Bruno Mars llega a la Argentina para hacer bailar al público con sus hits

A los 4 años, Bruno Mars ya había entrado en el negocio de la música, entreteniendo a los turistas que pasaban las vacaciones en su Hawai natal. A los 18, se trasladó a los Estados Unidos en busca del sueño americano. A los 31 años, Bruno Mars, ya es una estrella pop que todavía no tiene techo. Vendió más de 170 millones de singles y más de 26 millones de álbumes en todo el mundo gracias al poder bailable de canciones como “Uptown Funk”, el single de mayor permanencia en el Hot 100 de Billboard.

Este niño mimado de la industrial musical -recibió 3 Premios Grammy en 2016, incluyendo el codiciado premio Disco del Año y recientemente fue nominado para Artista Top R&B, Album Top R&B y Canción Top R&B en los Billboard Music Awards de este año- es un fenómeno de taquilla que agotó todos su conciertos en su última gran gira mundial. Ahora llega a Buenos Aires para actuar el 25 de noviembre en el Estadio Único de La Plata, como parte de una gira por Latinoamérica que incluye Brasil, Chile, Perú y Ecuador.

El cantante, productor y compositor, es una fábrica de hits: colocó treinta y cinco canciones dentro del listado de las mejores 100 en el ranking Billboard. En cada de sus apariciones hace bailar al planeta, desde su reciente presentación en los Grammy Award a su show en febrero último en el Super Bowl Halftime que fue visto por 115.3 millones de personas. En su último disco 24kMagic, que vendrá a presentar en esta gira, el cantante reúne todas aquellas influencias de la música negra que lo formaron como compositor. Mars se desvela en hacer canciones que tengan el poder explosivo de James Brown; el groove p-funk, la sensibilidad interpretativa y melosa de Sam Cooke; y el olfato pop de los grandes hits que supo cosechar Michael Jackson. "Cada beat ya se ha hecho, cada rima ya se ha dicho, cada progresión de acordes ya se ha hecho. Estoy compitiendo con mil millones de otras canciones. Es como ganar la lotería. Solo tienes que tener suerte".

Sus colaboradores cercanos dicen que trabaja con un nivel de perfeccionismo y una obsesión similar a la de Prince . El cantante, reinvindica la escuela musical negra de los ochenta y sobre todo la obsesión por el baile. Sus canciones son citas permanentes a todos esos íconos que escuchó de chico. De hecho, se reconoce como un gran camaleón interpretativo. De su último disco el crítico de The New York Times, tiró una clave de su sonido: "Sus canciones son como un algodón de azúcar: dulce, pegajoso, estructuralmente impresionante, pero no especialmente profundas". Lo que Bruno Mars quiere en sus discos y conciertos es "elevar la buena vibra de la gente" y suele confesar que sus canciones se escuchan mejor arriba de un auto porque interactúan con el sonido de la calle.

Sobre el escenario, Bruno Mars tiene el carisma de las grandes estrellas y se preocupa por ofrecer un concierto pirotécnico y festivo, donde tiene tanta importancia la música como el baile. No importa el lugar donde tiene que brindar su show. Mars, siempre sube a escena como si estuviera comenzando todo de nuevo. “No importa dónde llevo a cabo mi show. Así que si estoy tocando en una fiesta de graduación, una boda, un bar mitzvah, el Grammy, el Super Bowl, voy a dar siempre todo lo que tengo". La gira que encarará por América latina no será la excepción. A Bruno Mars le encanta conquistar nuevas audiencias. Su paso, seguramente, no pasará inadvertido para cada una de las ciudades donde se presentará: sábado 18 de noviembre, en Río de Janeiro; el miércoles 22 de noviembre, en San Pablo, el sábado 25 en Buenos Aires, en el Estadio Único de La Plata; el martes 28, en Santiago de Chile; el jueves 30 en Lima y, el sábado 2 de diciembre, el cierre del tour en Quito.

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