Anita Co: "Cuando Thelma Fardin salió a hablar se dio tan vuelta la tortilla que de golpe nos creyeron y escucharon a todas"
Anita Co nació en una casa de artistas y, lejos de querer diferenciarse, se inclinó por la misma vocación. Con 40 años, la hija de la cantante Inés Rinaldi y del músico, arreglador y director Juan Carlos Cuacci pasó por muchos estadíos: desde recorrer bares con su música, a actuar en tiras del prime time, hasta inclinarse por el género que la preexistía en su ADN, el tango.
En su casa se ensayaba, se escuchaba música y nunca hubo un pero sobre la profesión. "Mis papás nunca me advirtieron", dice entre risas y habla de aquella época donde hacer música era más sencillo y los clics no eran garantía de fama ni éxito. Hoy tiene una vida muy activa que se divide entre varios trabajos y proyectos. Uno de estos últimos la une a su amigo Pablo Parsi en un espectáculo de boleros, en la Bibiloteca Café (debuta este viernes), que la tiene muy entusiasmada. "Me gustaba mucho Olga Guillot. Ojalá pudiera aproximarme a lo que ella hacía. El bolero habla del amor y los problemas que te deja esta enfermedad enorme. Empatizás con lo que estás escuchando, sentís que te están hablando a vos, que sos el protagonista de esa historia", explica a LA NACION la versátil artista que ya había incursionado en el género en su disco Pecado.
Hubo algo de la serie de Luis Miguel que la envalentonó para sumergirse en estas melodías que, como el tango, tienen sus bases en las historias de amor. Aunque este último enfoca sus letras en el drama y la tragedia. "El bolero es más naif, rococó, hasta cursi", dice. Y apunta contra el machismo en el tango: "En el tango del lunfardo se habla de la puta, de la empleada, de la mujer sometida. Era otra época, hoy en día espero que no lo sigan cantando, pero sí, se siguen cantando hasta con gracia. El tango tiene una historia de machismo súper fuerte", lanza. Aunque asegura que eso fue cambiando con los años.
Discos, diplomas de capacitaciones en reiki, el último álbum de su madre, libros –muchos sobre feminismo-, en un acogedor departamento palermitano, donde hay un solo dueño: Tango, el perro de cinco años de Anita. Luce relajada y viste un mono blanco con toques dorados. Antes budista, ahora lejos de cualquier religión, se sumergió en una investigación profunda para encontrar los temas que sumaría al setlist del show. Tenía una lista de más de 60 que con ayuda de su padre, seguidores de Facebook y su socio logró desplumar hasta encontrar las canciones adecuadas. "Si bien todos hablan del amor, tienen diferentes tintes: los celos, la distancia, la desconfianza, el no poder estar sin el otro, el querer separarse, el olvido. Con eso armamos como pequeños actings, algunos con toques de humor", cuenta sobre el espectáculo que se completa con piano y percusión.
"Estamos en una edad que ya hemos transcurrido amores, desamores, frustraciones, cosquillitas en la panza y eso es el bolero: hablar de amor y de frustraciones. Todo lo que estás cantando lo sentiste y transitaste de alguna manera y es como que te atravesó, entonces lo podés cantar de otra manera", suma Parsi, quien hará versiones de "Cuenta conmigo" y "Vete de mí", entre otros temas.
La cantante está soltera y cansada de que la quieran emparejar. "Estamos educados para morir de amor, es lo que aprendimos. Las nuevas generaciones no creo que tengan ese preconcepto". Más allá de reconocer las facilidades que dan las redes sociales, la artista siente que cada vez es más difícil posicionarse en la música y sigue prefiriendo los encuentros a las redes sociales y al WhatsApp. El artista independiente, dice, tiene que dar clases, "laburar de lo que sea, hacer malabares para después romperse para que lo vayan a ver y que pase algo con el disco". Además, rescata el lugar de géneros autóctonos. "No le damos bola a nuestra propia cultura. El tango todavía sigue siendo visto como algo de viejos, como aburrido. En cualquier otro país abrazaríamos ese género y lo llevaríamos con orgullo como nuestra bandera. Acá no ocurre porque tenemos la mirada puesta afuera, nos conmueven cosas que pasan en otros países", opina.
Anita Co, demandada por Juan Darthés, tras acusarlo de acoso
La sobrina de Susana Rinaldi arrancó su carrera televisiva a los 18 años. Fue parte de Hombre de mar, Tiempo Final, Máximo Corazón, Doctor amor, Abre tus ojos, Amor mío y CQC, entre otros ciclos. Pero fue en 1999, 20 años atrás, cuando tuvo una de las oportunidades de su vida: "ser parte de una tira de Pol-ka". Por ese tiempo la productora de Adrián Suar dominaba el prime time y todo lo que producía se convertía en éxito. Anita fue convocada para hacer una participación en Gasoleros.
Ahí se encontró, nuevamente, con Juan Darthés . Ellos ya se conocían. Nueve años atrás el actor había visitado su casa familiar en varias oportunidades para ensayar junto a su padre. Había sido elegido para trabajar con Susana Giménez en la comedia musical Molly Brown y Juan Carlos lo ayudó en ese proceso. Esa no fue la única vez que se vieron: compartían barrio y Darthés conocía perfectamente a Co cuando se sumó al elenco de la tira. El hecho que relató Anita en su cuenta de Facebook fue una de las últimas acusaciones al actor en darse a conocer antes de la denuncia de Thelma Fardin.
Después de que Calu Rivero asegurara que su colega se había propasado en las escenas que compartían y que Natalia Juncos contara su historia, fue la cantante de tango quien relató: "En un parate de la grabación estaba charlando en un camarín [con Darthés] y le contaba que cuando era chica y mi viejo dirigía una comedia en la que él cantaba, yo escuchaba siempre. Momento en el que el señor se desliza con la silla que tenía rueditas y se me tira encima, se para y me tira contra la pared, me besa, me mete la lengua, me agarra la mano y me hace tocarle su sexo, mientras me dice 'Mirá como me ponés'. Yo, congelada y sin poder reaccionar. En segundos entró una de las chicas de vestuario y él se separó inmediatamente y me fui. Los días siguientes de grabación me persiguió. Terminé de grabar y no volví a verlo". Además, cuenta que desde entonces evita los camarines. Y que durante las escenas que le quedaban, intentó evitar ese espacio: entraba, se ponía la panza de embarazada de su personaje y después pasaba la mayor parte del tiempo en los pasillos.
En ese momento, Anita, de 21 años, no pensó en contarlo. Lo naturalizó y siguió adelante. "Tenía 21 años. Estaba en un lugar que no era fácil de llegar y quería cuidar mi laburo. Al margen de que, obviamente, en ese contexto no era lo normal salir a acusar a una persona que te hiciera algo así", explica y cuenta que si bien su madre lo sabía, su padre se enteró poco antes de que ella lo contara en las redes sociales y que "casi se le salen los ojos".
Necesitó casi 20 años para romper el silencio y lo hizo para apoyar a sus compañeras. "Había pasado una boludez, creo que un actor se había sacado una foto con él y había salido a bancarlo. Veníamos de esta seguidilla: Calu habló claramente, apareció Natalia Juncos y no le dieron bola y yo venía juntando y juntando y veía todos los días cómo la gente decía que Calu era una mentirosa o frívola. Me daba más bronca ver el descreimiento que mi propia historia. Lo que me había pasado a mí yo lo tenía resuelto. Te sentís cómplice, además, cuando a vos te pasó algo con la misma persona y te quedás en tu comodidad", reconoce.
Si bien se sintió contenida y acompañada, el tema rápidamente se olvidó. Después de dar notas, de salir en Intrusos y de ser, según cuenta, "amenazada" por el abogado del actor de que le iba a llegar una citación legal, no se volvió a hablar de su caso hasta que llegó el relato de Fardin. "Me pasó que cuando Thelma salió a hablar se dio tan vuelta la tortilla que a todas las que no les creían, como a Calu o Nati, o no les habían dado bola, como a mí, de golpe nos recontra creyeron y escucharon. No me siento contenta de eso porque pienso a qué punto se tuvo que llegar para que la gente te crea", opina.
Hace más de un mes,Anita se presentó a la audiencia por la demanda penal que le inició Darthés por "calumnias e injurias" [también hizo lo propio con Rivero y Juncos]. El actor, que desde diciembre está radicado en Brasil, no se presentó, según su abogado, Fernando Burlando, por "problemas de salud psíquica". Ahora esperan que el letrado presente el certificado médico de su defendido. Una de las opciones que dio la jueza es que el demandante diera testimonio por videollamada y se espera la respuesta del actor.
A pesar de estar en esta instancia, la cantante y actriz no se arrepiente de haber hablado."Si te tengo que dar un consejo, te voy a decir que salgas y que hables. Te tengo que alertar que te vas a comer unos quilombos bárbaros. La gente te va a descreer, te van a acusar. Pero no tenés que parar porque si no es volver a darles el alimento que necesitan: el miedo, el silencio, tu complicidad", expresa . Y suma: "Cuando hablo no lo hago por mí, lo hago por todas. Esto es una gran causa independientemente de él. Es un camino largo y profundo porque no es solo una charla entre amigas... pero si los organismos que corresponden y el Estado no se hacen responsables es muy difícil". También dice que ella no puede denunciarlo porque pasaron muchos años y las causas de acoso prescriben a los 4 años, algo que, insiste, debe cambiar.
Anita dice que aún hay muchas más historias que no se conocen, pero que el hecho de que se hable del tema significa un cambio grande para la sociedad. Y cita a su abuela Angelita, quien para defenderse de los acosos viajaba con un alfiler en el colectivo.
Otras noticias de Anita Coacci
Más leídas de Música
Buenos Aires Jazz. Artistas, fechas, sedes y todo lo que hay que saber del festival que comienza el jueves
Tenía 71 años. Murió Graciela Susana, la cantante que llevó el tango a Japón
"Intenté alegrarlo". Un pasaje de avión, un chofer que esperó 10 horas y la estrategia infructuosa de Stipe para distraer a Cobain
A los 84 años. Murió Willy Quiroga, el emblemático cantante de Vox Dei