La agrupación, creada hace cinco años y que no para de crecer, presentará Eco, su segundo álbum, con un gran concierto en el teatro Coliseo de Buenos Aires
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“Desde hace muchos años hemos decidido echar raíces en nuestro lugar natal. Como folkloristas, entendemos que hay un circuito rodeado de paisajes y naturaleza, de cerros, de todo lo que caracteriza a Salta, de donde salen nuestras canciones”, comienza argumentando el cantautor y guitarrista Juan José Vasconcellos, el “Colo”, uno de los integrantes de Ahyre, la banda que, en la última edición del Festival de Viña del Mar se alzó con dos reconocimientos importantes.
Las dos Gaviotas, tal como se llaman las estatuillas entregadas en el festival que se celebra en Chile, corresponden a los rubros Mejor Intérprete y Mejor Canción, donde resultó galardonado el tema “La luna”, escrito por Vasconcellos. Además, Ahyre fue reconocido como Consagración en la última edición del Festival Nacional de Folklore de Cosquín. Mucho para un grupo joven -aunque con integrantes de sólida trayectoria- que nació en 2019 y el próximo 18 de junio presentará Eco, su segundo álbum, en el teatro Coliseo de Buenos Aires.
A modo de adelanto, este martes por la noche se estrenará “Tan lejos”, un nuevo corte de difusión del flamante material que también cuenta con la colaboración de Guido Bertini en percusión y batería.
Sebastián Giménez, quien toca guitarra y charango y es otra de las voces del grupo, reconoce: “Muchos colegas se han mudado a Córdoba porque es equidistante de muchos lugares donde se desarrolla la movida folklórica. Pero nosotros estamos en una etapa de la vida donde también son importantes la familia, los amigos, el lugar. Es importante vivir la vida desde esas cuestiones cotidianas y fundamentales que, aunque parezcan intrascendentes, son esenciales”. El intérprete menciona “Nuestras flores”, una de las canciones del disco que gira en torno a ese ideario que todos comparten.
“La música tiene que ver con el lugar donde estamos. He visto videos del ‘Colo’ componiendo en el patio de su casa y todo lo que sale musicalmente tiene que ver con eso, con las vivencias. Aunque tengamos que viajar mucho más, volver a casa y caminar por el barrio y escuchar que de las casas sale folklore es muy lindo”, amplía Federico Maldonado, quien también aporta su voz a la banda y su destreza en la guitarra. Al artista -que cobró popularidad en su paso por el certamen Operación Triunfo- su primer instrumento se lo regaló el Nochero Mario Teruel.
Vamos por partes. Ahyre pisa fuerte en todo el país y ya se está abriendo paso en América Latina, pero en Salta la agrupación es una suerte de recreación telúrica de Virus, Los Abuelos de la Nada o Los Redondos. La analogía no es caprichosa, también ellos se animaron con versiones de clásicos del rock local como “El témpano” e “Himno de mi corazón”.
Hernando Mónico, el cantante y bajista al que apodan “Pony”, entiende que “todo eso está presente en cada uno de nosotros. En mi casa, particularmente, se escuchaba más rock que folklore, eso va construyendo el gusto personal. Estoy convencido que la mezcla enriquece y hace única nuestra característica como banda. El folklore está presente intrínsecamente por el lugar en el que nacimos, pero también tenemos otras influencias que hacen al resultado final”.
El calendario dice que suman entre 38 y 41 años y tienen dos hijos cada uno. Se siguen los pasos. “Colo” Vasconcellos y Sebastián Giménez se conocieron en el jardín de infantes y cursaron juntos el resto de su escolaridad. “En la primaria éramos los loquitos que cantábamos en el patio y, a la salida de la escuela, nos juntábamos a hacer música”, recuerdan.
“Estamos a tus órdenes”, dirán al unísono y, como quien no quiere la cosa, dejan a la vista las Gaviotas obtenidas en Viña del Mar. Lo bien que hacen en exhibir el difícil logro.
Eco
“Este disco tiene mucho que ver con esta etapa de nuestra vida y en cómo nos miramos hacia adentro; las canciones están basadas, dado nuestro ámbito, en la cosmovisión andina. Por una cuestión geográfica, estamos muy cerca de Bolivia y Perú, culturas que han pegado fuerte en nuestra mirada”, afirma “Colo” Vasconcellos en torno a la raíz latinoamericana en estado puro que sugiere Ahyre.
Anteponen “el” antes de mencionar el nombre del compañero y eso le imprime un sello amoroso y autóctono, de una cotidianidad que deja de lado los fundamentalismos lingüísticos.
-Eco es el segundo disco de la banda, una suerte de reafirmación de principios poéticos y estéticos.
Sebastián Giménez: –Es nuestro segundo disco en estudio y está construido sobre los cimientos de lo que propuso el primer material.
Abel Pintos, Los Tekis, Soledad Pastorutti y Nahuel Pennisi son algunos de los artistas que se sumaron para colaborar en el material conformado por doce temas.
–Apelar al recurso de las colaboraciones aparece como una posibilidad que le da bellas texturas a cada material.
Federico Maldonado: –El tema de los feat nos divierte muchísimo, aunque todavía no nos pasó hacer uno con alguien de un género muy distinto al nuestro; son ejercicios donde siempre se aprende sobre las maneras de trabajar de otro artista. En Salta no es algo nuevo, históricamente se ha dado la amistad entre los músicos. Es más, hay días que tenemos fútbol.
-¿Quiénes integran los equipos?
Federico Maldonado: –Solemos jugar con el Chaqueño Palavecino, Kike Teruel, Canto 4, David Leiva, muchos colegas, es muy lindo grupo humano.
Ese amigo y consejero
-Gerardo Rozín ha sido un difusor de la música de Ahyre, ¿cómo lo recuerdan?
Hernando Mónico: –Ha sido muy generoso y amoroso con nosotros y con todos los músicos, lo recordamos con mucho cariño. Se lo veía comprometido y hasta obsesivo por los detalles. Espacios como La peña de morfi, que él creo, son muy necesarios para difundir nuestro trabajo.
-¿Algún consejo que les haya dado?
Juan José Vasconcellos: –Cuando armábamos las presentaciones y queríamos arrancar por algún tema nuevo, el tenía la sutileza a flor de piel y, con mucho olfato, nos pedía que comenzáramos el set con “una que sepamos todos” y que luego de eso toquemos algo nuevo, lo cual permitía que ese estreno también cobrara otra relevancia. Gerardo (Rozín) sabía mucho del tema.
Hernando Mónico: –Hemos podido establecer un vínculo personal con él; de hecho, cuando visitó Salta con su hija estuvo en nuestras casas. Hemos podido compartir mucho.
En la transición entre Los Hayras y la aparición de Ahyre, el periodista rosarino estuvo muy presente, acompañando ese proceso. “No le gustaba el nombre de la nueva banda”, recuerdan y se ríen. “La primera aparición pública de Ahyre fue en su programa, él nos presentó, fue una bendición”, remarca Vasconcellos.
Los cuatro reconocen que Gerardo Rozín apoyó como nadie a los artistas que van más allá de la vidriera del mainstream. Los músicos entienden que se puede jugar en diversos ámbitos y estar de acuerdo con todas o con solo algunas de sus reglas, sin juicios de valor y siendo fieles al propio deseo.
Enfrentar al “Monstruo”
–¿Cómo ha sido la experiencia en Viña del Mar, donde el público, bautizado como “Monstruo”, suele ser implacable?
Juan José Vasconcellos: –Fue la primera vez que ponemos a nuestra música en un contexto de competencia, nunca nos había sucedido, estábamos acostumbrados a los festivales donde no hay juicio cuantitativo. La posibilidad de tocar en Viña del Mar, uno de los festivales más grandes del mundo, es algo que históricamente hemos visto desde lejos.
Sebastián Giménez: –Antes de viajar, muchos colegas nos habían advertido que, de entrada, la gente iba a chiflar y que no lo tomemos como algo personal, sino que tenía que ver con la rivalidad con los argentinos, pero no nos pasó. De hecho, allá nos contaron que el público de Viña del Mar está trabajando sobre eso, haciendo una evolución.
-Se está deconstruyendo...
Sebastián Giménez: –Cuando nos tocó a nosotros, ha sido un público muy respetuoso. Conforme fueron pasando los días y las cuatro presentaciones, cada vez ha sido más cariñoso, muy amigable.
-¿Cómo vivieron el momento preciso en el que obtuvieron las Gaviotas?
Federico Maldonado: –Ganar la primera como intérpretes fue maravilloso, estábamos felices. Haber viajado ya era una experiencia enorme y obtener un premio era un mimo inmenso, la alegría fue total. Era una satisfacción llevarla para nuestra Argentina querida.
Luego llegó un empate entre la canción “La luna” y un tema de una intérprete mexicana. “Fue totalmente increíble. En la conferencia de prensa lloraba como niño y no era llanto de alegría, sino por pensar en lo duro que había resultado todo, en los ensayos, en pasar días casi sin dormir; fue un gran esfuerzo”, remarca Maldonado, el músico de la cruz tatuada en la garganta como un designio de plegaria a los dioses.
Cuando se les consulta qué hicieron esa noche de premiación que guardarán en sus retinas para siempre, los cuatro coinciden: “Dormir”. Habían pasado quince días en Chile a pura adrenalina, sumando experiencia y con la presión de un certamen sumamente competitivo. Luego de triunfar, comenzaron un raid protocolar de entrevistas, al punto tal que recién pudieron tomar sus teléfonos varias horas después y encontrarlos, desde ya, rebalsados de mensajes con felicitaciones. A orillas del Pacífico a todos se les escapó alguna lágrima.
Si la ovación de 15.000 personas los conmovió, el aterrizaje en Salta no fue menos emotivo. “Volver a casa, después de tantos días, fue muy especial”, reconoce Hernando Mónico. “Colo” Vasconcellos establece una analogía con un logro futbolero: “Salvando las distancias, estaba muy cerca la euforia del Mundial, así que, en versión chica, pudimos experimentar el aguante que nos hizo la gente de nuestro país, fue súper épico para nosotros”.
Cambiar de marca
Juan José Vasconcellos, Sebastián Giménez y Hernando Mónico conformaron la agrupación Los Huayras durante quince años, logrando posicionar a esa banda en un lugar destacado dentro de la música nativa. Sin embargo, la partida de Juan Fuentes, quien inició un camino solista, motorizó la desintegración del grupo. Una eclosión inesperada para el resto de sus compañeros.
“Hemos respetado la decisión, cada quien es dueño de elegir su camino, pero las transiciones tienen cara de duelo. Al principio nos queríamos morir, pero con el tiempo fueron apareciendo los proyectos. En ese momento, afortunadamente, reaccionamos rápido, decidimos comenzar con algo nuevo y surgió la llegada de Fede (Maldonado)”, explica “Colo” Vasconcellos.
En marzo de 2019 se llevó a cabo el último show de Los Huayras en Tacuarembó, Uruguay, y en septiembre de ese mismo año Gerardo Rozín los presentó en La peña de morfi, ya con la conformación actual de Ahyre. “Todo ha sido vertiginoso”, coinciden.
Si bien en Los Huayras participaban dos integrantes más, lo cierto es que la conexión entre Vasconcellos, Giménez y Mónico siempre fue estrecha, de gran amistad. “Tenemos la misma mirada sobre la vida”, definen los tres músicos que decidieron continuar juntos en el camino de la música.
Federico Maldonado, por su parte, integraba la histórica formación Los 4 de Salta, que continúa en plena actividad. Antes de la llegada a Ahyre, su nombre ya sonaba fuerte como candidato para sumarse al grupo. “Llegué a Los 4 de Salta por mi compadre, que es uno de sus integrantes y el proceso de bajarme ha sido muy sano, he quedado amigo de todos ellos, se pusieron muy contentos por mi futuro”, entiende el músico.
Una anécdota grafica la alegría de Maldonado por su incorporación a Ahyre: “Cuando sonaba mi nombre, yo pensaba ´ojalá sea cierto´”. Era cierto. Un llamado de “Colo” Vasconcellos le confirmó el rumor y el deseo rápidamente se transformó en una realidad. Maldonado había hecho reemplazos en Los Huayras, con lo cual conocía la dinámica de trabajo de sus actuales compañeros. “Todo es alegría y aprendizaje”, sostiene.
–¿Cómo tomaron la unión artística de Abel Pintos y Luciano Pereyra?
Federico Maldonado: –La celebramos, son dos grandes.
Juan José Vasconcellos: –Ellos están acostumbrados a sus carreras solistas, con lo cual debe haber algo de desafío en esto nuevo que van a compartir.
Todos coinciden que Los Nocheros fueron referentes y que les generaba orgullo la trascendencia inspiradora del grupo. Pero también aparece la Trova Cubana, con Silvio Rodríguez a la cabeza, el rock nacional y hasta Pink Floyd.
Tal como sostenían autores como Jorge Luis Borges o Ernesto Sabato, donde el orgullo residía en las lecturas adquiridas más que en los materiales escritos, antes de despedirse los integrantes de Ahyre coinciden en que su estilo nació también de todo aquello que escucharon desde muy jóvenes y, desde ya, en la contemplación de la inmensidad natural, tan a mano en su Salta natal. “Somos lo que escuchamos”, concluyen.
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