En una entrevista exclusiva con LA NACION, la cantante recordó cuando surgió el grupo y contó detalles del lanzamiento del flamante álbum, The Bitter Truth
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En 1995, Evanescence daba sus primeros pasos en el rock cuando, como su líder Amy Lee apunta, el género gozaba de popularidad y estaba bien al frente. Tras siete años de trabajo constante en el circuito independiente, el grupo oriundo de Arkansas editaba, en 2003, el memorable Fallen, que contenía canciones atemporales como “My Inmortal”, “Bring Me to Life” y “Going Under”. El rostro de Lee en la portada, con una media sonrisa, una mirada desafiante y el cabello negro desprolijo estaba representando a una generación que buscaba homenajear a bandas como Garbage, Nirvana, Portishead, solo la punta del ovillo de las influencias del grupo que no se quedó cómodo en un género de naturaleza expansiva.
Luego del lanzamiento de The Open Door en 2006 y del homónimo Evanescence en 2011, la banda se tomó un largo impasse en el cual Lee editó sus trabajos solistas, como su álbum debut, Dream Too Much.
Este viernes 26 se produce el regreso oficial del grupo con The Bitter Truth -en 2017 habían editado un disco que reversionaba sus hits, Synthesis-, su primer álbum de material original en una década con poderosos singles como “Wasted On You”, “The Game Is Over” y “Use My Voice”, en los cuales el trabajo como compositora de Lee se luce al hacer catarsis a puro melodrama, sin medias tintas, bien Evanescence.
En diálogo con LA NACION vía Zoom, Amy Lee, cálida y verborrágica, recordó sus inicios en la industria y lo mucho que ha cambiado a lo largo de los años, y reflexionó sobre el rol que cumple el rock en la actualidad y lo que tiene para ofrecer The Bitter Truth, el quinto trabajo de estudio de la banda, en ese escenario.
-¿Qué tiene de especial este álbum para la banda y con qué se van a encontrar los fans?
-Se siente muy bien escuchar el trabajo terminado. Hemos estado trabajando sin parar durante todo el 2020 y un poco en 2019, y lo que tiene son canciones que fueron comenzadas hace una década que finalmente encontraron su potencial en este momento. Me pone muy contenta saber que esos temas no tuvieron que ser descartados. Canciones como “Yeah Right”, “Feeding the Dark” y “Take Cover” las comenzamos a trabajar mientras estábamos componiendo para el disco Evanescence, pero por alguna razón no las terminamos, no sentíamos que estaban listas. Nunca hubiese dicho esto entonces porque me partía el corazón haberlas dejado fuera de ese disco, pero ahora veo que tenían que esperar porque no hubiésemos podido grabarlas de este modo en esa época. Esto es algo nuevo. Esos temas necesitaban a la banda del futuro para que suenen tan bien, son más pesados, me gustan muchísimo.
"En la actualidad, en medio de esta pandemia, siento que como artista tengo un rol que es esparcir esperanza, decirle a la gente que no vamos a bajar los brazos, que no estamos solos en este dolor"
Por otro lado, me quiero correr un poco de tu pregunta y decir que cuando hago música, me gusta no tener un plan, no sé qué va a salir, si va a salir... Solo sé que tengo un sonido en la cabeza a partir del cual trabajar y tengo que dejarlo que se convierta en lo que tenga que convertirse. Algunas canciones estuvieron mucho tiempo en el limbo y fueron cambiando de género y la banda se adaptó a esos cambios con gran fuerza. The Bitter Truth toca todas las teclas, me entusiasma mucho que los fans lo escuchen porque no es un disco que va hacia una única dirección, es un disco de Evanescence del futuro, con una renovación importante.
-Mencionás muchas canciones que quedaron en el limbo, ¿considerás que siempre hay que darles tiempo, esperarlas, hasta que sea el momento justo?
-Sí, absolutamente. Siempre pasó lo mismo con cada trabajo. De hecho, cuando escribo, y esto me cuesta describirlo, pero tengo bien en claro hacia qué sitio tiene que ir cada tema: si pertenece a un proyecto solista o si es para Evanescence, es como que simplemente lo sé. Ahora tengo una mejor perspectiva de lo que es la banda y lo que esta necesita, hemos atravesado muchos cambios, iniciamos varios capítulos juntos, crecimos muchísimo, pero nunca nos olvidamos del pasado. Me parece que es muy importante recordar la raíz, la génesis porque eso sí está intacto naturalmente. Cuando hago música sin querer que suene a Evanescence termina sonando así igual, y eso me parece hermoso, es una prueba de que éramos honestos con lo que hacíamos y que nuestro núcleo se mantiene, más allá de que podamos ser libres dentro de eso.
-En 2004 ganaron el Grammy a mejor artista nuevo cuando la industria era otra y a vos te llegó una enorme popularidad de muy chica, a los 17 años, ¿cómo te recordás en ese momento?
-Es muy difícil describir esa época porque efectivamente la industria de la música cambió mucho, pero considero que somos muy afortunados por haber surgido cuando lo hicimos, cuando el rock era mainstream porque eso no está pasando ahora. Antes teníamos MTV y otros espacios donde el género era muy popular y ahora eso ya no está. El rock está vivo y bien, pero en los márgenes, somos el under, la contracultura, somos la voz de lo que no es tan obvio, pero me amigué con eso. En la secundaria era así también, no era la chica popular, no tenía un grupo del que me sintiera parte, así que el rock es eso, y eso no es lo peor del mundo. Lo que sí es complicado es romper esas barreras que tenemos y vivir de esto. Por eso siempre agradezco el apoyo de los fanáticos que tenemos desde entonces porque se quedaron con nosotros.
-Sí, en las redes se nota esa presencia constante de quienes los empezaron a escuchar con el primer disco.
-Lo sé, es increíble. Pasó tanto tiempo desde ese momento, e incluso nos hemos tomado nuestros descansos, etapas sin música nueva, pero siempre que editamos algo nos reencontramos como que siempre están volviendo y hemos hecho giras sin álbum para presentar, simplemente tocando nuestras canciones y fueron geniales. Tenemos una relación con los fans a través de la música y esa música les llega, lo cual significa todo para mí.
"Todos los artistas que me gustaban en la adolescencia no buscaban agradarte o encajar en todas las categorías, hacían algo específico, real. Esa creatividad tan loca me inspiró a hacer mi propia música"
Amy Lee
-¿Extrañás la presencialidad, estar cerca de ellos?
-Mucho. Es lo que falta, pero ya vamos a volver, yo estoy empezando a ver la luz al final del túnel y empiezo a entusiasmarme de solo pensar en cuando volvamos con el tour. Pusimos mucho en este disco y queremos hacerle justicia en vivo. Cuando interpretás arriba del escenario es como si viviéramos dentro de cada canción, cada canción es un mundo y podés habitar en ese universo momento a momento, queremos eso y sé que va a pasar pronto. Estoy segura.
-¿Cuán difícil es para vos exponerte a través de las canciones, como el caso de “Use My Voice”? ¿A veces te autocensurás y pensás ‘esto mejor no lo incluyo’?
-Sí, siempre está esa duda. Te mentiría si te dijera que es un proceso fácil, pero tiene que costar para que luego se sienta bien. Hay muchas letras en este disco que son extremadamente personales y que escribí donde estoy ahora, en esta habitación, donde me he dicho a mí misma que no podía escribir esto o aquello. Pensaba que después en las entrevistas me iban a preguntar sobre el origen de las canciones y eso ya me iba a resultar complejo de abordar, pero las letras se convirtieron en el lugar donde no finjo, tienen que ser reales, genuinas y si siento que tengo que sacar algo hacia afuera, no puedo contenerlo porque de lo contrario no estaría siendo honesta con la música, que es el objetivo de todo esto. Así que escribo lo que tengo que escribir sin preocuparme porque la música es un lugar sagrado para mí, donde me expongo, es mi medio.
-Bueno, vos creciste con la música, tu papá pasaba música en las radios, ¿recordás qué se escuchaba en el hogar familiar?
-Sí, por medio de mi papá empecé a escuchar mucho folk, mucho de los 70, The Mamas & the Papas, los Beatles, Neil Young... mi padre me alentaba a mí y a mis hermanos también a hacer música, a tocar juntos, nos hacía tocar diferentes instrumentos cuando había invitados, lo cual era vergonzoso y al mismo tiempo la mejor práctica posible porque además nos unía como familia, el hecho de conectarnos a través de eso, de acercarnos. Cuando ya estaba en mi adolescencia, lo que me inspiró fue la escena alternativa, el grunge, Soundgarden, Tool, Smashing Pumpkins, Tori Amos, Björk, Beck, lo salvajes que eran en lo que hacían.
Había una valentía en la música que se hacía entonces que siento que se perdió en cierta medida, lo extraña que era, lo única. Cuanto más raro era lo que hacías, mejor. Todos los artistas que me gustaban no buscaban agradarte o encajar en todas las categorías, hacían algo específico, real. Esa creatividad tan loca me inspiró a hacer mi propia música, me hizo sentir que podía hacer lo que quería, que no tenía que encajar o pertenecer, que podía ser libre.
En la actualidad, en medio de esta pandemia, siento que como artista tengo un rol que es esparcir esperanza, decirle a la gente que no vamos a bajar los brazos, que no estamos solos en este dolor. Me siento más conectada con el mundo cuando veo que estamos todos compartiendo la angustia y no intentando ocultarla. Lo que sentimos importa y hay que decirlo, por eso seguimos grabando el disco en pandemia aunque fue difícil porque se siente muy bien sacar música con un propósito.
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