"Born in the U.S.A.", el malentendido que llevó a Bruce Springsteen a ser uno de los músicos más populares del mundo
"La clave de la enorme explosión de popularidad de Bruce Springsteen es el malentendido de « Born in the U.S.A ». Es un homenaje al hecho de que la gente escucha lo que quiere escuchar". Así definía el californiano Greil Marcus, uno de los críticos más lúcidos de la cultura rock, al suceso de un disco cuya canción más famosa, la que de hecho le dio nombre, y la que Ronald Reagan trató de apropiarse para hacer política, una maniobra que contribuyó a su malinterpretación más extendida.
El protagonista de la historia que cuenta el tema es un veterano de la guerra de Vietnam que perdió un hermano en ese larguísimo conflicto bélico y que intenta sobrevivir en un contexto muy desfavorable: se sabe que Estados Unidos no fue muy generoso con los excombatientes, cuya reinserción social fue costosa cuando no imposible.
En la canción aparece mencionada la batalla de Khe Sahn, donde murieron nada menos que 205 marines, entre ellos el hermano del protagonista del relato que imaginó Bruce Springsteen, al que solo parece quedarle el orgullo patriótico como escudo de defensa ante la adversidad, la impotencia y el dolor.
El origen de la canción fue Nacido el 4 de julio, popular libro de Ron Kovic, otro veterano de Vietnam transformado en activista antibélico. En 1989, Oliver Stone llevó esa historia al cine con Tom Cruise como protagonista y se llevó el Oscar destinado al mejor director de esa temporada. También fueron importantes la amistad de Springsteen con Bobby Müller –otro soldado que, igual que Kovic, terminó en una silla de ruedas–; la canción "Vietnam", de Jimmy Cliff, que Bruce descubrió en un cassette que compró en un aeropuerto durante una gira por Europa, en 1981, y un trabajo por encargo de Paul Schrader, guionista de Taxi Driver, la obra maestra de Martin Scorsese.
Schrader planeaba dirigir un largometraje sobre un grupo de rock de Cleveland (Light of Day, con Michael J. Fox y Joan Jett) y le pidió a The Boss que compusiera la música original. En el guión que le entregó Schrader aparecía muy pronto la frase I Was Born in the U.S.A., puntapié inicial de la que sería considerada por la revista Rolling Stone como una de las diez mejores canciones de rock de la década el 80.
Más que un himno patriótico –una de sus decodificaciones más habituales–, la letra apuntaba a valorar la lucha cotidiana de millones de trabajadores estadounidenses que perseguían el famoso sueño americano. La épica de la canción, que impulsó al disco en el que estaba incluida como track de apertura a la cima –fue él más vendido de 1985 en los Estados Unidos–, estaba apuntalada por la desgarradora interpretación de Bruce, una línea de teclado cargada de la majestuosidad que caracterizaba a las composiciones de Aaron Copland (uno de los forjadores clave de la identidad musical estadounidense, junto con Geroge Gershwin) y el sonido aplastante de la batería de Max Weinberg, que definió su tono marcial y categórico.
Aunque Springsteen la escribió en la época de Nebraska (1982), claramente no encajaba en un disco tan sobrio e intimista. Una vez descartada, reapareció en una versión más rockera -cruda, salvaje, electrificada- que la de temperamento blusero que el músico de New Jersey había probado primero.
Emblema de la gira de presentación del disco que lleva su nombre, la canción también llamó la atención de los publicistas de la poderosa empresa automotriz Chrysler, que le ofreció a Springsteen 12 millones de dólares por usar 60 segundos en un comercial. Bruce la rechazó, pero se le hizo imposible detener el furor -y los usos múltiples- de su popular tema. En la novela In Country, escrita por Bobbie Ann Mason y llevada al cine en 1989 por Norman Jewison (Cenizas de guerra, con Bruce Willis y Emily Lloyd), Samantha Hughes, una adolescente que es parte importante de la historia, ve a Springsteen como una figura paterna. Quedaba cada vez más claro que, como observaba sagazmente Greil Marcus, cada persona que escuchaba esa letra la interpretaba de acuerdo a su contexto, su bagaje cultural y emocional y sus propios intereses.
De todas esas lecturas, la que más inquietó a Bruce fue evidentemente la del presidente Ronald Reagan. El músico se ocupó de remarcarlo en unos cuantos conciertos del tour con el que presentó el disco en su país, gobernado por la exestrella de Hollywood con una política económica que lastimó muchísimo a los sectores populares y que tuvo a la remilitarización como uno de sus ejes.
Años más tarde, un poco agotado de las polémicas inútiles y malintencionadas, Springsteen saldaría el asunto con una declaración muy nítida: "Si la canción no fue bien comprendida, los únicos que no la comprendieron fueron los republicanos. No es que a esas personas no les hayan enseñado a pensar, es que no les han enseñado a pensar lo bastante a fondo. Quiero decir que «Born in the U.S.A.» no es para nada ambigua. Solo hay que escuchar la letra con un poco de atención".
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