Anatomía de la canción perfecta
El cantautor uruguayo repasa las historias detrás de diez de sus temas antes del recital que dará el lunes 9, en el Teatro Colón, junto a Luciano Supervielle
"Tengo que confesarte algo: nunca vi un espectáculo en el Teatro Colón. Así que tengo el enorme privilegio de que mi primera vez sea desde arriba del escenario", anuncia, desde Madrid, Jorge Drexler. El lunes 9, el cantante y compositor uruguayo brindará allí un concierto junto al pianista Luciano Supervielle, en el marco del ciclo LN Cultura. Si midiéramos el estado de ánimo según los patrones que nos ofrece Facebook, el cantante y compositor uruguayo se sentiría afortunado. "El Colón es mucho más que un teatro, es un símbolo. Y «¡Al Colón! », más que una expresión de localización de un concierto, funciona como una consigna."
Reducir la amplificación a lo imprescindible. Ése es el mandato para este concierto extraordinario. "Uno va al Colón luciendo sus mejores galas. Por eso, vamos a trabajar con el piano acústico, y toda una amplificación diseñada para ese entorno y para aprovechar al máximo la acústica de ese lugar", adelanta. Para dosificar la amplificación, será fundamental el rol de Matías Cella, el productor e ingeniero de sonido que lo acompaña desde hace 15 años. "La idea es ser muy rigurosos y llevar todo al mínimo."
Pero más allá de ese esquema sonoro minimalista, el eje del concierto serán las canciones, esas en cuya confección se ha vuelto un experto. Con la meticulosidad de un orfebre, Drexler ha sabido moldear un repertorio que, en el último cuarto de siglo, lo transformó en uno de los grandes autores hispanohablante. Un universo musical que se nutre de Caetano Veloso, Fernando Cabrera, Joni Mitchell y Simón Díaz, pero también del cineasta Eric Rohmer y del científico francés Antoine de Lavoisier. Lo que sigue es la historia por detrás de algunas de sus composiciones más emblemáticas, o una anatomía de la canción perfecta.
1. "Luna de espejos" (La luz que sabe robar, 1992): El primer álbum de Drexler está vertebrado a partir de dos ejes: el fenómeno de reflexión de la luz del sol en la luna y la costas del departamento de Rocha. Son canciones, en general, oníricas. Pero "Luna de espejos", en cambio, es un relato casi cinematográfico. "Tengo pocas canciones narrativas -explica Drexler-. Ésta surgió gracias a mi profesor de composición, Coriún Aharonian. En su genialidad, vio que nuestra generación, estúpidamente, no consideraba a la música de baile del mismo nivel que la música «para escuchar». Y nos puso como ejercicio hacer una canción bailable. Yo hice una trampa, porque es una canción acerca del acto de bailar. Y tomé lo que había sido la vivencia más importante del baile para mi, hasta ese momento, que es la búsqueda del contacto físico. La canción sigue ese trayecto narrativo. Y va contando la aproximación entre los dos cuerpos hasta el primer beso." La atmósfera jazzera viene del cantante francés Arthur H, y del trompetista y vocalista Chet Baker, favoritos de Jorge en ese momento. "Chet me gustaba mucho. Sin embargo, para este tema convoqué a un clarinetista. Son acordes de bossa nova, puestos en un contexto jazzístico."
2. "No pienses de más" (Llueve, 1997): "Es una canción de ruptura que compuse en España, pero que no coincide con mi biografía -dice-. Está basada en la guitarrística de Joni Mitchell, pero curiosamente a través de Jaime Roos, que también la tiene como referencia, especialmente por las afinaciones abiertas." Drexler también utiliza aquí el tono temático del autor de "Amándote": "Tiene esa distancia masculina que todos hemos aprendido de las canciones de amor de Jaime. El amor siempre a través de un cierto retiro masculino. Es decir, entregado pero con una distancia". Roos grabó "No pienses de más" en su disco de versiones Contraseña (2000). "Es uno de los momentos más significativos de mi carrera musical, porque es uno de mis grandes referentes."
3. "La edad del cielo" (Frontera, 1999): "A esta canción la quiero mucho porque me abrió las puertas de muchas personas. Del Pelado Cordera y Paulinho Moska, por ejemplo, que me conocieron por esa canción. Así que sólo por esas dos amistades, ya valió la pena haberla escrito", celebra. "La edad del cielo" está dedicada al cantautor israelí David Brozza. "Eramos muy amigos. El había tenido un accidente de autos, del que finalmente se recuperó. Pero cuando la escribí, no estaba muy claro qué era lo que podía llegar a pasar. Es una canción de acompañamiento, escrita desde la incertidumbre en un momento realmente muy duro."
4. "Memoria del cuero" (Frontera, 1999): Drexler ya había grabado varios candombes ("Luna negra", "Bienvenida", "Edén"), pero "Memoria del cuero" es el primero que compuso en una computadora. "Fue mi primera colaboración con los productores Juan Campodónico y Carlos Casacuberta, y fue un experimento. Lo hice con un software que se llamaba Acid. Nunca había trabajado con esa densidad", evoca. El track incluye un fragmento sampleado de "Te hizo vivir", de Roos y Mateo. "Memoria del cuero" forma parte de un corpus de temáticas oscuras y de memoria traumática en la obra de Drexler. Una saga que empieza con "De amor y de casualidad" (1997) y que continúa hasta "Bolivia" (2014). "Me apoyé en las canciones de comentario histórico-social de Caetano Veloso, como «Haiti», «Navío negreiro» o «Fora da orden» y, por otro lado, en las de memoria histórica de Fernando Cabrera, como «Continuará». Les debo mucho, porque me di cuenta de que se podía hablar, al mismo tiempo, del pasado personal y del pasado histórico."
5. "Me haces bien" (Sea, 2001): en un álbum definitivamente más pop que Frontera, "Me haces bien" se desprende como el hit, publicidad de sopa mediante, con el que Drexler logra un crossover hacia un público masivo. "Nunca me imaginé que iba a ser un hit, soy la peor persona del mundo para percibir eso. Tengo mal olfato", confiesa. "Es una canción de amor, escrita en primera persona, muy directamente hacia otra persona, que me abrió un montón de puertas mediáticas. Y también llegó a mucha gente a la que no hubiera llegado de otra manera. Pero también le vi las uñas al lobo. Me di cuenta de que una difusión mediática, en ese contexto y tan de golpe, tiene efectos secundarios. La canción se había despersonalizado y, en los conciertos, me pedían «la canción de la sopa»." En su extraño derrotero, "Me haces bien" llegó a los oídos de Mercedes Sosa, que la grabó en vivo. "Ella la volvió a emotivizar, de alguna manera me la devolvió."
Hacer una canción de apariencia sencilla como ésta fue, para Drexler, una tarea complicada. "Ahí citaría a otro maestro de la canción en español que es Andrés Calamaro. Sus canciones tienen una estructura que no puede ser más sintética, y son perfectas. Aunque «Me haces bien» no sea tan económica, Andrés fue, igualmente, una gran referencia."
6. "Deseo" (Eco, 2004): en el verano boreal de 2003, Drexler pasó sus vacaciones en Madison, Wisconsin. "Nos quedamos en la casa de unos amigos. Ella es especialista en cine francés y vimos una película de Eric Rohmer por noche durante dos semanas. Fue una experiencia impactante. Me encanta el cine de Rohmer, esa cosa de que por un lado no pasa nada, pero pasa mucho. Y, por otro lado, el deseo como una napa freática, como un acuífero subterráneo que regula toda la humedad de la superficie, muchas veces invisible", ejemplifica. "Deseo" forma parte de una camada de canciones, como "Guitarra y voz", con referencias científicas. "Empecé a integrar el mundo de la ciencia con el mundo de la poesía. Para mi, la primera vez que se unieron dos células hace millones de siglos tiene el mismo valor poético que la primera vez que se unen dos personas. Es la misma fuerza motriz, porque el deseo es la voluntad de vida."
7. "Todo se transforma" (Eco, 2004): Inspirada en la Ley de la conservación de la materia, que Antoine de Lavoisier expuso en 1785, "Todo se transforma" es una de sus canciones más pegadizas. "Siempre tuve la sensación de que los afectos eran una cadena de causas y efectos. Luego me preguntaron si no era un poco ingenuo que uno recibe eso que merece. Pero la canción habla de un sistema cerrado, donde efectivamente se hubiera cumplido. Es una canción que describe un instante, lo que tarda en caer el vino hasta el zapato. Es un solo momento visto de diferentes perspectivas."
8. "Al otro lado del río" (Banda sonora de Diarios de motocicleta, 2004): Drexler compuso esta especie de baguala, con la cual obtuvo un Oscar a mejor canción, pensando en Mercedes Sosa. "El director, Walter Salles, me la había encargado para ella. Y cuando me enteré de que finalmente no iba a cantarla me llevé una gran decepción -dice-. De todos modos, debe ser la canción que tiene el radio más favorable de inversión en recursos dividido en resultados. Leí el guión a las ocho de la noche. Me fui a dormir temprano y soñé con la canción. Me desperté y la escribí prácticamente desde la cama. A las diez y media de la mañana ya tenía una primera versión de guitarra, voz y un loop que le mandé al director. La grabé en una computadora, con un micrófono prestado, en la biblioteca de la casa de unos amigos. Después fui a los estudios de Butch Vig, donde Nirvana grabó Nevermind, para regrabarla en condiciones profesionales. Pero esa primera versión es la que quedó." ¿La clave del éxito? "No lo sé. Que no haya otra finalidad que no sea la emocional, supongo. Yo, en ese momento, estaba al servicio de la película. Y sentí que esa escena donde Ernesto cruzaba el río sintetizaba el leitmotiv de la película y del personaje histórico. Que no todo está perdido. De remar en conjunto hacia un mundo utópico, que es el del otro lado", explica.
9. "Inoportuna" (12 segundos de oscuridad, 2006): "Es una canción de amor hecha desde un reproche, bordeando el insulto. No podía escribir una canción de amor más frontal en ese momento", explica Drexler. "Inoportuna", dedicada a la actriz Leonor Watling, su actual esposa, narra un amor después del amor. "Yo me acababa de separar cuando la conocí y no estaba técnicamente preparado para empezar una relación nueva. La canción surgió de esa constatación de que las cosas pasan cuando uno no las espera. Por eso, como canción de amor, es muy retorcida."
10. "La luna de Rasquí" (Bailar en la cueva, 2014): Dedicada al venezolano Simón Díaz, incluye citas a dos de sus clásicos "El loco Juan Carabina" y la "Tonada de luna llena". Dice Drexler: "Simón Díaz es uno de mis artistas latinoamericanos favoritos. Tan original, que en un disco como Fina estampa, donde Caetano lleva a su territorio a todos los compositores de manera decidida, el falsete y la interpretación de Simón Díaz es tan poderoso, en un acto de respeto artístico, simplemente lo emula. Simón Díaz es increíble, el cantante del espacio abierto, de la luna y el sonido que emite es casi animal. Y sus letras, lunáticas, también son increíbles. Debo decir que está dedicada a él antes de que falleciera. Quizás no tenga importancia, pero me parece oportuno aclarar no tuvo un sentido de homenaje póstumo."
Drexler y Supervielle.
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