Café Tacuba en el Gran Rex: una noche de baile y buenos pensamientos
Café Tacuba: Rubén Albarrán (voz y guitarra), Joselo Rangel (guitarra y voz), Quique Rangel (bajo y voz), Meme del Real (voz y teclados), Luis Ledezma (batería) y Ramiro del Real (guitarras, teclados y percusión) / Nuestra opinión: muy bueno
"El amor es bailar", canta Rubén Albarrán cerca del final del concierto y en ese leitmotiv está sintetizado el espíritu de la banda mexicana más grande de América latina: amor y baile, dos formas de catalizar los dolores existenciales de la vida. Ya habían pasado más de quince canciones y con el clásico "El baile y el salón", el grupo volvía a hacerse fuerte en esa declaración de principios que habían lanzado en el álbum Re de 1994 y que retoman en la canción dance "1,2,3" de su nuevo disco Jei Beibi, donde cantan: "El amor siempre ganará", mientras bailan al ritmo dance con guiños a los ochenta.
Café Tacuba retornó a Buenos Aires para presentar su nuevo disco, Jei beibi. Aún con el tono melancólico, existencial e introspectivo que tiene su nuevo disco, en vivo, la banda concentra una energía nueva, poderosa y singular en vivo. Impactan, desde la puesta del inicio con "Futuro", un trap con gusto a cumbia amazónica, donde Rubén Albarrán lleva una máscara de calavera del Día de los Muertos.
Rubén, Meme, Joselo y Quique Rangel, junto a los músicos Luis Ledezma y Ramiro del Real, tienen una química y una fuerza musical en vivo que les dan una nueva vida a sus creaciones y arman un salón de baile a su medida, donde danzan todos los estilos, incluso el reggaeton "Me gusta tu manera", un ejercicio inteligente y seductor sobre ese género viral. Lo de Tacuba es un baile metafísico que puede cuestionar a la sociedad en el "Fin de la infancia": "¿Seremos capaces de bailar por nuestra cuenta?", burlarse de las poses rockeras en "53100", o convertir al Gran Rex en una disco con "Volver a comenzar" y "Chica banda". Las nuevas canciones ganan en profundidad. En "Volcán", la interpretación de Rubén lleva al clima de una ceremonia ancestral indígena y con "El mundo en que nací", Meme parece despedirse del mundo.
Al final, Rubén Albarrán invoca los buenos pensamientos de todas las personas que están en el teatro. Pide por aborígenes, estudiantes desaparecidos, la pachamama y para que caiga el patriarcado. Lo dice como un rezo amoroso, antes de hacer bailar a todo el público. Los Café Tacuba saben que lo más importante es amar y bailar. No ambicionar nada más que vivir el goce del momento.
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