En 1970, John Lennon se sintió liberado. No sufría la presión de estar en los Beatles y estaba profundamente enamorado de su compañera creativa, Yoko Ono. Decidieron mudarse juntos a Tittenhurst, una finca georgiana de 70 acres en las afueras de Londres, donde podrían grabar, hacer películas y disfrutar de la naturaleza. "John dijo: ‘¿No es genial esto?’", dice Ono. "Le dije que sí, pero lo que le faltaba al lugar era agua. Y él dijo que eso era fácil de arreglar, así que hicimos un pequeño lago. Todavía extraño Tittenhurst."
Ese período -que incluyó la grabación del clásico de 1971 de Lennon, Imagine- está detallado en Imagine John Yoko, un libro que incluye fotos íntimas y ocultas del archivo de Ono -como el díptico de Peter Fordham que ilustra esta nota-, cartas y recuerdos del entorno de la pareja, con una mirada reveladora sobre su legendaria historia de amor. Ono habla sobre el rechazo al que se enfrentaron cuando empezaron a estar juntos: "Nos sorprendió mucho que el círculo de modernos de la época, al que ambos pertenecíamos, se volviera en contra nuestro... su modernidad terminó en el momento en que John, su cabecilla, eligió a una mujer oriental como pareja".
Uno de sus asistentes revela los caprichos de Lennon: hacía que le enviaran Dr. Pepper desde Estados Unidos y su freezer siempre estaba cargado con helado Häagen-Dazs. Otro miembro del staff de la finca recuerda estar preocupado porque Lennon se acercaba demasiado a sus fans, a quienes dejaba acampar en la propiedad.
La mente inquieta de Lennon cobra vida en sus cartas personales. Hay una llena de furia que le escribió a Paul McCartney, quien aparentemente se había quejado de cómo Lennon les restó importancia a los Beatles en una entrevista: "Queridos Linda y Paul, estaba leyendo su carta y me preguntaba qué fanático loco de los Beatles la habrá escrito", comienza. Hay una dirigida a Rolling Stone en la que corrige un dato de un texto breve sobre la fecha de las sesiones de Imagine ("posdata: Paul tampoco está muerto", concluye irónico).
Ono y Lennon dejaron Tittenhurst en 1971 para mudarse a Nueva York, tras vendérsela a Ringo Starr. Pero Ono todavía está en la odisea creativa que comenzaron juntos. A los 85 años, acaba de lanzar un nuevo LP, Warzone, que se mantiene fiel a su misión de toda la vida: "Me gustaría ver que este mundo no tenga más guerra ni violencia". Y no duda en imaginar cómo Lennon protestaría contra el actual gobierno de Estados Unidos. "Estaría muy activo, estoy segura", dice ella. "Ojalá estuviera aquí ahora."
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