Bryan Adams: el secreto está en su voz rasgada y rota
En su cuarta visita al país, el músico canadiense presentó su último disco Get Up! y repasó los hits de su carrera
Dice un saber popular: que este tipo de voz (rasgada, rota, rasposa) es permanente en las personas cuando la tensión (vocal pero también emocional) se remonta a la infancia. Y, acaso, ésta no sea la excepción: así es la voz de Bryan Adams, la de sus inicios y la de hoy, primera noche de la serie de presentaciones del músico y fotógrafo canadiense en Buenos Aires. Hoy, en el Gran Rex, como parte de la gira para presentar su útlimo disco Get Up! (2015). Hoy, cuando en medio del show pide permiso para sacar una foto del público. ¨Se la voy a mandar a mi mamá. Tiene casi noventa¨, confiesa. Entonces, uno puede recordar, frente a la voz lastimadita, que esa madre hizo públicos los maltratos de papá hacia Bryan. Que el niño dejó de verlo por años. Que se reencontró. Y que siempre, siempre, lo defendió.
Lo cierto es que el cantante ostenta una calidad técnica que sólo gracias a un entrenamiento severo, permite afinar tan bien (incluso ahora, con sus 57 años). Y que convirtió su disfunción vocal en virtud: su rúbrica registrada.
Pasadas las 21, salen la banda y el propio Adams, de saco impecable. Tan lejos quedó la ilusión de convertirlo en el nuevo Bruce Springsteen, cuando Bryan se vestía con remeritas ajustadas y empezaba a mover masas.
A aquel entonces pertenece un alto momento del concierto, cuando canta Summer of '69 y rememora ¨los mejores días de su vida¨ como homenaje a la infancia (de él, del público). Y se convierte en un repartidor de recuerdos como bienes.
¨Buenas noches Buenos Aires. Mi nombre es Bryan. Vengo de Canadá¨, dice al finalizar el cuarto tema, Run to You (Reckless, 1984). Sigue: ¨Estoy feliz de estar de nuevo en su lindo país. Espero que tengan tiempo para quedarse. Porque tengo nuevas canciones. ¡Y viejas, muy viejas!¨. Y éste es el pie para Go Down Rockin', de su último disco.
Así las cosas, todas sus temporalidades superpuestas. Está el presente, con sendos temas de Get Up!, están sus clásicos y sus soundtracks, y está la vuelta a los primeros hits de la década del ochenta. Se suceden y mezclan épocas sin que la brecha de los años parezca tal: es el mismo cantante, la misma trayectoria y (casi) la misma voz. Entonces pasan Heaven, Have You Ever Really Loved a Woman..., (Everything I Do) I Do It For You, Brand New Day, When You're Gone, Kids Wanna Rock.
Hay versiones acústicas, a mitad del show y en el final, en el cierre con All For Love, que popularizó junto a Rod Stewart y Sting para Los tres mosqueteros. Quizás por su profesionalismo, quizás porque sus temas atraviesan el tiempo: el cliché no importa. Porque, de cualquier forma, el músico es fiel a su idiosincrasia.
Ante el público fervoroso, Adams elige a alguien para un baile entre sensual y paródico. Se llama Nora. Luego, a ella le dedica Please Forgive Me. Y la celebración quizás sea tal porque aquí sí se sabe de qué hablamos cuando hablamos de amor: de que por favor perdoname, de que todo lo que hace lo hace por vos. Y de que, finalmente, todos para uno y todos por el amor.
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