Ariana Grande: cómo atravesar el dolor y convertirse en la número uno del pop en el intento
"¿No sentís que estás presenciado algo importante al estar viva a la vez que ella?", me preguntó hace un par de semanas una amiga, mientras me contaba que había escuchado cuarenta veces en un día "7 Rings". El último single de Ariana Grande rompió records en Spotify recolectando casi 15 millones de reproducciones en sus primeras 24 horas online, y el videoclip de "thank u next" directamente había roto Internet al pasar los 50 millones de clicks en YouTube durante su primer día de vida.
Las dos canciones forman parte de thank u next, el disco que salió este viernes y que es el segundo que lanza en seis meses: Sweetener (2018) también estuvo en la cima de los rankings, aunque no a esta escala, en agosto del año pasado. Todo esto suena impresionante, pero es lo de menos. No son los números lo que conmueve a los fanáticos del pop, sino que esta nueva etapa artística, que la estadounidense arrancó en noviembre, es su duelo público luego de una acumulación de tragedias privadas y no tanto.
A sus ocho años, Ariana estaba de vacaciones en un crucero y cantó en un karaoke. Al terminar, Gloria Estefan se reveló entre el público, se acercó a ella y le dijo que ser una artista era "su destino". Esto se confirmó cuando descubrió su rango vocal de cuatro octavas, cuando obtuvo su primer papel en Broadway a sus quince años, y cuando Cat Valentine, su personaje en Nickelodeon, pasó de ser la amiga de la protagonista en Victorious a tener su propio spin off, Sam & Cat en 2013.
Ese mismo año, Grande iniciaba su romance tanto con la audiencia como con la crítica especializada al lanzar su primer disco, Yours Truly (2013), con el que debutó en el primer puesto de los rankings combinando pop y R&B, y la fuerza de su voz hizo que la compararan con las divas de los 90s, como Mariah Carey. Después vinieron My Everything (2014) y Dangerous Woman (2016), y para 2017 Ariana ya tenía, a sus 23 años, cuatro nominaciones a los Grammys, casi una decena de hits como "Problem", "Break Free", "Into You" y "Side to Side", y estadios llenos. Además, su pelo atado en una colita alta y tirante, y las botas de caña alta combinadas con una remera larga se habían vuelto su marca inconfundible, tenía la versatilidad de cantar sobre sexo anal junto a Nicky Minaj y sacar un disco de villancicos, y los portales de chimentos ya estaban obsesionados con sus novios.
El 22 de mayo de ese año, una bomba estalló a la salida de su recital en Manchester Arena causando 23 muertes, la mitad de menores de 20 años, y cientos de heridos graves. Dos semanas después, Ariana daba su primer paso contra los pronósticos: en vez de suspender su gira y refugiarse en la casa de su mamá en Florida, como hizo durante los primeros días, volvió a la ciudad para llevar adelante Manchester One Love, un recital a beneficio de las familias de las víctimas. Logró convocar a artistas desde Justin Bieber y Miley Cyrus, a Liam Gallagher y Coldplay, y reunió 17 millones de libras.
En abril del año siguiente, mientras cerraba su cuarto disco, anunció su separación del músico y productor Mac Miller, después de dos años de relación, y un par de semanas después estaba comprometida con Pete Davidson, guionista y comediante de Saturday Night Live . Se la acusó de seguir adelante demasiado rápido, se la acusó de haber sido infiel y sobre todo se la acusó de "abandonar" a un hombre con problemas de adicción (y sobre esto último tuvo mucho para decir).
En agosto vino Sweetener. Con Pharrell como el productor estrella, Ariana grabó el disco durante casi dos años abarcando el stress post traumático que le dejó el atentado, el final de una relación que llamó "tóxica" y el comienzo de su noviazgo novedoso e intenso. Si alguien esperaba puro llanto y un final luminoso, estaba equivocado. Durante todo el disco, Grande narra el dolor de forma bailable: "Breathing", en la que trata de recordar la importancia de tomar aire mientras que sus amigos la mandan a medicarse dan ganas de dar saltitos en el lugar, y "No tears left to cry" es una oda ochentosa a seguir adelante luego de llorar lo necesario. A último momento, Ariana sumó "Pete Davidson", una canción que dura menos de un minuto y medio y que podría pasar desapercibida si no fuera por el título. En la letra, celebra la aparición de un nuevo amor de su vida pero habla del futuro: "Voy a ser feliz", repite como un mantra y una promesa que puede sonar vacía pero es una toma de postura que queda resonando al saber lo que pasó después en su vida. El falsetto liviano con el que repite esa oración se replica en "Get well soon", casi una reactualización de las divas old school como Aretha Franklin en la que se desea a ella misma y a sus oyentes la recuperación y el acompañamiento necesario. "Vas a trabajar tu camino hacia la cima (Vos lo sentís, yo lo siento)", cierra el disco y es una premonición que dura cinco minutos con veintidós segundos (5:22) en homenaje al atentado de Manchester (ocurrido el 22/5/2017).
El 7 de septiembre de 2018, mientras Ari promocionaba Sweetener y se preparaba para una gira mundial, Mac Miller, su ex novio, falleció de una sobredosis. Un mes después, ella le devolvía el anillo de compromiso a Davidson y se retiraba por unos días de las redes sociales. El silencio duró poco. Rápidamente estaba devuelta respondiendo las menciones de seguidores con su nuevo emoji de cabecera, un corazón negro. "Ahora mi corazón es negro y estoy vacía", explicó en forma de chiste, aunque aclaró que tal vez no era tan un chiste. Mientras, su cuenta de Instagram, en la que es seguida por más de 144 millones de usuarios, se llenaba de stories en blanco y negro rodeada de amigos y familia. Las redes sociales de Grande retrataron lo que eligió compartir de su duelo con sus fans, adolescentes y jóvenes adultos, en su mayoría mujeres, a quienes ella les habla en el idioma de la virtualidad, sin intermediarios, con compasión y dulzura, como una amiga que conociste online y a la que no ves solo porque vive muy lejos.
El 3 de noviembre, mientras los portales de Internet teorizaban sobre su salud mental y el futuro de su gira, y Davidson se preparaba para hablar de ella en la siguiente emisión de Saturday Night Live, Grande lanzó un regalo inesperado a su público: "thank u next" (algo así como "gracias, que venga el siguiente"). En su himno de separación Ari se hace cargo de su mote de icono de la cultura pop y a la vez pasa de ser objeto de consumo a la dueña de la narrativa.
En el hitazo pop, nombra a todos sus ex novios, les agradece por lo aprendido ("dolor, amor, paciencia") y anuncia su nueva relación, consigo misma: "But this one gon' last/ 'Cause her name is Ari/ And I'm so good with that (...)/ How she handles pain/ That shit's amazing / I've loved and I've lost / But that's not what I see/ ‘Cause look what I've found" ("Esta va a durar/ porque su nombre es Ari/ Y soy tan buena con eso/ Cómo maneja el dolor/ esa mierda es impresionante/ porque he amado y he perdido/ pero no es así cómo lo veo/ Porque mirá lo que encontré"). Y en un guiño perfecto, el videoclip la muestra como los personajes de comedias románticas de comienzos del 2000. Lo que Legalmente rubia, Chicas pesadas, 13 to 30 y Bring it On tienen en común es que la protagonista piensa que encontrará o recuperará el amor romántico y a quién encuentra es a su identidad.
De esa manera, Ariana anunció la producción de su quinto disco con su single homónimo que es, a la vez, el más exitoso, el más divertido y el más desgarrador. "¿Se acuerdan cuando yo estaba como ‘ya no tengo más lágrimas para llorar’ y el universo tipo ‘ja, perra, eso pensabas’?", escribió en Twitter luego del lanzamiento de la canción.
El gesto punk de ser feliz en Sweetener no contra la angustia, el dolor y el duelo, sino haciéndose cargo de eso está condensado en "thank u next", y es lo que termina de volver a Ariana Grande la más pop del pop, inclusive cuando se aleja musicalmente del género, como con sus últimos lanzamientos ("Imagine" es dream pop, pero "7 rings", su oda a la amistad y al consumo para paliar la tristeza, tiene más de rap y de trap). Para muchos, el pop es superficial, prefabricado, falso, y puede serlo como cualquier otro género, pero definitívamente es, a través de su goce por lo estético, su pasión por el baile, y sus letras de romance, una celebración de estar vivo. El pop es históricamente asociado a las feminidades y a las minorías LGBTQ+: ¿cómo no va a ser un género que celebre poder estar vivo?
"Energía femenina, champagne, música, risas y llanto" es la fórmula súper poderosa que utilizó Ariana para crear thank u next, el disco de doce canciones que está online hace algunas horas, y en el que comparte, con los millones que la siguen, algo verdadero al ritmo de su pop urbanizado. "Lo verdadero" en esta artista no es sólo compartir detalles sobre su intimidad, como su recuerdo del novio muerto mientras el vivo duerme al lado o su esfuerzo por mantener una falsa sonrisa, sino hacerlo a través de un acercamiento a la tragedia que suena, en sus letras y en su música, a Ariana Grande y a nadie más. No se puede ser parte de la santa triada del pop (discutiblemente completada en la actualidad por Lady Gaga y Beyoncé) sin entregarle al público algo novedoso tomado de su universo más privado. En este caso, no se trata de las tragedias vividas o del dolor como un lugar regodeante de creación de un "genio maldito", sino del drama como un lugar inevitable y de reconstrucción.
"No quiero ocultarles ningún dolor porque yo puedo conectar con su dolor", dijo Ariana Grande sobre sus fans en una entrevista reciente. "Entonces, ¿por qué no estar en eso juntos?"
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