"Mientras nos acomodamos me gustaría que vieras esto."
Dárgelos acerca los lentes a la pantalla de su MacBook y scrollea hasta una carpeta donde guarda los "videos discutibles". No son exactamente clips, sino teasers artísticos de algunas canciones nuevas. Fueron dirigidos por Juan Cabral, un realizador argentino que ganó fama en la industria publicitaria internacional hace una década, cuando firmó un corto para Cadbury en el que un gorila sentimental toca la batería de "In the Air Tonight", de Phil Collins. Este pack de "contravideos" es parte de la campaña de lanzamiento del duodécimo disco de estudio en el catálogo oficial de Babasónicos. El plan de salida de Discutible había empezado con una pegatina de flyers en los alrededores del show en Obras, en agosto. Los volantes contenían la leyenda "Trans-Algo", un servicio "24 horas" y un número de celular. Parecía una oferta prostibularia, pero si llamabas sonaba uno de los temas nuevos, una melodía de guitarra de Mariano Roger y Dárgelos asumiendo la primera persona de un narrador trans: "¿No ves que soy uno de tantos que anda buscando libertad...?".
En el estudio de los Babasónicos, una edificación moderna e industrial en el barrio de San Cristóbal, Dárgelos dice que este esquema de comunicación, impulsado por fuera de su trabajo con Sony México, es una forma de diferenciarse del mainstream. "Somos parte de la industria más mainstream que existe, pero hacemos todo de diferente manera. Mirá el arte de tapa [un desplegable con fotos producidas para cada canción]. Deberíamos exponerlo, y en cambio se va a ver así." Dibuja un círculo minúsculo con el pulgar y el índice, del tamaño de un ícono de Spotify. "Hace un tiempo ya estaba preguntándome dónde estaba el rock como espíritu", continúa. "Yo creo que el estilo que toques ya no habla de vos. Ahora, si a eso le sumás el arte, la comunicación, qué canales usás para hacerte entender... eso va encerrando todo."
Discutible es un disco directo en sus intenciones: estimula una reflexión sobre la forma en la que se produce y se escucha música en este tiempo. No es casual que el primer single, "La pregunta", se haya interpretado como una reacción al último largo período de la banda, esa era de hits implacables que inauguró Jessico en 2001. "La pregunta" en cambio es una falsa rapsodia electrónica, llena de silencios y ecos, con observaciones domésticas que avanzan hacia un cuestionamiento cultural más amplio y a una serie de planteos filosóficos. Para el momento en que el resto de la banda suma su góspel, Dárgelos ya sembró la incertidumbre como un difuso predicador político.
Sentado en una sala de su cuartel creativo, sin iluminación artificial y tocado por el rebote de la luz del día contra el cemento alisado, el perfil de Dárgelos –ya sin la barba caudillesca– resulta tan volátil e inasible como su discurso, una llama que cambia de forma en la oscuridad. A lo largo de casi tres horas, el cantante discute y medita sobre el estado del rock, el plan sustentable de Babasónicos, los cambios sociales y una industria musical dominada por los algoritmos.
¿Siempre que lanzan un simple están tratando de provocar un debate?
Es el mecanismo de la música pop. Las cosas no son eternas en la música popular, no las ganás por vitalicio, las ganás por presentarte en la palestra donde están todos con una idea novedosa que te atrape, porque el pop opera en ese rango que no prevés, y la idea es que alcance algo más que tu fanbase. Si no, ¿para qué hacés música popular? Para irrumpir en el mundo y decir "quiero que me escuchen". Hay un libro muy lindo sobre eso. Se llama Yeah Yeah Yeah, lo escribió el de Saint Etienne (Bob Stanley). La hipótesis que explica ese libro es que la música pop es de los simples. El pop es hasta Ten Years After, o hasta Iron Butterfly. No es un estilo, es la música que intenta llamar la atención posterior a la era de los standards. El pop es generar el consumo y fabricar una industria. Antes de eso, la música era de salones, se consumía en vivo, los discos y los aparatos no eran accesibles a la cultura popular. Cuando empiezan a salir los discos de uno o dos centavos, los simples, aparece el primer consumo de una franja etaria que no tenía consumo, básicamente de los 13 a los 17 años. En los 50 no había ropa hecha para los jóvenes, no había nada. ¿Qué hacías si tenías 15 años y habías ganado algo de plata lavando un auto? Lo primero que empiezan a comprar con esas monedas son simples. No es una cosa hecha para tu papá, tu abuelo, ni para los bebés: está hecha para vos. Ahí empieza el pop. Y eso se acaba cuando mueren los simples y se ponen de moda los LPs al final de los 60. La década del LP son los 70.
Volviendo a "La pregunta", la canción parece hablar tanto de la ética artística de Babasónicos como de algo más amplio, esa idea de "¿cuánto estás dispuesto a entregar?"
No dice eso, pero puede ser que quiera decir eso...
... sumado a lo que dijiste en Obras: "Es una época en que vamos a tener que resistir todos". ¿De qué estás hablando exactamente?
Está todo dicho, ¿qué más te puedo decir? Después de que digo las cosas, sucede todo. Es como que te diga que "La pregunta" es el sermón de la montaña.
¿Y el título del disco, Discutible?
Era una categoría que manejábamos más allá de lo lindo, lo feo, lo que está bien o está mal, una categoría de belleza que no tiene que ver con el consenso, sino con ideas que polemizan entre sí. Hoy pensaba… Acordate lo que dijiste en la crítica del show de Jessico en el Gran Rex: sigue siendo muy parecido. Vos viste una dinámica detrás de las cosas. No explicaste el show; explicaste la instalación de una maquinaria de ideas que late en el roce con la superficie, en la observación con el público, algo inasible porque cambia todo el tiempo. Vos hablabas de caos y desconcierto. Bueno, no se puede llamar así el nuevo disco, pero puede encontrar distintos perfiles que reflejen esa idea del caos y el desconcierto.
Musicalmente, "La pregunta" parece construida con diferentes partes...
Y sin embargo tiene pocas partes. Todo el disco es casi monoparte. Son canciones menos grandilocuentes tonalmente, de una simpleza más cruda, pero en otro grado que en la época de Anoche y Mucho, que eran canciones cortas, intensas, de mucho impacto y muy arregladas, muy pared de sonido. Ahora las canciones están repletas de vacío, van a contrapelo de esa composición muy clásica de nuestros últimos discos.
La letra es menos narrativa, tiene imágenes y preguntas, no estás contando una historia...
No estoy tan de acuerdo. En el disco podés encontrar algunas canciones más narrativas que otras, pero creo que la canción va instalando un concepto bastante denso y complejizado a medida que avanza. Y las canciones de imágenes no lo hacen.
¿Por qué?
Ponete a pensar en la música argentina de la década del 80, repleta de imágenes, no logran la instalación de una reflexión...
Pensá en Don Cornelio...
Eso es lo menos típico del 80. Sí, estoy de acuerdo, me gusta, pero hablá de lo típico: desde cualquier canción de Soda Stereo hasta "Imágenes paganas", incluso los Redondos, o "Sin gamulán". En "La pregunta", en cambio, lo que podés entrever es que de la formulación de una observación cotidiana y personal llegás a una más interpersonal y metafísica. "A veces me echan de mi propia casa", ¿qué imagen contiene? No es un vidrio rasgado, como decían las canciones de los 80. A vos si te dicen que la vida es un vaso de gaseosa aguada… Contiene una imagen, pero te está diciendo algo.
¿Y quién dijo que las imágenes no pueden decir algo?
Lo que pasa es que la música de imágenes está tratando de elaborar fórmulas de visión poética y convertirlas en sentido. Esto es otra cosa. Esto ya trae sentido. La diferencia entre los 80 y los 90 es esa, que corta la retórica poética de la imagen y avanza hacia otra cosa. Solo te voy a decir eso. Vos que escribís, creo que podrías encontrar algo mejor.
No creo que el uso de imágenes implique un debilitamiento del mensaje.
Sí, no es negativo. Como es discutible, quizás hasta tenés razón. Lo que digo es, no necesitás que te aclare nada de la canción porque entendiste todo. Ya de las letras no se puede hablar más. Están jugadas. Hay muy poca gente que no está entendiendo.
Romantisísmico (2013) era un disco más de lo privado, y este parece hablar más de lo público. ¿Estás de acuerdo?
Puede ser. Sí, el disco avanza sobre la reflexión y la observación de las cosas, está ahí, y no está tan en "cómo me siento". La primera persona no está utilizada para transmitir una crónica climática de los sentimientos.
"Hacía mucho tiempo que la industria no estaba tan empoderada, porque ya no depende ni de autores, depende de máquinas."
¿Es un manifiesto sobre la música actual?
El disco está diciendo que la industria produce el 95% de la música que se escucha, que es una etapa en la que la música de autor viene en baja, o es intrascendente porque la combinación de algoritmos favorece al hit y a la manipulación, y que se han sumado tantos oyentes que determinan el patrón, y los que no discuten nada siguen el patrón a rajatabla. Eso se lleva puesta la radio, se lleva puesto casi todo. Hacía mucho tiempo que la industria no estaba tan empoderada, porque ya no depende ni de autores, depende de máquinas quizás. O muy en segunda instancia depende de los autores. Pensá que en el comienzo la música pop dependía de los autores, era el Brill Building de donde salían las canciones. Hasta los Beatles querían parecerse a eso. Y ahora es muy difícil que reconozcas a un autor, o que creas que el que canta es el autor.
Volviendo a eso que dijiste, sobre que es una época para resistir. ¿A qué te referías?
A todo. Desde lo que respecta a la música hasta el tema social, o el arco político que desempeña cada uno en este sistema. Es un tiempo difícil, sí, y más para la música que hacemos nosotros. Y yo no voy a estar entregando lo mismo que los demás. Ya lo sé... Y es un disco escrito hace más de un año, no ahora. Nosotros ya lo vimos.
¿Es un disco sobre la era macrista, así como Miami fue un disco sobre el menemismo, aun cuando no haya sido tan exitoso como Jessico?
Tampoco el éxito mide el impacto de influencia. Supongo que Jessico no hubiese sido un disco tan exitoso si no hubiera estado Miami. Y el disco que de verdad es exitoso es Infame. Tres o cuatro veces más exitoso.
Pero Discutible, entonces, ¿lo ves como un disco sobre este ciclo político?
Creo que para eso tenés que ir al futuro y volver. Sí entiendo que Discutible es un disco contingente, que habla de lo que pasa ahora, no se me podría haber ocurrido... no se nos hubiese ocurrido antes, y es un disco que trabaja en contra de nuestros otros discos, en cuanto a que deshace muchas certezas de cómo hacíamos la música antes y cómo la hacemos ahora. Y bueno, las letras las hice en el 2017, son todas nuevas. Nosotros siempre estamos un poco ahí, adelantados. Standing on the verge, como el tema de Funkadelic, parados en el abismo entre lo que sí y lo que no.
Yendo a eso...
... el lugar de Funkadelic en la curva de la música es genial. Igual el preclaro, el profeta es Sly. Fijate que si agarrás una nota nuestra de la época de Trance Zomba, nosotros solo queríamos ser The Family Stone. Qué gente con una lectura fuerte de la música, ¿no?
¿Sly sigue siendo tu gran referente?
Y sí, para mí… En mi altar, en mi olimpo de la música está Sly. Y llegamos a tocar con él en un Coachella (2010). Estaba en el camarín de al lado. Él no tocaba desde hacía miles de años. Fue hasta ahí y finalmente no tocó [en realidad salió al escenario, pero el set fue desastroso].
Vivía como un homeless.
Sí, eso dicen. Ahí entramos en un territorio del que no sé mucho, porque no leo sobre música. Solo veo los discos, ahí está todo...
Se nota que no leés mucho sobre música, porque en una canción del nuevo disco ("Teóricos") decís que la ciudad está llena de teóricos de rock, y yo no los encuentro.
¿Cómo? En esta ciudad hay más gente que sabe de rock que de cualquier otra cosa.
¿Te parece?
¿Y no hablan todos de eso?
Me parece que ya no.
Bueno, debe ser como vos decís, no me importa lo que quiero decir. A mí me gustó cantarlo.
Hoy cuesta encontrar crítica.
Pero yo no hablo de críticos de rock, eh, de eso hablé en Jessico [por "Camarín"].
Decís algo así como que te disparan con sus textos y sus biografías.
Pero hablo de los algoritmos también, del esquema de difusión. Qué sé yo, no sé de qué hablo, boludo.
Está bien, no es un reproche.
No me siento reprochado, de última me gusta que te sientas aludido, pero... Sabés que no estoy refiriéndome a la crítica de rock en "Teóricos", me refiero al público que es oyente crítico y que al toque te compara con Led Zeppelin, con Platón, con lo que sea, y a veces no han tocado, no han vivido nada. Muchos son músicos, pero no han tenido que pasar por lo complejo que es instalar ideas, tener una apuesta, llevarla adelante, generar una música a través del tiempo. Saben todo desde lo teórico, te tiran la biografía de Richards encima, y Richards no toma cerveza en las esquinas, hace publicidades de Louis Vuitton. Hay una instalación muy confusa de cómo son las cosas. Creo que de eso habla "Teóricos". Pero bueno, tomala como quieras.
¿Cómo hacen para mantener el nivel de obra después de tantos años?
Mantener un nivel en la obra es complejísimo; es excepcional en la música, te diría. Poné ejemplos. Yo me preocupé mucho por la dignidad y el paso del tiempo en cuanto a entrega de obra. Fijate la tapa que hacemos. Nos preocupa, supongo. Ni siquiera sé si alguien lo va a observar, o lo va a apreciar, pero una vez que queda hecho es indiscutible, ¿no? Algunos hechos son indiscutibles.
"¿Sabés que en el mundo es un recuerdo la música argentina? No está viva."
¿Sentís que a esta altura compiten contra ustedes mismos?
La música no es competencia, debería ser todo por sumatoria. Nunca me sentí compitiendo. ¿Vos ves cómo hacemos los shows? Los shows tienen un guión hecho por nosotros: sabemos dónde estamos, hacia dónde vamos, la máquina no se puede detener, todo tiene una puesta, un vestuario. Es un espectáculo, más allá de un simple show. La mayoría de las bandas de nivel que vienen tienen eso, pero no se hizo mucho acá. Es muy difícil... ¿Sabés que en el mundo es un recuerdo la música argentina? No está viva.
¿Un recuerdo de los Cerati...?
... de los Cadillacs... Bueno, hay grandes bandas como los Decadentes, ¿no? Los Decadentes te hacen un espectáculo. No es joda. Siempre tienen un concepto, una dinámica de espectáculo. Ellos piensan cómo sostener la tensión. Es lo que te decía de Funkadelic, que lo inventaron y a partir de ahí se traslada a la música blanca. El show es una forma de mantenerte entretenido permanentemente, nunca largar la tensión, y es inapelable. Terminás y te vas a tu casa porque no se puede hacer nada más. La parte Woodstock de la música, que eran unas canciones ahí, es otra forma de comunión, pero después vinieron espectáculos más modernos y lo desbancaron. Esa visión del espectáculo que tenemos nosotros acá es bastante poco común.
Más allá de esa mirada exterior sobre la música argentina, ¿cómo la ves vos?
Siempre hay cosas buenas, pero a lo que me refería es que, en una escena latinoamericana, con Puerto Rico, Colombia, México, a veces Chile, ni hablar de Brasil que está en otro camino, nosotros estamos detrás, cuando en otra época teníamos una oferta de espectáculo de otro peso. Me encantaría que fuese mejor... Y tampoco quiero una polémica sobre este tema. Pero no hay mucha autocrítica acá.
¿Ves un momento de crisis del rock?
Yo creo que lo debés ver más vos, que tenés que hacer una revista de este tema y tenés más problemas que yo. Yo amo la música. Amo la música hecha acá, amo toda la música, así que imaginate que sufro cuando la calidad o la competitividad de esa música se diluye.
Lo que se exporta hoy tiene que ver con otra cultura, otros canales. El trap, por ejemplo.
Bueno, eso me pone contento. Me parece que está muy bien, quizás con más constancia en eso podemos recuperar un poco de terreno.
¿El trap como música te interesa?
No sé, ¿vos cómo llamás a Frank Ocean, Kendrick Lamar, Travis Scott, Tyler, the Creator, A$AP Rocky, Chance the Rapper? Todo eso me encanta, soy fanático, pero como no leo sobre música no sé cómo se llama. Yo los llamo experimental r&b, porque superan un poco el hip-hop y porque tienen otra forma de apropiación musical del instante, y una complejidad armónica y de swing con muchísimo más vuelo. Y a veces van tanto en contra de la estructura y de la simetría de la música... Pero no sé cómo se llama eso. ¿Es trap?
No exactamente, pero tiene algo de eso.
Tiene algo de eso el trap también, ¿no? Qué sé yo, los nombres de los estilos, ¿viste? Lo que han dicho de nosotros... Más allá de los estilos me interesa siempre la música joven, me gusta la música hecha por jóvenes.
¿Discutible es un disco sin género?
Transgénero.
Tiene bastante electrónica.
Sí, yo como que no me doy mucha cuenta. Nosotros fuimos una banda techno antes de ser Babasónicos (X-Tanz). Para nosotros el stoner-rock, el thrashcore, el rock & roll, el boogie-woogie, el techno, siempre fueron parte de la coyuntura babasónica, entonces, como el electro sucede ya en el medio de nuestro devenir, no sé si tomo cosas de ahí. Ya las habíamos tomado de antes. Yo dejé de leer cosas sobre música en el año 82, 83, creo que desde que me enojé con la revista Pelo porque no escribían sobre la música que me gustaba a mí. Solo escribían sobre rock progresivo. Ahí me dio un odio bárbaro y nunca más leí sobre música. Solo leo ficción y poesía, a veces alguna cosa cercana al ensayo.
Volviendo a esa idea de que el disco nuevo quiere romper...
Con lo que más quiere romper es con nuestra propia idea de la música. Viste que incluso la tapa rompe con el sintagma de nuestra comunicación, que es la condensación de un mensaje único que se entrega con logo y todo. Este disco ya no, no te queda nada claro viendo esa tapa, ya ni sale el título. Se fue. Nosotros sabemos cómo no repetir… Por eso nos cuesta también con los productores, porque ya son más antiguos que la idea que tenemos de nosotros mismos.
En este disco no trabajaron con Andrew Weiss. En algún momento dijiste que él estaba ahí para decir las cosas que ustedes ya no se querían decir entre ustedes.
Puede ser, está bien. En este disco nos las tuvimos que decir.
¿Y hubo mucho conflicto?
No sé... Me encantaría pensar que sí, porque la única forma de avanzar es resolver conflictos. No es natural todo. Sentarte y hacer música a la que te sale, no va a ningún lado. Está bien, la podemos hacer, ¿pero? Ya lo hicimos, eh. Creo que Anoche y Mucho son casi eso. Discos más directos, sin tanto replanteo.
Decías que siempre van contra el disco anterior, pero eso no se veía tanto últimamente. Romantisísmico era como un perfeccionamiento del estilo Babasónicos.
Romantisísmico trabaja el avasallamiento, es todo demasiado, quizás no me daba cuenta en ese momento, pero ahora a la distancia me doy cuenta. Es avasallante en la producción, mega instrumentado, muy arreglado.
Quizás...
[Interrumpe] Te noto más cansado a vos que a mí...
¿Cansado de qué?
Cansado. No te interesa ni preguntarme, casi.
¡Te estoy preguntando! Igual puede ser que esté cansado, no lo niego.
¿Cansado de escribir sobre esto?, ¿de hacer entrevistas con músicos?
No, no creas que hago tantas. No entrevisto a un músico desde...
¿... desde que me entrevistaste a mí en 2006?
No, tanto no. Este año entrevisté a Charly García, el año pasado a Damon Albarn...
Me gustó el disco de Damon. Me gusta la producción, del mismo que produjo el de Jamie xx (Richard Russell). Yo no leo de música, pero voy llegando a la información. Mariano (Roger) está hiperinformado sobre la música nueva. Tengo cuatro o cinco amigos que son las personas más informadas de la música, los mismos amigos de mi infancia y adolescencia son melómanos. Es imposible que yo les diga algo que no conocen. Así que casi siempre estoy en un tráfico de información de primera mano. Como yo no escucho música con auriculares, para mí escuchar música es un momento de sentarme y escuchar. Es algo que ya no se hace. La gente pone música de fondo, pero difícilmente se siente a escuchar música como acción única. Algo parecido pasa con la lectura. Hay una especie de manejo del tiempo... La cultura proyecta la imagen de que el uso del tiempo es necesario para producir. Y leer es ocio, que es lo contrario a la producción. No seas un perdedor, no te sientes a leer, sería el mensaje más o menos. Para mí la lectura hoy es una de las tareas más subversivas que podés hacer, porque estás en contra de la corriente hegemónica de la cultura, que dice andá a trabajar, hacé cosas. Hasta te dice hacé ejercicio, comé sano, pero no te dice leé. No hay nada que te lo diga.
Hay una imagen idílica de la lectura como actividad compatible con la vida moderna: Amazon la pone en el ícono de Kindle, la silueta de alguien leyendo bajo un árbol. Ese paraíso perdido de la lectura, la soledad, el tiempo...
Esa idea del Kindle es como un piedrazo en el mar, no provoca ola. Lo único que intenta es venderte libros, no que los leas. La estimulación a la lectura debería venir desde otro lado, desde los referentes, los operadores, porque si no tu saber va a ser muy parecido al de todos, y no vas a tener nada particular por lo que ser elegido. Casi todo lo que sé, lo sé a través de los libros y la música. Inclusive la lectura me la fueron guiando los discos o los otros libros.
¿No pensás en escribir prosa? En el disco hay una línea sobre la poesía y la prosa.
"Si la poesía es la infancia de la prosa/ quiero mantenerme niño por siempre".
Me sonó tan aforístico que la googleé a ver si estabas citando a alguien.
No, la inventé, papi, yo invento. A veces cito. He citado a Marcelo (Cohen), a Quique (Fogwill)...
¿Te interesa escribir prosa?
No lo sé. Poesía sí escribo mucho.
¿Pensás publicarlo?
No lo sé. Me gusta escribir canciones. No son fáciles. Llevo hechas como 400.
¿Qué parte del trabajo te resulta cansadora?
Es que yo no lo veo como un trabajo. Es un juego. Escribir canciones no es un trabajo. Escribir poesía tampoco. Sería un trabajo muy ingrato porque nadie te lo paga. Es un suicidio social. Me gusta.
Debe haber alguna parte que es trabajo.
Sí, viajar. Vivimos lejos. No se puede tocar en Buenos Aires todos los días. No tiene condiciones simples Buenos Aires para tocar. Cada vez son más complejas. Impositivamente, habilitaciones, la cantidad de personal que hay que contratar…
¿Cómo ves a la distancia el affaire con Darío Lopérfido [en 2016, cuando dirigía el Colón, Lopérfido amenazó con no dejarlos tocar porque Dárgelos dijo que "entre Cemento y el Colón hay 20 cuadras de diferencia, no más"]?
¿Qué te puedo decir? Había sido un chiste. Si no hay humor, si hay que tomarse todo en serio… Hay una clase social, que ni siquiera está representada por ese interlocutor, que siente que con Babasónicos en el Colón se produce una invasión degenerativa en el proceso de la cultura. No hacen lo mismo cuando un disc jockey toca en ese lugar, porque proviene de esa misma clase.
¿Creés que es un tema de clase?
No sé, creo que sí. Sí, es un tema de clase, porque no hay discusión sobre la calidad musical nuestra. Te reto a que busques esa clase de crítica sobre nosotros. Ni siquiera la música culta del país tiene ese problema con nuestra música, ni siquiera el club de fans de Ginastera. Es raro.
Quizás hay una idea de que, si vas al Colón, tenés que rendir cierta pleitesía.
¡Pero si lo pagamos con nuestros impuestos! ¿Qué pleitesía tengo que rendir si es mío? Cuesta más mantener eso que Fútbol para Todos. No entiendo. Me parece que es genial que exista el Colón y toda esa clase de esfuerzo sobre géneros de música no populares, que produce un montón de trabajo especializado de puesta en escena, vestuario, carpintería. Está buenísimo. Sí creo que no es un foro de música popular, pero un espectáculo concebido para ese foro puede atraer a otro público no acostumbrado a concurrir a esos lugares, y eso sería justo y normal, porque es algo que pagamos todos.
Me pregunto si de tu lado también no había algo de clase, como que te rompía las pelotas todo lo que rodeaba simbólicamente al evento.
No, no me rompía las pelotas. Esa misma persona me venía insistiendo hace mucho de comprar el show. Pero nos quería alquilar el lugar, y nosotros no queríamos pagar. Yo ya había tocado en muchas óperas del país y de Latinoamérica. Entendemos la envergadura de una ópera y podíamos estar a la altura. Si había alguien en este país que lo podía hacer éramos nosotros. Pero entendíamos que el alquiler sin factura era una forma de recaudación ilícita, ¿no? Finalmente llegamos de manera distinta, en el marco de un ciclo del diario La Nación. [Consultado sobre este punto, Lopérfido aclara que el Colón cobra un canon de alquiler de la sala mediante un contrato a todo artista que no forme parte de la programación oficial.]
Dárgelos diferencia a Babasónicos del machismo del rock nacional. "Tuvimos mucha resistencia al principio por no ser eso, costaba mucho en los festivales donde la tendencia era esa."
¿Cómo observás el crecimiento del movimiento de mujeres?
Con mucha atención, y muy expectante para que cada vez logren más victorias en el terreno de la igualdad.
¿Cómo viviste la votación de la ley del aborto?
Y, me sentí muy mal cuando no salió, me entristeció mucho. Pero creo que todos estos años han sentado un precedente enorme, y en dos años va a ser imparable; la próxima vez que se trate, no va a haber duda. Deciden los viejos por los jóvenes, deciden los hombres por las mujeres, es una contradicción enorme y básicamente para mí es un tema de salud pública, más allá de que también es un tema de género. Es un delirio, es como dejar de dar vacunas.
¿Sos optimista?
No soy optimista, lo que siento es que esta voz de género ya es incallable, y eso es lo positivo. Babasónicos es un grupo con muchísimas heroínas en sus canciones... Más mujeres que hombres. Tenés infinitas, es algo que siempre está en el texto y en el subtexto de la canción.
El machismo del rock argentino se volvió más visible en el último tiempo, incluyendo los casos de abuso. ¿Estás de acuerdo con que es una cultura machista?
[Piensa un momento] Sí, puede ser... Lo que pasa que no es el caso de Babasónicos. Nosotros tuvimos mucha resistencia al principio por no ser eso, costaba mucho en los festivales donde la tendencia era esa.
Lo que tenían ustedes es eso que hoy se llama "nueva masculinidad".
Desde el 91 te diría. El Nuevo Rock Argentino en Córdoba fue terrible para nosotros. Salí a tocar con babydoll antes que 2 Minutos. Imaginate... Los 2 Minutos estaban indignados por lo que el público nos hacía. Éramos amigos. Pensá que después vino Cobain y tocó vestido así. Pero con nosotros era más difícil.
El rock ya tenía esa ambigüedad sexual desde los 70, al menos.
Sí, nosotros éramos herederos de eso, entonces yo no entendía. Estábamos parados entre Plant y Freddie Mercury, no estábamos en una actitud muy macho, así que nunca tuve esa clase de...
¿Y qué pasa con todo el imaginario rockero de las groupies y demás?
Una visión un poco infantil ya. Hollywood, medio Hollywood...
Bueno, está en las narraciones de las grandes bandas, empezando por los Rolling Stones.
¿El mismo imaginario que dice que toman cerveza en la esquina? No sé qué decirte de eso.
Lo que veo es un cambio cultural fuerte.
Bueno, si lo ves, decilo.
Lo digo. Te pregunto para saber qué opinás.
Creo que hay un cambio, sí. Pero para mí falta. Falta para tener un mundo más justo, con más mujeres en situaciones de poder. La Iglesia todavía la manejan los hombres, buena parte de la política. De 24 gobernadores del país, ¿cuántas son mujeres? ¿Tres? ¿Cuántos ministerios? ¿Cuántas directoras de hospitales? Quizás debería haber más directores de primaria varones, el único lugar donde predominan las mujeres. Es una idea muy fea del mundo.
¿Qué te motiva hoy a seguir creando?
La búsqueda, la maravilla que sucede entre el silencio, donde no hay canción y en eso la canción llega, o van llegando los motivos. Componer es una cosa bastante lúdica, entonces a mí eso me maravilla. Me motiva buscar cosas.
¿No se vuelve un oficio?
No existe. Escribir una canción es atrapar sentido. Salir a imaginarte cosas, manipularlas, hasta que en algún momento hay una desproporción, un choque, empieza a haber algo que habita ahí y que sobrepasa el alcance de las palabras desmembradas. Se empezaron a juntar, son 20 o 30 palabras, dos versos quizás, o tres, pero empiezan a tener un interlineado que va apuntando a la formación de un concepto que los dos podemos entender, algo que no está dicho pero que va siendo arriado, acorralado, y después la canción esculpe todo eso, lo acaricia, lo magnifica y lo dispara por el aire. Como un virus, como una espora, algo extraño en el hombre pero común en la naturaleza: bacterias, virus, parásitos, esporas... ¡El que hace eso es un alquimista! ¿Cómo condensó sentido, lo disparó en el aire y te modificó? Porque yo no te modifico hablando, ni aunque diga cosas inteligentes, pero sin embargo algo te dijo "La pregunta", algo que no podés entender pero late en el desorden de tus ideas. No lo podés explicar, ves imágenes, no quisiste decir que hay algo metafísico, y lo mejor quizás es eso, percepciones muy personales que se retuercen dentro tuyo y preguntan "¿qué mierda tiene sentido de todo esto?".
En cuanto escriba y me ordene te digo.
Yo te lo puedo decir. Ser así no cuesta nada. ¿Qué hago yo? Yo veo. Me siento en la noche, en la imaginación. Yo lo llamo "la noche" porque no hay nada, cuando empiezo no hay nada. No hay una página en blanco. Y me quedo esperando hasta que llegue. A diferencia de un escritor, que empieza y escribe, tacha, saca, va en el transcurrir, en el hacer, en el oficio... Yo no: yo soy como un pescador. Espero, espero con los ojitos cerrados, sentado, sin dejar que la ansiedad o las ganas de hacer canciones me atrapen. Porque todos tienen ganas.
A veces es necesidad.
¿Pero cómo podés tener necesidad de hacer canciones?
Para proyectar tu próxima etapa artística.
No, matate. No sé, buscá en el chamanismo una alternativa, pero no creo que esté en la necesidad.
¿No hacés canciones por encargo?
Nunca hice, no sé hacer. Siempre hago lo que no espero, lo que no sé cómo se hace, lo que no tiene solución, esas cosas. Creo que en Discutible hay... Cada vez está más tratada la materia de la canción. Cada vez tiene menos intervención racional, tiene mucho más peso el significante, y todas atrapan algo. Al principio de mi obra, de la obra de Babasónicos, las canciones están cargadas de deseos que perseguimos. Ahora cristalizan voluntades que no sé de dónde vienen. Pero es un ejercicio loable que después de tanto tiempo hayamos encontrado la fuente de la canción, ¿no? ¿Para qué hacés canciones? Primero porque no lo podés evitar, y segundo para crear personajes que ponés en escena, que no son vos y en los que podés vivir. Quizás ninguna habla de mí, y lo mejor es eso, que ya no lo sé. No puedo ser de 400 formas diferentes.
¿Cómo fue el trabajo de voces para el disco? Hay un momento en el que casi no se te reconoce.
Yo también busco lo nuevo. Las voces están expuestas, no tienen corrección digital. Los músicos hablan de los efectos como si fuese algo que al público consumidor le importase. El Auto-Tune puede ser un efecto, pero en los últimos quince años viene siendo un elemento de corrección tonal. Vos cantás mal rápido y después viene otro y te lo corrige. El uso que le dio Kanye West, el uso que le está dando el hip-hop moderno, el r&b experimental, es como efecto de instrumento, y eso me parece bien. Pero ya corregir lo que uno canta más o menos… Lo que nos gusta de ahora es que la voz sea un instrumento en su máxima exposición de transmisión. El canto tiene algo más de acting que de enunciación.
¿De dónde sale la forma de coros que usan en "La pregunta" y otros temas?
El disco trata de no usar la forma coral ortodoxa, ni la que usamos nosotros durante tanto tiempo. Casi todos los temas trabajan con recursos muy poco superpuestos. Sí hay armonía, pero normalmente la voz está usada como arreglo. Trabaja un preciosismo muy minúsculo. Todo es una masa de ausencia y sutileza.
"Algo que no notás de todos mis rasgos personales es que soy muy iconoclasta, extremadamente iconoclasta. No me gusta hablar con autoridad sobre nada."
¿Tenían discos de referencia?
No, porque todavía no se habían hecho los discos que yo suponía que tenían que hacerse. Bueno, sí, algunas cosas de Frank Ocean me llamaban la atención, pero nosotros aspirábamos a estar dentro de la música que venía, sabiendo que el disco iba a tener este delay. Preveíamos qué iban a hacer las bandas con guitarra en esta encrucijada donde el 96% de la música global es comercial. Es la industria de la música proponiendo llenar permanentemente el espacio, y listas y listas y listas... Lo que tenés que ver es que no es que decayó el gusto de la gente. El tema es que hay tanta más gente que escucha música, que esa gente no tiene idea ni ganas de elegirla, acepta lo que aparece en su playlist, ni mira quiénes son.
Y se consumen listas funcionales: música para cocinar, para correr...
Claro, antes la gente no corría escuchando música. Ahora el 90% de la gente corre escuchando música. El público nuevo y ese mega uso de la música está determinando el rumbo y la producción. De eso habla Discutible. Discutible está hablando de eso. Y "La pregunta" está hablando de eso. ¿Dónde vamos a quedar? ¿Hacia dónde va esto? ¿Quiénes son? ¿Cuál es el mañana? Hay otra canción que se llama "Orfeo", que busca a su público. Es un Orfeo perdido que va por la ciudad, que está buscando gente en la Isla Maciel, en Constitución, quiere llevarse a todos, que entiendas las cosas como son. Es un viaje órfico a través de la música.
Me remitió a "Pobre duende".
No está mal, porque está en ese canto órfico, que a mí me vuelve loco. Orfeo fue un músico muy importante de la corte de Tracia, anterior a Pericles. No solo canta, encanta hasta a los animales cantando; antes de Hamelín, antes del austríaco Mesmer. Este es un Orfeo moderno, busca a su público, quiere saber quién es su gente. Y no emancipa. No está dando una opción, quiere dividir las aguas. Es mesiánico.
¿Vos te considerás mesiánico?
No, yo no me considero nada, ¿no ves que le escapo a todo? Yo me considero bastante invisible. ¿Me has visto mucho por ahí?
Creo que en el fondo sos bastante normal.
Eso es otro error de concepto.
En relación a tu fama, al menos.
No entiendo si me querés perjudicar o no, pero bueno...
Es que tenés ese personaje escénico inalcanzable.
Está bien hecho. No tiene fisuras, es una pieza. No necesita hablar. ¿Para qué se habla? Por necesidad. Los niños empiezan a hablar porque necesitan. Lo primero que aprenden son los sustantivos de la comida. ¿Por qué no hablo yo desde el escenario? Porque no necesito nada. No tengo inseguridad, no necesito que me quieran.
¿Te llevó mucho tiempo lograrlo?
No sé, está dentro de la formación. Es inexplicable. No podés armarlo. Si lo armás, se termina desmantelando. Si no lo armás, en cambio, es una pieza única. Ahí en el escenario no hay posibilidad de que me equivoque. ¿Por qué? Porque es como yo digo. Yo lo escribí, yo lo represento. No tiene que ver con la razón ni el autoconvencimiento. Tiene que ver con lo que es. Pero bueno, para eso deberíamos dar una cátedra de performer.
¿Te lo proponen?
Me proponen de todo, pero no me gusta hablar desde la autoridad del conocimiento sobre nada. Porque algo que no notás de todos mis rasgos personales es que soy muy iconoclasta, extremadamente iconoclasta. Babasónicos es una banda muy iconoclasta. En ese gran delirio yo tengo el mío propio. No me gusta hablar con autoridad sobre nada. Porque no quiero polemizar.
¿Te hace sentir incómodo?
No. Yo discuto la fuente del saber, entonces ¿por qué voy a generar yo fuente del saber? Mi apropiación de las cosas es intuitiva, inclusive sobre los discos que escucho. Voy husmeando.
Pero sí te dedicás a hacer preguntas.
Sí, Discutible es eso. Una manera de diferenciarnos del mainstream al que pertenecemos.
¿Radiohead, por ejemplo, sería un modelo de sustentabilidad artística en el mainstream?
Bueno, ellos están buscando alguna especie de libertad musical. Eso ya lo tienen. Es más difícil buscarlo en Sudamérica, en Argentina. Ellos tienen una independencia económica que les permite mucha sobrevida en la búsqueda de esa libertad. Y eso es notorio, lo entendemos todos. No podría existir en Sudamérica una banda parecida a ellos. Porque ellos se paran en la contemplación, no se paran en el arengue. La música latina es imposible contemplarla. O arenga o muere. No sé por qué pero es así, no lo discuto. La música anglo casi no arengó durante una década, la de los 2000. Los únicos que arengaban eran Kasabian.
Por lo que decías, parece que la conquista de una libertad musical no es suficiente para vos.
No, no lo dije yo. Son cosas que vos interpretás. Yo digo otras cosas, que quizás no podés reunir todas como un concepto único.
¿Esa libertad musical la tenés?
La tengo, no es lo que necesito. Nosotros estamos más cerca de Orfeo, queremos saber quién es nuestra gente, porque tenemos hecho algo con entrega, calidad, con amor, con vuelo, con verdad, con aspiración. Nada más.
¿Dirías que hay mucha gente a la que no le llega la música de Babasónicos?
¿Porque no tienen mail, decís vos?
No, por los algoritmos.
Bueno, los algoritmos están digitados, los compran las compañías.
O sea que ustedes participan ahí.
Pero la compañía vende lo que le da más rédito.
La ganancia más neta.
Bien ahí, te vas dando cuenta. Igual al algoritmo le da lo mismo: con tal de que te quedes te vende lo que sea. Pero hay una tendencia. Agarrá los 250 temas más pasados en Spotify en un día. Hacé un ejercicio que yo jamás hice, que ni siquiera tengo Spotify. Hacelo y decime si no soy un preclaro. Si encontrás uno dentro de los 250, empiezo a escribir en prosa.
¿Un ensayo?
No, una fantasía. Si lo mío es la fantasía... Yo no digo nada de verdad. El ensayo busca una verdad. Yo busco otra cosa, lo que busca Babasónicos es otra cosa. El mito.
Se supone que el mito surge para resolver los conflictos psicológicos de la humanidad.
Bueno, Babasónicos es eso. Un poco mito. O todo mito.
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