más regional a este grupo de sonidos étnicos. "Marketineramente si hubiera querido darle una vuelta de ese tipo no se me hubiese ocurrido -explica el músico-. Soy muy inquieto con los estilos y ya compuse más de cien canciones de Budha Sounds, y creo que esa es una nueva paleta de colores para explorar, pero no tenía la intención de regionalizar a Buddha Sounds. Quería agregarle a esa mixtura de estilos del grupo otro color.
-¿Es una manera también de ubicarlo en el mapa argentino teniendo en cuenta que parece una banda creada afuera?
Uno de mis caprichos es que de una vez sepan que es una banda de industria nacional. Ahora siento que Buddha Sounds está más arraigado en Buenos Aires. Podemos girar, pero manteniendo la argentinidad al palo. Siempre quise que se reconociera que es un proyecto argentino, aunque quizá muchos pensaron que era una banda de afuera por el idioma en que cantamos, desde el indio hasta el inglés. Estos colores autóctonos que aparecen en el nuevo disco son una manera de decir aquí estamos.
Todavía, a pesar de los años que tiene el grupo, Alejandro Seoane (quien fuera productor en sellos alternativos y emblemáticos de los 80 como Radio Trípoli) no se deja de sorprender con el resultado de este proyecto que nació casi por casualidad. "El primer disco lo pensé puramente como un disco de catálogo, pero me salió demasiado homogéneo. En ese momento hacía distintos discos, pero al terminar el primero de Buddha Sounds me di cuenta de que era un disco de banda. Y tuvo un éxito. Fue un caso fortuito. Nunca me puse a pensar en hacer una banda. Empezó como un disco en la calle. Ya tiene 15 años, 7 discos y 100 canciones. Pero a diferencia de otros trabajos que hice de una manera más impersonal a este le puse más. Le tenía mucha fe a las canciones y a los climas, y de ahí en más surgió un mundo. Después de quince años le fuimos encontrando el formato ideal. Somos las mismas personas, rotaron algunos cantantes, pero el núcleo fuerte de la guitarra, el bajo, el violín y la batería es el mismo. Esa base la mantenemos. Y a ellos se suma una cantante como Laura, que es como nuestra chamana, y Jaime Torres, que es un lujo.
-¿Cómo lo seguís convenciendo a Jaime Torres para que grabe en tus discos o en proyectos como Electroplano?
No cualquiera puede sentarse a su lado. Es como el Jimi Hendrix argentino; el charango es un instrumento único y él es el que mejor lo toca. Es una de las mejores cosas que me pasaron en el arte. Me cuesta. No es que no quiera. Es una persona ocupada y hay que tener su edad y seguir tocando. Pero es un conquistador y le gusta venir a casa y grabar esas maravillas. Es mágico. Tampoco es casual que abra el nuevo disco de Buddha Sounds con un tema que se llama "Vida" y empieza con sus notas angelicales. Ya tenemos material para una segunda parte del disco Electroplano. Es un upgrade que tuve en mi vida.
-¿Qué te dicen afuera cuando escuchan el charango en tus discos electrónicos?
-Jaime es muy conocido afuera y ha tocado con tantas bestias que no hay que explicar mucho. Imaginate que ha tocado con Paco de Lucía. Pero cuando vamos afuera les encanta ese sonido y enterarse de que somos argentinos. Sobre todo en América latina. Es como un plus.
-Más allá de etiquetas, ¿qué sonido buscás con Buddha Sounds?
Es una matriz rara, pero creo que buscamos la universalidad del sonido. Por eso esta aceptación instantánea en todos lados. No creo que sea del todo original porque nadie inventa nada, pero es una especie de reciclaje de una música que no tiene barreras culturales. Los discos están editados en la India y Japón porque tienen buena aceptación. Entonces si en lugares budistas por naturaleza nunca fuimos una rareza es que algo tiene el grupo.
-¿Sos budista?
-No, es sólo una identidad estética. Hablamos de religión, pero no somos budistas, católicos ni judíos. La religión que tengo es que creo rotundamente en los movimientos de energía que regulan la vida del universo. Lo budista me encanta y también lo que promueve, pero lo máximo que hago es meditar.
-Vos venís de una historia y una vida más rockera, sobre todo en tus tiempos con Los Violadores.
Ahora mi vida es más tranquila y en un momento era más divertida. A mí lo que me gusta es el rock y en Buddha Sounds pude amalgamar esas cosas que tienen un poco de todo. Me doy el gusto y lo vivimos como una banda de rock. De hecho al lado de otras que escuché es una banda híper rockera. Habló del rock que se cocinó en la década de los setenta y los ochenta.
-¿Como viviste la reunión de Los Violadores en el Luna Park?
-Creo que actualmente hay un crac cultural. Antes, cuando éramos adolescentes, no escuchábamos la música de nuestros padres. Ese fenómeno se está dando ahora. Que un tipo de 50 vaya con su hijo a ver Los Violadores no me sorprende. Hay barreras que se rompen. Eso me pone contento.
Facetas de un productor inquieto
- Fue productor del sello Radio Trípoli, donde trabajó con bandas como Martes Menta con la que grabó 17 Caramelos en 1992
- Produjo el disco de chill out Café Ibiza en 1999 y el primer disco de Buddha Sounds a inicios del 2002 llamado Chill in India. Con este proyecto grabó ya siete discos. En su más reciente trabajo participó Jaime Torres como invitado
- Como músico grabó en eldisco Stukas en vuelo (1992), participó del proyecto Stukapil (1999) del guitarrista Stuka y Piltrafa de Los Violadores. Con ellos grabó también en el disco En Vivo y Ruidoso II (2003) y produjo el disco solista de Pil llamado El monopolio de las palabras en 2004.
- En 2007 grabó el proyecto Electroplano, en el que Seoane produjo atmósferas electrónicas y Jaime Torres tocó y compuso varias piezas en charango. El disco lo editó Music Brokers.