Mirá el backstage de la producción de fotos con la figura del trap nacional
Hace unos años le pregunté al fundador de Rolling Stone, Jann S. Wenner, cómo decidía una tapa. “Les pregunto a mis editores, a mi equipo de trabajo, a todos; también a mis hijos”, dijo, y miró a una de las coordinadoras de la Redacción ahí en Nueva York, que asintió con un gesto de agobio. Célebre tanto por un instinto editorial salvaje como por cambiar todo a último momento, Wenner finalmente dijo: “Y después, hago lo que yo quiero”.
Entendemos que tal vez muchos de ustedes, nuestros lectores, no saben quién es el pibe que está en la tapa de este mes, y probablemente no les interese averiguarlo. Pero Duki está ahí porque creemos que encarna esa energía transformadora que convierte a alguien en tapa de Rolling Stone. Además de honrar a las leyendas, nos convoca retratar el presente, documentar el recambio en la música argentina y su evolución. Lo cual tal vez explique por qué Charly García y Duki, en el año de nuestro 20º aniversario, conviven mejor bajo el logo de RS que en los premios Gardel.
El choque generacional entre Duki abriendo esa gala y Charly cerrándola con su pedido de “prohibir el Auto-Tune” (una síntesis de esta era musical) fue como un regalo. El editor Lucas Garófalo captura en una crónica ejemplar el ascenso de esta cara nueva que en un verano se quedó con todo, rompiendo las reglas de la industria e incluso las nuestras: Duki es el primer artista que llega a la portada sin siquiera haber grabado un disco, y su explosión fue tan rápida que pasó de la nada a la tapa de Rolling Stone sin escalas, de rapear en la plaza al Luna Park.
“Papá, él me conoce de cuando no era nadie”, dijo Duki cuando me presentó a su padre el día de la sesión de fotos para la tapa. Fue gracioso, porque nos conocimos hace no más de dos años, pero para él eso es como toda la vida, en especial en este momento en el que siente que mucha gente se le acerca solo para pedirle cosas. Cuando nos conocimos, Duki era un freestyler más del circuito de batallas de rap que andaba para todos lados con un camperón del Arsenal y acababa de editar su tema, “No vendo trap”, el primer trap argentino en llegar al millón de plays. En esa época, yo fui jurado en varias batallas suyas en El Quinto Escalón y otros eventos por el interior de Argentina, donde era evidente que Duki no estaba batallando: hacía canciones durante sus rounds. (Me acuerdo de una batalla en Mar del Plata en la que le dije: “Duki, rapeá con más punchline”, y me miró como diciendo “¿Por qué no te vas a la mierda?”.)
Este mes, mientras elegíamos con el equipo la imagen que iba a ilustrar la tapa –esa obra que involucra texto, diseño y fotografía, y calibra el tono de una revista–, había dos propuestas: la del anzuelo, un gesto típico suyo que era un poco un guiño a su público adolescente, y la foto de la lengua. Una de las noches previas a mandar la revista a imprenta, después de estar todo el día en la Redacción revisando las opciones, me junté en un bar con Dtoke –el campeón internacional de batallas que también fue jurado de Duki muchas veces y recientemente anunció su retiro para hacer trap– y le mostré una captura en mi celular de la tira de contactos. “Así fue como entró Duki al rock nacional, a los gritos, rompiendo todo”, dijo Dtoke señalando la foto de la lengua.
El relato de Lucas tiene toda la potencia de una historia que es contada por primera vez. “Estar en la tapa de la Rolling Stone para mí es un sueño cumplido, no puedo creer que esto esté pasando”, dice Duki. “La realidad es que yo no me doy cuenta que soy Duki, y cuando me senté con Lucas y empecé a contar la historia de cero, y la vi de afuera, dije: ‘Fua... posta soy Duki, posta está pasando esto, posta voy a estar en la tapa de Rolling Stone. Posta toda esta peli que estoy viviendo pasó de verdad’.”
Créditos del video:
Entrevista y cámara: Juan Ortelli
Montaje: Jorge Vega
Música: "Duele", Los Yumas