Airbag, la banda que sigue empujando su techo de convocatoria, agrega una tercera función en Vélez
El grupo de los hermanos Sardelli, que comenzó a tocar en el garaje familiar, hace 25 años, ya puso a la venta los tickets para un nuevo show en el estadio de Liniers
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Solo para los fanáticos de los autos serviría decir que apenas un golpe podría detener a Airbag. En el rock, esto solo se explica por el éxito que viene teniendo la banda fundada por los hermanos Sardelli, que acaba anunciar la tercera función en el estadio de Vélez. Sí, así como se lee: el grupo agregó una fecha a las dos funciones que ya tenía programadas en el Estadio Amalfitani del barrio de Liniers. Y de este modo queda armada su agenda: 20, 21 y 22 de diciembre.
Agotadas las dos primeras, del 21 y 22, el grupo logró sumar su tercer show, un día antes de la primera actuación que programó. Las entradas ya están disponibles, desde este viernes, con todos los medios de pago y beneficios exclusivos para clientes BBVA Visa. La ticketetra oficial es tuentrada.com
De este modo cerrará un 2024 con muchos shows. Solo este año la banda hizo seis funciones en el Estadio Luna Park, ante casi 50.000 espectadores, y giró por el país y el exterior. Los hermanos Sardelli sorprendieron a sus fans con su vuelta al Estadio Vélez, donde ya habían cerrado el 2023 con un contundente show, logrando un nuevo hito en su carrera. “¡Nos vemos en diciembre, Wachooo! ¡Equipo que gana no se toca!” así anunciaba la banda su primera fecha de tres, luego de encender las redes en la previa y el estreno del video de “Por Mil Noches” en vivo.
Contra muchos pronósticos que no da al rock el mejor lugar en el ranking de convocatoria, Patricio, Gastón y Guido se posicionan como una alternativa rockera que mantiene su estatus y lo multiplica, con el paso de los años. De hecho, no dejan de redoblar apuestas, especialmente cuando se trata de armar giras de conciertos. El periplo incluyó, además de los shows en el Luna, actuaciones en Bilbao, Gijón y Madrid; luego en Mar del Plata, Córdoba, Tandil, Mendoza, San Juan, La Plata, Rosario y Santa Fe, y más tarde Montevideo.
El hecho de que la banda esté cumpliendo 25 años no es un dato que deba ser pasado por alto, en el contexto de esta gran convocatoria que tiene. Ya un cuarto de siglo pasó desde que los chicos ensayaban en el garaje de la casa familiar, en Don Torcuato, una vez que Gastón terminaban los ensayos de una banda que había creado con amigos. Como los hermanos no tenían instrumentos, aprovechaban los de esa sala de ensayo improvisadas. En el principio fue un repertorio de covers, De Chuck Berry a The Beatles, por eso inicialmente el proyecto se llamó Los Nietos de Chuck hasta que aparecieron los temas propios y el nombre que actualmente tiene la banda.
Desde ese momento, se abrieron camino como grupo independiente, hasta que en 2004 el sello Warner les allanó el camino para grabar su primer disco, que se publicó, justamente, ese año. Luego llegaron otros seis: Blanco y negro (2006), Una hora a Tokyo (2008), Vorágine (2011), Libertad (2013), Mentira la verdad (2016) y Al parecer todo ha sido una trampa (2016).
Ese comienzo, cuando eran adolescentes, no hizo más que hacer de la música una acción de lo más natural. Hace un par de años, luego de su última actuación en el Festival Lollapalooza de Argentina Guido Sardelli conversó con LA NACIÓN: “Para nosotros tocar es lo más sencillo, es lo que hicimos toda la vida. Para mí subirme a tocar es como estar en mi casa, en la sala de ensayo, en mi agua. Soy un pescado nadando donde tiene que estar. Siempre fuimos así y de más chicos peor porque, cuando sos más chico, tenés el descaro que no nos importaba nada, literal, y vas al frente, a matar. Despojado. Pero, cuando sos más grande, te das cuenta que hay un montón de gente trabajando detrás de la música. Entonces, te empieza a picar el bicho de la responsabilidad”.
También habló de las ventajas y desventajas de ser una banda integrada por hermanos: “Lo que tiene de bueno es que todos venimos del mismo lugar y eso de alguna manera te ubica en tiempo y espacio. En las buenas y en las malas esas cosas se notan. Hay cariño y ahí reside la posibilidad de atravesar obstáculos. Hay muchas bandas que son buenísimas, pero no se quieren y se nota en el escenario”.
Y en cuanto a su lugar en la industria de la música local, aseguró: “Somos de una generación que históricamente se peleó con la industria de la música. Ahora está cambiando el paradigma porque hay una nueva generación que se lleva súper bien y está súper integrada con la industria, y eso a las bandas como la nuestra las pone en una situación distinta y extraña. Diría que nosotros renegamos con la idea de ser exitosos y convertirte en una especie de empresario. Las nuevas generaciones, todo lo contrario. No les interesa otra cosa más que generar ingresos. Yo de chiquito quería ser astronauta, arqueólogo o lo que sea, y hoy los chicos quieren ser empresarios ¿Cómo me llevo con la industria? Me llevo bien, pero no es un lugar donde esté cómodo. Estoy cómodo arriba del escenario donde quizás estoy alejado de todo eso y estoy en mi mundo. El resto es consecuencia de subirme al escenario. No es que me entusiasme la idea de sacar una cadena de restaurantes ‘Airbag’. Todas las bandas de rock siempre han criticado a Kiss porque quería ser Coca Cola y no los Beatles, y las bandas queremos ser los Beatles. Las bandas, como la nuestra y muchas, estamos reubicándonos en el mundo moderno”.