Apareció una obra sinfónica inconclusa de Horacio Guarany
"Hace algunos años me vino a ver al estudio Horacio Guarany ". Así comienza la historia del encuentro entre el músico, productor y arreglador Lolo Micucci y el ícono del folclore de la década del sesenta, que murió en 2017. "Teníamos muy buena onda. Había trabajado con él en un disco de Luciano (Pereyra) y le había arreglado un par de temas con orquesta de su autoría", explica Micucci. El compositor compartió la historia en Facebook, luego de encontrar entre sus archivos olvidados un tesoro perdido en el tiempo: el boceto de una pieza sinfónica que estaba arreglando para Guarany.
"Lo subí sin animo de que se viralice", cuenta ahora el músico. "Es un boceto que encontré revisando cosas viejas. Recuerdo que fueron unos días muy intensos porque Horacio tenía esa idea de hacer una sinfonía. Estaba de testigo "Palito" Acuña (bombisto de Guarany). Decía que quería ir al Colón: 'Voy a entrar de frac'. Después se dio cuenta que era muy pretencioso y se bajó. Hay unas ideas muy buenas que tenía. Yo hice lo que él me cantaba o me silbaba. Después sintió pudor. Cualquiera que conozca a Guarany sabía que le encantaba la música académica y era fanático de todos los rusos del romanticismo como Stravinsky y Tchaikovsky".
Era marzo de 2014 y fueron sesiones intensas intercambiando ideas. Guarany estaba entusiasmado como un adolescente recuerda Micucci. En esa época el cantante seguía amagando con el retiro definitivo y haciendo actuaciones esporádicas donde prácticamente recitaba sus canciones. El efecto, sin embargo, en su público fiel seguía siendo el mismo de cuando se coronó en un símbolo folclórico de los sesenta. Entre proyectos personales como la creación de un teatro propio en Luján, sus memorias y la película El grito en la sangre, donde participó como actor , tenía ganas de hacer su propia obra sinfónica.
"No hablamos de folclore, me contó que quería hacer una sinfonía, que su sueño era hacer algo como Tchaicovski, que él me silbaría las melodías y yo tendría que orquestarlo. Así pasamos dos o tres encuentros donde tomaba apuntes de sus ideas, Horacio viajaba con su mente. Me decía: 'acá que suene un oboe, acá los contrabajos, timbales'. En fin, a veces parecía todo muy delirante, pero yo lo admiraba tanto que no me hubiera atrevido a sugerir racionalidad", memora Lolo Micucci en su posteo.
Después de varios días de trabajo el artista y productor de tradición pop, que tocó los teclados con figuras de fuerte tradición telúrica como el Chango Nieto, Las Voces de Orán y el bandoneonista Lidio Reyes, le mostró las partituras al ícono folclórico. Por si acaso, como el proyecto iba tomando cuerpo, llamó a un colega, también arreglador como Gabriel Senanes, para que lo asesore. El cantor del pueblo quería que su música sonará ejecutada por la Sinfónica Nacional en el Colón. Lolo preparó una maqueta midi con todas las ideas del folclorista. La reacción de Guarany lo sorprendió.
"Lo convoqué para que venga a escuchar, se quedo sentado en silencio a mi lado los 7 u o 8 minutos. Le había armado a modo de prueba, solo para saber cual seria el camino, apenas un boceto. Al terminar me miró con los ojos lagrimeando y me dijo: 'Muchas gracias, es como lo pensaba, está todo lo que te fui silbando, pero ¿quien va a creer que yo hice esto?'. Volvió a abrazarme emocionado, me agradeció y se fue. Cuando volví tenia unos pesos sobre el piano. No volví a verlo pero aún conservo este recuerdo".