“Because”: el tema de inspiración clásica que surgió en una lejana finca y fue el “último” registro del tándem Lennon/McCartney
Durante la grabación de Abbey Road, el álbum de estudio que sirvió de epílogo a la inmensa obra de Los Beatles, la hermosa composición fue el registro final en el catálogo de las 179 canciones acreditadas a la gran dupla compositiva
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Se sabe: además de los álbumes, los singles, las películas, los shows en vivo, los backstages, las grabaciones en estudio, las imágenes caseras tomadas en sets de filmación, cientos de miles de fotografías y canciones inéditas que milagrosamente siguen publicándose hasta hoy, como la flamante “Now and Then” lanzada el 2 de noviembre del último año, Los Beatles son y serán una usina sin fin de material increíble.
Entre las muchas historias que se hilan a su alrededor, un capítulo especial merece el backstage de “Because”, pequeña joya musical de apenas 2.45 de duración incluida en Abbey Road, el último álbum de estudio de los “Fab four” lanzado el 26 de septiembre de 1969, por Apple Records.
La canción fue compuesta presumiblemente en marzo de 1969, mientras John Lennon y Yoko Ono pasaban unos días a solas en Sunny Heights, la finca de Ringo Starr en St. George’s Hill, Weybridge (Reino Unido), donde se habían mudado temporalmente mientras renovaban su flamante casa de Tittenhurst Park, Ascot. Las pistas sobre el origen de la canción fueron develadas por el mismo Lennon en una entrevista publicada en el New Musical Express, de Reino Unido, el 3 de mayo de 1969, cuando declaró: “Acabo de escribir una canción llamada ‘Because’. Yoko estaba tocando una pieza clásica y de repente dije: ‘¿Puedes tocar esos acordes al revés?’ Ella lo hizo y escribí ‘Because’ alrededor de ellos”.
La pieza a la que se refería John era el “Adagio Sostenuto de la Sonata para piano N.° 14, Op. 27 N° 2 (Claro de luna) en Do Sostenido Menor”, de Ludwig van Beethoven, y sin dudas, aquellos arpegios celestiales no pasaron de largo para John, que por entonces atravesaba un período compositivo de experimentación muy influenciado por Yoko.
En la biografía de Paul McCartney Many years from now, el escritor inglés Barry Miles cuenta que “Yoko era una pianista de formación clásica pero había dejado de tocar porque su insensible padre se había burlado de sus deditos y le había dicho que nunca llegaría a nada. Se dedicó a la composición musical pero luego se centró en el arte de vanguardia. A veces, sin embargo, ella tocaba algo para John”.
Así las cosas, el 1° de agosto de 1969 Lennon presentó la canción a su equipo en EMI Studio Two. La sesión de grabación comenzó a las 2.30 pm y estuvo a cargo de los ingenieros Geoff Emerick, Phil McDonald y John Kurlander. Unos años después, en su libro “Here, there and everywhere”, Emerick recordaba: “John había escrito la canción con la guitarra, tocando suavemente notas individuales en lugar de tocar acordes, pero sintió que se necesitaba algo más. ‘¿Doblar exactamente tu línea en el clavicémbalo?’, sugirió George (Martin), y Lennon rápidamente estuvo de acuerdo. ‘Sí, genial, eso también ayudará a que sea un poco más clásico’, respondió”. De esa manera, George Martin, el legendario productor de Los Beatles, se sumó a la grabación ejecutando el clavicémbalo eléctrico.
En tres partes
Respecto de las voces, tal como hicieran muchas veces desde sus inicios, John, Paul y George cantaron la armonía en tres partes, y además la secuencia fue grabada tres veces, para dar como resultado las nueve voces que se escuchan en la grabación final.
“Aah Because the world is round / It turns me on / Because the world is round / Aah Because the wind is high / It blows my mind / Because the wind is high / Aah Love is old, love is new / Love is all, love is you / Because the sky is blue / It makes me cry / Because the sky is blue Aah”.
“Aah Porque el mundo es redondo, me enciende / Porque el mundo es redondo / Aah Porque el viento es alto, sopla mi mente / Porque el viento es alto / Aah El amor es viejo, el amor es nuevo / El amor es todo, el amor eres tú / Porque el cielo es azul, me hace llorar / Porque el cielo es azul Aah”, apuntaba John en aquellos versos influenciados por Yoko Ono, con el viento, el cielo y la tierra como temas recurrentes.
“Los tres beatles cantaron “Because” una y otra vez esa tarde; probablemente cada uno de ellos pasó 20 o 30 veces. El tono no fue un problema -rara vez cantaban desafinados y eran buenos recordando sus partes- pero no fue fácil conseguir el fraseo preciso, comenzando y terminando cada palabra exactamente al mismo tiempo. Incluso John fue inusualmente paciente ese día, aunque reprendió a Paul una o dos veces, y en un momento le dijo bruscamente: “Por favor, dame un respiro ya... ¡Ojalá no hubiera escrito esa maldita cosa!”. Pero John siguió así, al igual que George Harrison quien, para mi sorpresa, nunca pronunció una palabra de queja. Sabían que estaban haciendo algo especial y estaban decididos a hacerlo bien. Ese día no hubo payasadas ni bromas; todos estaban muy serios, muy concentrados. Su objetivo era poder cantar cada pase de principio a fin (era casi una cuestión de orgullo)”, recordó Emerick, el ingeniero de sonido, sobre aquellas interminables jornadas de grabación de las voces, donde el único resultado aceptable era la perfección. “Ese día vi a los cuatro Beatles en su máxima expresión: todos estaban cien por ciento concentrados, incluso Ringo, sentado en silencio con los ojos cerrados, instando en silencio a sus compañeros de banda a realizar su mejor interpretación, todos trabajando en conjunto para lograrlo. Fue un claro ejemplo del tipo de trabajo en equipo que tanto había faltado durante años. Es tentador imaginar lo que los Beatles podrían haber logrado si hubieran podido capturar y mantener ese espíritu un poco más”.
Finalmente, se tomó la decisión de completar “Because” con una sobregrabación de un nuevo instrumento inusual que George Harrison había adquirido recientemente, un sintetizador Moog, modelo IIIp.
El ingeniero de EMI, Ken Townsend, recordó que “para conseguir ese sonido de trompa se necesitó un conjunto completo de maletas llenas de conectores y filtros”. A la vez, el ingeniero Alan Parsons agregó: “Fue mucho trabajo sacarle algo y sólo se podía tocar una nota a la vez, lo cual era una desventaja. Todo el mundo estaba fascinado con ello. Nos apiñábamos todos para echar un vistazo”.
George Martin quedó tan conforme con la mezcla que, junto con su hijo Giles Martin, hicieron una similar para incluirla como tema de apertura en el álbum recopilatorio Love (2006), agregando sonidos de pájaros para darle efecto. La mezcla también se utilizó para la apertura de un espectáculo del Cirque du Soleil que se presentó en Las Vegas bajo el mismo nombre. También fue incluida en distintos lanzamientos del 50 aniversario de Abbey Road y se la incorporó a algunas armonías utilizadas en la última canción de los Beatles, “Now and then”, lanzada en noviembre del último año.
Clásicos y modernos
Cuando los Beatles estaban comenzando, el rock & roll era la música popular del momento, con melodías, armonías y ritmos bastante repetitivos, y hasta limitados, aunque no por eso menos contagiosos. Incluso John, Paul, George y Ringo eran declarados admiradores de figuras como Elvis Presley, Chuk Berry o Carl Perkins. Pero ese fue sólo el punto de partida.
Es que si bien las primeras canciones, como “She Loves You” o “I Wanna Hold Your Hand” seguían la línea de la simplicidad armónica, en unos pocos años más sus composiciones se habían vuelto más sofisticadas como “Whithin You Whitout You”, donde incorporan melodías e instrumentos de la India o “I Am The Walrus”, donde tocaban ya no tres, sino 16 acordes en una misma canción. En el camino, se nutrieron de distintas fuentes, desde la música celta, presente en “Eleanor Rigby”, o del tono jocoso del vodevil en “When I’m Sixty Four”, hasta la utilización de loops en “Tomorow Never Knows”, todas exquisitas composiciones comparables con los genios de la música clásica.
No es casual que además de “Because”, a menudo se han señalado puentes entre la música de los Beatles y la de otros compositores clásicos. En ese sentido, el crítico musical William Mann escribió un artículo en el London Times comparando la canción escrita por John Lennon “Not a Second Time” con “Song of the Earth”, de Gustav Mahler. Poco después del lanzamiento del Álbum blanco, en 1968, el crítico Tony Palmer escribió en el London Observer que Los Beatles eran “los mejores compositores desde Schubert”.
Así, para cuando empezaron a escribir piezas como “Strawberry Fields Forever” su sonido había cambiado por completo. Los arreglos, la sonoridad y la complejidad de sus canciones los volvieron completamente singulares, impredecibles y novedosos. Y en cada nuevo álbum siguieron incorporando recursos de la música clásica tradicional, como la modulación (cambio de una tonalidad a otra en una misma obra), otro recurso utilizado en “Penny Lane”, donde asoma además un solo de trompeta inspirado en el concierto de Brandenburgo N° 2 en Fa Mayor, de Johann Sebastian Bach.
De esa manera, desenterraban los tesoros ocultos en la música de sus antepasados, borraban las barreras existentes entre los estilos y los géneros musicales, y transformaban tanto la forma de escribir las canciones como también de grabarlas, convirtiendo el estudio de grabación en un laboratorio para ensayar todo tipo de experimentos.
El tándem compositivo más genial del siglo XX
En todo caso, puede afirmarse que el tándem compositivo que conformaron Lennon/McCartney se convirtió en una marca fundamental en la historia de la música. Si bien muchas de las primeras composiciones fueron escritas íntegramente por John o Paul, pronto acordaron que todas sus canciones fueran acreditadas como escritas por ambos cuando se publicaran y fueran lanzadas.
Juntos cambiaron el sonido, la forma, la búsqueda y hasta la ambición de un lenguaje musical que llegó a ser tan sofisticado como atractivo al gusto de las masas, y sin dudas, los catapultó entre los compositores más importantes del siglo XX.
“Atribuir las canciones conjuntamente a Lennon y McCartney fue una decisión que tomamos desde el principio, porque aspirábamos a ser Rodgers y Hammerstein [una exitosa dupla de autores estadounidenses de canciones para musicales]. Habíamos escuchado estos nombres y habíamos asociado las composiciones con ellos, por lo que la combinación de dos nombres sonaba interesante”, explicaba Paul en el libro Beatles Anthology.
Durante la grabación de Abbey Road, el álbum de estudio que sirvió de epílogo a la inmensa obra de Los Beatles, la hermosa “Because” fue registrada como la última entrada al catálogo de las 179 canciones acreditadas bajo el rótulo inmortal “Lennon/McCartney”. Poco después, en septiembre de 1969, Lennon anunció que quería “divorciarse” del grupo, rompiendo así oficialmente la sociedad compositiva. Aunque la ruptura de la banda se mantuvo oculta públicamente hasta el 10 de abril de 1970, la sociedad de composición ya estaba disuelta desde entonces.
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