Bizarrap: el artista argentino más famoso de la actualidad quiere demostrar que puede ser profeta en su tierra
Comenzó, ante 20.000 fans, el primero de los tres shows que tiene programados hasta el sábado en el Hipódromo de Palermo, con una gran puesta de luces y visuales; Duki fue el invitado especial de la noche
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Veinte minutos después de las 21 (hora pautada para el inicio), comenzó en el Hipódromo de Palermo el primer show que Bizarrap quiere compartir con el público argentino, en tres funciones que agendó hasta el sábado. No es apropiado llamarlo recital (a pesar de que se escuchan canciones y hay cantantes que desfilan por sus escenarios), ni concierto. Tiene aspecto de festival según los usos y costumbres de estos tiempos, con un gran paseo de marcas que promocionan sus productos y puestos de comidas, que conducen al espacio principal, donde se desarrolla el espectáculo. En definitiva, de eso se trata, de un espectáculo, con rasgos de fiesta electrónica, según Bizarrap imaginó y tal como su equipo de colaboradores proyectó con una apuesta muy fuerte a los visuales y la luminaria.
Estructuras dispuestas en forma de óvalo y un ángulo de producción artística en 360 grados, con una nave central destinada al protagonista y, a cada lado, lo que literalmente se podría considerar escenarios de sideshows. Por esas tablas pasan los artistas que hacen la previa: en la primera jornada de este tríptico hicieron el aguante para el público que había llegado bien temprano, la DJ Anita B Queen, y Bhavi.
En esta primera entrega Bizarrap arrancó fuerte con los temas de las BZRP Music Sessions que hizo con Nathy Peluso, L-Gante, Ptazeta y Eladio Carrión. “Ahora los quiero saltando”, decía, detrás de sus computadoras y consolas, ubicadas al pie de una pantalla semitubular que parecía entronizarlo. En ese momento tenía por delante casi tres docenas de temas y poco menos de dos horas de shows. Para el final estaban reservados los súper hits que hizo con Shakira y Quevedo. El efecto visual fue el que predominó, con bastante pirotécnica (fuego y humo), más una producción de imágenes en pantallas con estimulación visual constante y una estética sonora que apuntaba a la fiesta electrónica, más allá de que hubo también algunos breves matices, como el fragmento de la canción que grabó con René Residente.
Esa lista tan amplia pareció un resumen de su vasta carrera, aunque haya transcurrido en apenas un lustro. Como si la idea madre de estas actuaciones hubiera sido un repaso de sus grandes éxitos o, al menos, una breve muestra de cada uno de ellos. Porque lo cierto es que, alejado del concepto de recital, diseñó el repertorio como un plano secuencia que unió sus creaciones que fueron concebidas en los formatos más diversos. Encontró la manera de enlazar temas de distinto origen con elegancia. Y quizás esa haya sido una de sus mejores armas en esos momentos en los que las explosiones de fuego, los láser y las metrallas lumínicas de los leds dejaron de ser una novedad para el público.
En medio de tanta virtualidad, el invitado especial y presencial de la noche fue Duki. “El número uno”. Así lo presentó Bizarrap, en el interludio de un set absolutamente certero y potente, que construyeron juntos.
El gran desafío
Esta es la primera vez que vende entradas con una producción propia. Todas sus actuaciones anteriores fueron en festivales. Bizarrap quiere saber si también puede ser profeta en su tierra y en eso está, con las funciones que dará durante tres noches. Allí se planta, en medio del Hipódromo, a solo 25 kilómetros de la casa de sus padres, en Ramos Mejía, donde, hace no tantos años, comenzó a hacerse conocido, gracias a sus producciones independientes (Freestyle Sessions y Music Sessions). Digamos que fueron cinco años o seis años desde que comenzó a subir sus primeras invenciones a YouTube y tres desde que tantos artistas que aspiraban a acceder al mainstream musical querían grabar con Biza de productor o, dicho de mejor modo, deseaban ser tocados por la varita mágica del Biza. Porque todo aquello que pasaba por su computadora se convertía en millones de vistas en YouTube o reproducciones en plataformas como Spotify.
Aunque no será del todo fácil de delimitar, hay un antes un después en su carrera. Quizá no tenga que ver con un hecho en especial sino con una actitud. Al principio, Bizarrap se dejó llevar por su instinto. En cambio, ahora pone los objetivos y busca, hasta conseguir lo que quiere. Hizo sesiones de freestyle con el under rapero del conurbano Oeste bonaerense hasta que uno de sus invitados le dijo “yo no improviso, mejor hagamos una canción”. Y fue así que nacieron las BZRP Music Sessions (fue justamente Bhavi el protagonista de aquella Music Session y la primera voz elegida para show soporte de esta saga de funciones). Así se dieron las cosas. Lo mismo ocurrió cuando fue a pasar música a un evento y, como era un día se sol, se puso grandes gafas oscuras. Eso quedó como parte de su estilo, lo mismo que la gorra.
Claro que llegó un momento en el que ese “dejarse llevar” le cedió el lugar al Biza planificador. A ese muchacho de 24 años llamado Gonzalo Conde que está detrás de los anteojos y la gorra y es quien fue diseñando su propio destino. Quiso grabar con Shakira y lo consiguió (aunque al parece la idea fue de mutua coincidencia porque uno de los hijos de la diva colombiana quería que su madre grabara con Bizarrap). Explotó ese personaje que iba creado medio de casualidad en una industria de merchandising que parece todavía no tener techo y que sigue produciendo eventos, como la flamante APP que utiliza tanto para fidelizar a su audiencia (el Social Club que se ve en los stand de ingreso al predio) como para distribuir los QR de los tickets con los que el público accede a sus shows en el Hipódromo.
En la carrera del Biza, más allá de esa propia espontaneidad, no parecen haber pasos en falso. Luego de ese envión primero llegó la expansión, en 2022, con la producción de temas junto artistas de América latina y España que hicieron crecer de manera exponencial su campo de acción. El tema junto al rapero Quevedo llegó a ser el más escuchado del mundo durante 55 días vía Spotify. En España le abrieron los brazos. Hizo allí temporada con actuaciones presenciales. Jimmy Fallon le abrió las puertas de su Tonight show cuando la BZRP Music Session #53 que grabó con Shakira se convirtió en uno de los mayores éxitos mundiales. Sí, ese mismo que explotará sobre el final de esta primera entrega de Bizarrap en el Hipódromo.
La participación de Bizarrap en el festival Lollapalooza Argentina 2022 fue una especie de prueba de fuego para calibrar el efecto que su trabajo podría causar en vivo, ante grandes multitudes. Aquella actuación en la que recreó un hit de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota resultó un buen termómetro para demostrarse que podía salir del estudio. Se echo a andar, ganó confianza en varios terrenos. Y ahora se pone a prueba frente a los suyos. Los números son una constante cuando se habla de Bizarrap. Y este caso no es la excepción. Hay más de 30 cámaras en el predio. Quienes no pudieron acceder a estos shows de jueves, viernes y sábado, esta primera función tiene transmisión de DirecTV Go (hay que descargar la app para acceder). Se dispusieron más de 3000 metros cuadrados de pantallas de led, 2000 luces móviles, 120 sistemas de sonido de amplificación distribuidos en 13 torres y 40 sistemas de láser. Toda la producción requiere de 40 camiones para traslados de equipos y más de 1500 personas que trabajan en estos shows.
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