Bersuit: "No sé si volveríamos a subirnos a un escenario con Cordera"
A siete años de la salida del Pelado, la banda presenta hoy en el teatro Ópera Allianz el tercer disco de su nueva etapa, a la que definen como más democrática que la anterior
Para una banda que supo llenar infinidad de veces estadios de todo color y aforo en la ciudad (Obras, Luna Park, hasta River Plate), tocar en un teatro debería ser un trámite excesivamente sencillo. Para Bersuit Vergarabat, en cambio, la cosa va un poco más allá: el ahora sexteto presentará esta noche en el Opera La nube rosa, su decimosegundo trabajo de estudio, y la apuesta no es sencilla para un grupo que hizo de la invitación al baile una constante en su carrera. "Nos aburre quedarnos sentados y tenemos ganas de ser, de mostrar, de ir más allá y encarar los desafíos. Estar reinventándose siempre es la única manera", defiende Cóndor Sbarbati, vocalista junto a Daniel Suárez. "Tenemos preparado algo muy lindo en donde vamos a pasear por muchas partes de la historia de la banda y vamos a presentar por primera vez todas las canciones del disco a lo largo del show", agrega.
Después de una tardía llegada a la popularidad en el cambio de milenio, Bersuit oficializó su separación en 2009. Cuando a los tres años el grupo decidió retomar las actividades y Gustavo Cordera, su cantante principal, no quiso ser de la partida, Sbarbati y Suárez abandonaron sus roles de coristas y se vieron obligados a dar un paso al frente. Desde entonces, la nueva formación del grupo editó tres discos: La revuelta, El baile interior y el flamante La nube rosa. El título del álbum hace alusión a la imagen que ilustra su portada, y para la banda esconde un significado con cierto simbolismo. "El arte de tapa es una foto casual que Juan (Subirá, tecladista) tuvo la suerte de captar en un lugar maravilloso, y eso inspiró la canción. «La nube rosa» es un estado de ánimo ideal, el vaso medio lleno, emocionarse al ver cosas sencillas y simples de la vida", explica Sbarbati. A su lado, Suárez agrega: "Es como el soma de Aldous Huxley. Es un estado, ese lente que uno se pone para surfear las cosas lindas de la vida, y las feas también".
Los estados de ánimo no son un tema menor para Bersuit. El grupo tuvo su mayor pico de popularidad con la trilogía compuesta por Libertinaje, Hijos del culo y La argentinidad al palo entre 1998 y 2004, en un escenario local que alternó estallidos populares, crisis económicas y políticas. De a poco, el grupo se volvió la banda de sonido para ese momento histórico en particular, y lo hizo como asumiendo la obligación de enfatizar la protesta, pero también de encontrar el optimismo en un contexto negativo. "De alguna forma, tenés que tirar una buena", explica Suárez. "Vos podés estar viviendo como todos un montón de cosas que suceden en el mundo, injusticias y todo lo que fuera. Cuando las convertís en canción, tenés que darle una salida por fuera del agobio para la gente que te está escuchando. No somos una banda suicida que propone que está todo mal", agrega.
Aunque la versión 2.0 de Bersuit Vergarabat lleva ya siete años de funcionamiento, la puesta a punto de sus piezas comenzó bastante antes. En 2005, Andrés Calamaro decidió regresar a los escenarios tras cinco años de ausencia, pero no encontraba los compañeros con quienes volver a tocar en vivo. Fue el propio Cordera el que puso a su disposición a sus compañeros de banda para una experiencia que comenzó en enero de ese año en la plaza Próspero Molina, continuó con tres shows emotivos en el Luna Park en abril y que remató con una noche consagratoria en la cancha de rugby de Obras Sanitarias en diciembre. La experiencia le permitió al grupo (Sbarbati, Suárez, Subirá, el bajista Pepe Céspedes, el baterista Carlos Martín y el guitarrista Alberto Verenzuela) probarse por fuera de lo que el público esperaba de ellos. "Nosotros teníamos bien en claro qué banda éramos y sabíamos que estábamos preparados para cobijar la fisura de Andrés y convertirla en disco (por El regreso, el álbum en vivo de 2005). Él necesitaba de cariño y grupo humano, y nosotros somos cariñosos y tenemos un buen grupo humano, todo congenió para que eso sucediera. Muchos empezaron a ver que Bersuit no era sólo una banda de cumbia y cachengue", explica el Cóndor. Su compañero agrega: "Si bien Andrés es un loco mental de todo lo que pasa y está al tanto de todo, descolgó mucho en nosotros, más que nada en Pepe y nosotros dos, que le hicimos cuadernos con sus canciones para que se sintiera más mimado. Visto a la distancia, fue el gran aporte que terminó dándole a la banda. Cambió el DT y se siguió jugando".
"No sé si volveríamos a subirnos a un escenario con Gustavo (Cordera), salir de gira, compartir un micro" (Daniel Suárez)
Esa metáfora futbolística es la que define cómo son las cosas puertas adentro para Bersuit Vergarabat en 2016. Tras años de afianzarse en sus roles, todo parece estar demasiado ajustado como para intentar volver a cómo eran las cosas antes del estallido interno. Con cierta reserva, Sbarbati se refiere a este presente afirmando que "se ganó espacio, es una banda muchísimo más democrática en todas sus acepciones. Ahora decidimos todo unánimemente, es todo más consensuado". Suárez, en cambio, elige ir un poco más allá: "Yo no tendría ningún problema en dar pasos al costado en pos de la música, pero creo en que la buena onda sale por los parlantes y que las cosas se rompen. No sé si volveríamos a subirnos a un escenario con Gustavo, salir de gira, compartir un micro. Ahí la música es una excusa: hay anécdotas, salir, comer, estar en un hotel, hacer zapadas. Todo eso, ¿cómo hacemos? Hoy lo seguimos haciendo. Nos subimos con una guitarrita a un micro y hacemos trece horas para llegar a Mendoza y nos la pasamos tocando. Eso hace rato que no se hace con Gustavo. No seguimos siendo amigos y no nos vimos más". Y, para rematar, agrega: "Supongo que para él habrá sido muy difícil, porque no es lo mismo estar en grupo contenido por amigos que andar solo. Él mismo decía que Bersuit era el triunfo de lo grupal sobre lo individual, y creo que se olvidó mucho de eso. Insisto, en pos de la música, yo no tendría ningún problema. Pero, y esto lo digo con el alma abierta, la banda suena muy afinada, muy afianzada tal como está".
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