Camilo, una noche de encuentro cercano con su público e invitados especiales
El cantante colombiano regresó a la Argentina luego de dos años para reencontrarse con su tribu en el Movistar Arena
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A cualquier persona que pase por la puerta del Movistar Arena le sería muy difícil identificar cuál es el show que explotará esta noche en el estadio de Villa Crespo. En las filas se ven muchos niños con sus padres, parejas de enamorados, adolescentes y adultos que van solos o con amigos. Esa diversidad es lo que define al fenómeno de Camilo, la estrella colombiana que volvió a Buenos Aires para hacer feliz a su Tribu a base de música y mensajes de buenas vibras.
Son las 21:25 y mientras se apagan las luces suenan los últimos acordes de “Refugio”, la canción de Evaluna Montaner, su esposa, que marca el fin de la previa y el comienzo del show. Las grandes pantallas que decoran el escenario se llenan de coloridas visuales mientras los cuatro músicos que acompañaran al artista durante la noche se acomodan en el escenario. Al ritmo de “Kesi”, Camilo sale a escena y el Movistar Arena estalla en gritos de alegría.
Vestido completamente de blanco, con su brazo llenos de pulseras, un sutil maquillaje en su rostro y descalzo, arrancó la noche tocando un tambor que llevaba el nombre de su primera hija, Índigo, y lanzaba destellos de colores por el aire. “Buenas noches Buenos Aires, buenas noches tribu”, saludó a su gente que irradiaba felicidad al verlo.
“Gracias a Dios por esta noche. Estoy muy emocionado de estar aquí con ustedes, que significa para mi una bendición. No se cuanta gente de aquí estuvo con nosotros en nuestro paso por Buenos Aires en 2021, pero me acuerdo de que antes de salir a tocar cruzábamos los dedos todos y decíamos: ‘gracias a Dios por estar acá, pero ojalá tengamos el privilegio de volver’”, dijo sin dejar de sonreír ante otro sueño cumplido.
“Ropa Cara”, “Favorito” y “Pesadilla” fueron las canciones que antecedieron a un momento íntimo entre el artista y su público, de la mano de unas baladas. “Quiero que enciendan las luces de su celular aquellas personas que hoy tienen el corazón roto”, le pidió a su gente, mientras ciertos sectores del estadio se iluminaban. “Ahora, para que vean que esto va a pasar y que no están solos, quiero que las enciendan aquellos que alguna vez tuvieron el corazón roto pero que ya sanaron”, volvió a pedir, y esta vez, fueron más las luces que iluminaron el lugar y dieron paso a “La mitad” y “Manos de tijera”, dos temas que cantó sentado en el piso.
La noche siguió con la primera invitada, una persona que todos estaban esperando y que lo acompaña no solo en los escenarios, sino en la vida. Evaluna apareció en escena y la gente no pudo controlar su emoción mientras juntos cantaban “Por primera vez” y “Machu Pichu”, dos de las canciones que cuentan su historia de amor. El beso de ambos al finalizar el último tema provocó gritos desaforados de la gente, que tiene este romance como ejemplo.
Promediando la mitad del show llegaron algunos de los más grandes éxitos del cantante, los cuales encendieron la energía del público a otro nivel. “Millones”, “Tatoo”, “Tutu” y “Vida de rico” hicieron bailar a todos, tanto arriba como abajo del escenario.
Fiel a su principio de entregarse por completo a su público, Camilo tomó una cámara de video entre sus manos y se bajó del escenario para compartir una conexión diferente junto a los privilegiados que estaban en las primeras filas, mientras transmitía el momento de cercanía a través de las pantallas para que todos puedan apreciarlo, sin importar la ubicación. En una de las plateas, la madre del colombiano se convertía también en atracción, moviendo el cuerpo al ritmo de los temas de su hijo y disfrutando como una fan más.
Un apagón, el escenario vacío durante unos minutos y el grito ansioso de la gente esperando que su ídolo regrese le dieron lugar al tramo final de este encuentro de almas y música. Con vestuario nuevo, esta vez de pantalón negro y una remera blanca que tenía estampado el nombre de su último disco, DAPA (De adentro pa afuera), Camilo regresó a escena para comenzar a despedirse de su tribu.
Después de interpretar en formato acústico el tema que lo llevó a la fama, “Desconocidos”, el colombiano invitó al escenario al segundo invitado de la noche, una sorpresa que dejó al público sin palabras. “Ustedes saben que todas estas canciones que estamos escuchando acá, son las que yo le escribí a la mujer que amo, Evaluna. Yo no tengo certeza de muchas cosas, pero lo que sí sé es que como yo amo a mi esposa, no la ama nadie. Sin embargo, hay un hombre que la amó antes que yo y me puso la vara muy alta. Un artista que amo, un artista que admiro, con ustedes, Ricardo Montaner”, anunció y juntos interpretaron el éxito del cantante argento venezolano, “Bésame”.
Reforzando su amor por Argentina, Camilo no quiso dejar de felicitar al público por la copa del mundo, y junto a todo el Movistar Arena cantó “Muchachos” mientras confesaba que él amaba el país ya que estaba casado con una argentina.
“El mismo aire” y “Pegao” fueron los temas que anunciaron el final. “Gracias por dejarme ser parte de la tribu de Buenos Aires”, grito con alegría antes de invitar al escenario una vez más a Evaluna para despedirse al ritmo de “Índigo”, la canción que juntos le escribieron a su hija. Felicidad, música, conexión con la gente y discursos de amor y de esperanza definen lo que fue el paso de Camilo por Buenos Aires, un reencuentro con un público que lo ama y que no duda ni un segundo en demostrárselo y hacerlo sentir como en casa.
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