Bambi: "Me fui quince años para atrás para entender quién era yo antes de Tan Biónica"
Bambi es Gonzalo Moreno Charpentier. Es un integrante en suspenso de la banda musical Tan Bionica , la cual se puso en modo pausa hace exactamente casi tres años . También es el hermano de Santiago Moreno Charpentier , más conocido como Chano. Bambi es un joven de 34 años, padre de un pequeño que nació justo tres meses antes de que comenzara una de sus crisis más profundas, cuando la banda -a la que le dedicó más de la mitad de su vida- se distanciara. Bambi es hoy una nueva versión artística, luego de haber saltado a la fama como bajista, productor y co-compositor de los temas de estilo pop-rock. Ahora es un solista que pondera la reflexión y la composición como el camino a su realización, sin descuidar los afectos y el trabajo en equipo.
Pero Bambi también es un chico de barrio, que busca la inspiración en los detalles o cuando sale a pasear con su perro de noche por la ciudad, que le habla al público a través de las redes sociales para recibir devoluciones de su obra, y al que no le cuesta reconocer las dificultades para superarse. Según él, no podría hacer nada tan bien como la música. Y aunque su trayectoria en esta industria es larga y multipremiada, sigue de estreno. Porque por primera vez en muchos años de carrera pisará un escenario del festival Lollapalooza -el mismo que pise Lenny Kravitz- lo que le genera una enorme responsabilidad. Eso ocurrirá el próximo domingo 31 de marzo en el Hipódromo de San Isidro y él lo vivirá como uno de los máximos reconocimientos y logros profesionales.
-¿Cómo te preparás para el Lollapalooza?
- Es la primera vez que voy a tocar en el Lollapalooza, lo cual es una situación particular. Tuve la suerte de tocar con Tan Biónica durante mi carrera en muchos otros festivales. Cuando apareció esta oportunidad lo pensamos como algo nuevo. Estoy tratando en este proceso de hacer un montón de cosas que no hice antes, que sean un desafío. Para mi en este momento de camino en solitario o en nombre propio es una muy buena oportunidad. Desde hace dos años sacamos canciones. Algunas son más conocidas, al disco le fue muy bien y ahora nos va a ver un montón de gente que no va a los conciertos o nos ve de antes.
-¿Qué te genera el festival?
-Me gusta mucho la música nueva, joven. Me gusta que venga Paul Malone, Sam Smith, son dos tipos de cantantes muy diferentes. Me gusta que venga Rosalia. Estuve con ella hace poco en Las Vegas. La conocí y saludé un minuto pero pude decirle lo increíble que me parece su propuesta. Me parece muy groso tocar en el mismo escenario que va a estar Lenny Kravitz. Lo voy a disfrutar y es una gran oportunidad para mostrar mi música a un público que me conoce y otro que no. Pero también para pasarla bien. El festival tiene ese espíritu que los artistas también disfrutamos, para cruzarnos con algún colega que no ves o alguno que vive muy lejos.
-¿Ya tenés todo listo?
-Está todo bastante planeado. Tenemos que hacer un show que sea muy concreto para mostrar esa pequeño camino que anduvimos con algunas canciones del disco, algunas de las dos nuevas que salieron y otras del pasado para mostrar de algún modo de donde vengo y que música estoy haciendo.
-¿Recibieron alguna indicación al respecto?
-Eso lo pensamos nosotros. Este show tiene un concepto diferente al de un concierto propio, en el que hay más tiempo de desarrollo. Acá tenemos 40 minutos y hay que ir al hueso. Tocar las 7 o 8 canciones más representativas, más escuchadas, que la gente más puede necesitar. Y darlo todo y hacer un espectáculo que visualmente tenga una propuesta. Porque el hecho de compartir escenario con Lenny Kravitz nos pone a nosotros en un compromiso de elevar la vara y mostrar lo mío. Es un desafío interesante.
-¿Qué es lo que más cuidan?
-Todo. Por suerte, en toda esta etapa la destreza de formar un equipo participativo, grabar un álbum con músicos muy talentosos. Tenemos un equipo mixto y rico en talento, porque vamos a ir con una propuesta visual, una de vestuario, de repertorio que intentará estar a la altura del festival de vanguardia, que exige condensar todo en un tiempo acotado. Yo lo vivo como un agradecimiento, porque recién estamos empezando con este proyecto.
-¿Por qué creés que sos uno de los convocados?
-Yo hice un primer álbum sin saber lo que estaba haciendo. La mitad de mi vida fui parte de una banda que de pronto para luego de todo lo que le dedicaste al proyecto y todo lo que lograste, como el sonido nuevo que creamos con Tan Biónica y le hablamos a la gente de una forma distinta a la que le hablaba el rock. De pronto eso frena y yo me encuentro en un abismo. Entonces pensé en empezar una nueva carrera, que va a tomar 5 o 10 años. Pero me puse a sacar canciones, que podían ser un primer álbum y hace tres meses terminé en la alfombra roja de los Premios Grammy, que nunca me imaginé que podía pasar tan rápido.
-Tomaste la costumbre de postear frases en las redes sociales para promocionar tus temas, como con "Vuelve a casa". ¿Qué sentido tiene eso para vos?
-Es la segunda canción que sacamos después del álbum. Para mi la casa es un lugar, no necesariamente geográfico. "Volver a casa" puede ser "volver adentro tuyo". La casa es donde está el corazón. A veces la tenés que hacer. El hogar lo tenés que llevar adentro. Por ejemplo, la casa de los padres, de la infancia, no dejan de ser lugares donde sucedieron momentos y esos te los llevas todo el tiempo, porque es lo único que transita con nosotros, la memoria. La casa la podes recrear en cualquier lado. Para mí es una canción profunda.
-¿Esperabas la gran repercusión que tuvo?
-Pasó algo muy raro. La frase "Todos los domingos de este año te extraño" yo la tuité hace seis meses porque ya estaba trabajando en la letra y se me ocurrió compartirla para ver que pasaba. Y la gente la empezó a citar. Y pegó porque el domingo es un día que uno se hace muchas preguntas, de pronto el mundo se detiene y las ausencias y las cosas que faltan se hacen presentes. Entonces empezamos a promocionar la canción a través de una leyenda de una pareja que entra en un hechizo. Ella se va del lugar y él se despierta cada vez y es domingo y la busca durante todo el día hasta quedarse lo mismo, y todo se repite. El mensaje de la canción es lo más importante. La leyenda sirve para contar la historia, como la del video, en el que en un mundo de desencuentros voy a Las Vegas para suplicar a una chica que vuelva.
-¿Habla de vos esa historia?
-Todo lo que se armó en torno enseña que cuando algo tiene que ser, es. A veces no sucede, y aveces uno lo tiene que aceptar. Todas las canciones que escribo hablan de lo siento o de lo que me rodea. Estoy haciendo la música más auténtica y genuina que podría hacer. Tuve un espacio de total libertad con el primer álbum "Encuentro". Al escribirlo, representaba un nuevo comienzo por la crisis del grupo y la reciente paternidad y el lugar que va uno buscando en el mundo. Todo eso quedó plasmado en un álbum solista. De algún modo, la música me demostró que fue mi oportunidad para salir adelante y que lo único que se necesita para ser artista es tener algo para decir y que pueda resonar en algún lado. Eso generan las canciones. Yo estoy feliz con la cantidad de reproducciones que tuvo en una semana.
-¿Cómo interactuás con los que escuchan tu música?
-(suspiros) Qué buena pregunta. Es increíble. Siempre el reconocimiento que puedo tener en la calle tiene que ver con la música. La gente que te dice algo sobre una canción que hiciste o sobre el disco, se te acerca de las formas más extraña o te reconoce en lugares aislados.
-¿Extrañás tus casas cuando viajas?
-Al tener un hijo, aparece como un filtro de Instagram y empezás a ver el mundo con otros ojos. Y entonces puede ser que no te banques una gira de 25 días y buscás huecos para verlo. Siento que también tengo la suerte de ofrecerle cosas que un padre que tiene que trabajar todos los días de 8 a 18 por ahí no puede dar. Antes de tener un hijo pensaba que clase de padre podía ser. Pero un hijo llega a determinada estructura y todo se ajusta.
-¿A qué momento quisieras volver aunque sea por un instante?
-(silencio, sonrisas) La pregunta es buenísima. No hay que intentar volver a los lugares donde uno fue feliz. A mi me encantaría volver al instante en que se me ocurre una idea, el disparador de una canción. Es una sensación tan linda, que uno no está viviendo todo el tiempo. Prefiero un camino libre de acumulación material -que lleva probablemente a una ruta de inconformismo- y lleno de todos los momentos que uno vive, parado en el momento presente. Tengo un millón de esos por suerte, que me pasa que la historia reciente sigue siendo interesante. Estoy enganchado con lo que está pasando porque soy protagonista de mi propia vida.
-¿Qué viene por delante en tu camino?
-Todo lo que viene es alucinante. Tengo la buena noticia de que luego de esa canción -que salió hace poco y me enorgullece cómo la grabamos, cómo suena y lo que le pasa a la gente- ya tengo otras canciones. tengo la sensación linda en el cuerpo de lo que viene está mucho mejor. Este año vamos a sacar seguramente dos o tres canciones más, que van en sintonía con lo que estamos haciendo. Y el año que viene compilaríamos todo en un disco.
-¿Tenés ilusión de que vuelva Tan Biónica?
-(pausas) Yo soy una parte de una banda que ha recorrido muchos kilómetros y ha conectado con mucha gente. Yo quiero todo lo que hicimos con todo lo que hicimos y creamos con el grupo. Si en algún momento eso se reconecta, depende de cada uno y en el momento artístico o personal que cada uno esté y que esas energías se conecten para ir hacia el mismo norte. Lo que nos hizo frenar o nos desarmó en aquel momento era justamente que eramos cuatro y cada uno tocaba una nota diferente.
-¿Creés que hicieron todo lo que podían hacer o quedaron pendientes?
-Es raro pensar en pendientes cuando se trata de un proyecto artístico. No pusimos punto final, fue un impasse. No depende de mi voluntad. Si bien soy una pata muy importante del proyecto, soy sólo una parte.
-¿Qué parte sos ahora?
-Todo este camino para mí fue conocer otras formas, otro rol, empezar a tener que hacerme cargo de las palabras al cantarlas yo, a confeccionar un nuevo concepto artístico. Todo eso tiene una familiaridad con lo que hice antes, pero no es lo mismo porque es un viaje totalmente distinto, pero de algún modo soy la misma persona. Antes yo podía extraerme de la banda para llevar una vida más o menos normal y ser eventualmente "Bambi de Tan Biónica". Hoy en día no. Hoy me preguntan por mi hijo, por mi relaciones familiares o por mi música. Porque la obra y la vida son casi lo mismo.
-¿Qué te queda por hacer?
-Luego que se parara la banda, que para mi fue dramático, entendí que este camino que emprendía era una forma de seguir adelante. Ese camino fue cobrando solidez y se transformó en un proyecto hecho por muchas personas que hacen que crezca. Si la gente cree que las canciones son bonitas o se reproducen mucho o la industria nos reconoce con los Premios Gardel o los Grammy o nos convocan al festival más importante del país, hay algo que me indica que esa fue la oportunidad para empezar de nuevo, pero no de cero porque tengo un montón de recorrido.
-¿Cómo te afectó el distanciamiento de la banda respecto a tu relación con tu hermano?
-Ahora antes que socios musicales somos hermanos. Cambió la frecuencia en que nos vemos. Antes lo hacíamos por trabajo, ahora somos muy amigos, nos elegimos y tenemos un nivel de confidencia y entendimiento como pocos hermanos. Aunque la gente se quedó con la sensación de que la banda paró por una pelea entre nosotros, pero no fue así. Como cualquier vínculo, hay momentos que funciona más fluidamente que otras. Nosotros trabajamos mucho tiempo juntos e igual nos elegimos como amigos. Lo mismo que con mis otros compañeros de Tan Biónica, con quienes la relación es casi análoga a la de un hermano, aunque no compartimos sangre pero si nos han pasado tantas cosas juntos. Pero en este momento musical nos compartimos las cosas desde otro lado. Es interesante vernos desde afuera, vernos trabajando con otros músicos y haciendo distintos caminos
-¿Cómo sobrellevaste el comienzo de esta etapa actual que coincidió con el nuevo rol de padre?
-A veces en la vida las cosas llegan en un momento. Nunca es el mejor o peor momento para que algo suceda. Yo me encontraba atravesando una crisis grande por lo que pasó con el grupo. De un día a otro te encontrás en tu casa y tenés que empezar de nuevo y pensar que vas a hacer. Te preguntas muchas cosas. Lo que hice yo fue ponerme a buscar para adentro, en retrospectiva para encontrar mi esencia más allá del grupo. Me fui quince años para atrás para entender quien era yo antes de Tan Biónica.
-¿Cómo lo trabajaste?
-Con viajes al interior y espirituales, yendo al campo a componer canciones, con mi terapeuta que me ayuda mucho. en lo más intimo. Y con mi hijo que tenía sólo tres meses y eso es indefectiblemente un motor muy grande en la vida. Y tenía una iluminación muy grande por un lado y una enorme sombra por el otro. Salí rengo de eso pero fui caminando para adelante. La llegada de un hijo te revoluciona todo. Me puse creativo y espontáneo porque estaba todo el tiempo creando, jugando tirado en el piso. Y todo eso, a los 30 años, te conecta con la niñez. Fue alucinante. Y ahora que ya puedo sacarme la curita, puedo decir a la distancia que de alguna forma se tenía que manifestar una crisis.
-¿Y cómo lo acompañaste a tu hermano en la suya?
-Como cualquier hermano. Más allá de que a nosotros nos tocaba más de cerca cuando era por trabajo. Me ha tocado hacerme fuerte en el camino cuando perdimos a nuestro viejo de jóvenes la noche que estábamos debutando en el Luna Park y fuimos primero a velarlo. Y yo me tuve que hacer cargo del sepelio con veinte años.
-¿Eso fue lo más duro que te pasó?
-Yo creo que el camino tiene sus dificultades pero yo siempre creo que la música es un camino hacia adelante. Me ha tocado eso como un nacimiento, de sacar un chico de la clínica el mismo día que tenía que ir a hacer una entrevista con la banda. Me ha tocado las dos cosas, como ese amanecer y ese ocaso de la vida. Siempre lo viví como un privilegio poder hacer lo que me gusta y me conecta con otros.
-¿Tenés miedo a lo que pueda venir?
-No, todo lo contrario, porque el miedo paraliza. Y luego de todo lo que pasó, yo no paré de hacer, de recorrer kilómetros. Y soy muy agradecido y feliz por todo lo que me trajo hasta acá.
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