¿Alguna vez hubo un artista con menos necesidad de editar un disco que Bad Bunny? Durante tres años, esta estrella puertorriqueña, nacida como Benito Antonio Martínez Ocasio, estuvo sacando un hit tras otro en forma de singles. Su voz grave y zumbante es imposible de imitar, y también es absurdamente adaptable, al punto de sonar natural tanto en un trap listo para estadios ("Diles), como en un reggaetón incendiario ("Te boté"), cumbia soleada ("Mayores), R&B seductor ("Si tu novio te deja sola"), misiles de pop de boliche ("Mia"), grunge (la versión de "Sensualidad" que hizo en vivo en los Grammy Latinos), salsa ("Mala y peligrosa"), o en baladas abatidas al piano ("Estamos Bien"). Muchos artistas logran dominar como mucho un estilo, pero, a los 24, Bad Bunny ya domina varios.
Así que su debut, X100PRE, en principio parece una extraña concesión al tradicionalismo por parte de un artista que hizo que el tradicionalismo fuera algo obsoleto: si los singles son suficientes para hacer que llegues a grabar con Drake, ¿para qué molestarte en hacer un álbum? Pero X100PRE es todo lo que podrías pedirle a un disco debut: tiene mucho de lo que inicialmente hizo famoso a Bad Bunny, junto con incursiones ejecutadas de manera impresionante en estilos nuevos, un logro para nada menor, considerando con cuántos géneros ya se metió.
X100PRE se balancea entre niveles casi invencibles de alardeo y el más absoluto desánimo, dos caras del mismo artista. "No voy a tiendas, pues yo soy dueño del mall/Soy Cristiano después de meter un gol/Tengo a francesas hablándome en español", canta Bad Bunny en "Otra noche en Miami", un tema de pop ochentoso, propulsivo y quebradizo que podría sonar bien después de "Hold On, We’re Going Home", de Drake, o de "Style", de Taylor Swift. Pero esa bravuconería no aparece en "Tenemos que hablar", un tema de pop-punk tipo Blink-182 totalmente inesperado. "Odio tus mensajes, cuando dices que tenemos que hablar", canta el puertorriqueño.
Esta dinámica se da una y otra vez. "Las reglas yo las rompo y las reparo", alardea Bad Bunny en "Caro", el tipo de tema de trap airoso y triunfal que suena mejor a un volumen para romperte los oídos. Después, en la maravillosamente malhumorada "RLNDT", está perdido, un verdadero chico dark en busca de motivación: "Las lágrimas no dejan huella, por eso yo no dejo rastro".
En X100PRE, Bad Bunny trabajó sobre todo con el productor de hits de reggaetón Tainy –el mismo genio de los beats detrás de "Estamos bien"–, y los resultados son maravillosos. "Ni bien ni mal" es un rap que se sostiene hasta el final, cuando se resuelve con una sección de cuerdas elegantes y un sonido de campanitas que podría hacer dormir a tu bebé. Las guitarras inesperadas de "Tenemos que hablar" vuelven más sutilmente en la segunda mitad de "Como antes", sugiriendo que Bad Bunny quizás haya plantado la semilla de un género completamente nuevo, el Latin-trap-punk-pop.
Un estilo diferente de riff de guitarra, acústica y espinosa, anima "La Romana", que al principio suena como el primo trap de "Reggaeaton", de J Balvin (otra producción de Tainy). Pero después el rapero dominicano El Alfa se suma para una parte de dembow que te deja sin aliento.
Además de El Alfa –y Drake, ya que el single de octubre, "Mia", reaparece como último tema del disco–, los otros grandes nombres que hay en X100PRE son Diplo y Ricky Martin, que se conducen admirablemente. Diplo armó la base de "200 MPH", un perfecto éxito de trap tan potente como cualquier cosa que haya salido de Atlanta (Si "I Like It" de Cardi B entra en tu rotación, este tema también debería hacerlo). "Caro" funciona de manera parecida a "200 MPH", hasta que aparece Martin para responderle a Bad Bunny durante un interludio adorable, convirtiendo al tema en una balada lo suficientemente fuerte como para ser una canción en sí misma.
Es un gran momento para el pop latino. Los artistas más grandes (J Balvin, Rosalía y Ozuna) están sacando éxitos globales inmensos, mientras también crean discos meticulosos, considerados, y que mezclan muchos géneros. Se trata de cantantes versátiles de un modo que hace que muchos artistas anglo parezcan monocromáticos, y hacen que esa versatilidad no sólo tenga estilo, sino que además sea esencial para su carácter artístico. Bad Bunny dominó el juego de los singles con facilidad. En X100PRE, cimenta su lugar en la élite del pop latino, y de la música pop en general.