Las primeras frases de "Piedra libre", el tema que acaba de publicar Abel Pintos y que habla sobre su inminente paternidad, dicen: "Ya no corro contra el viento, ya no escapo más". Más allá de lo lúdico de la cuestión, en la paternidad, sobre todo cuando se trata de entrar por primera vez a la categoría de "padre", suele haber una sensación de deseo unívoco que convive con miedos, una nueva responsabilidad y la pérdida de un espacio propio. La sensación de escapar es lo que ha corrido los parámetros, de la Generación X y de las que vinieron después, para un sector social que llega a la paternidad pasados los 30. Y Abel anda en eso, en el hecho de ser un treintañero que debuta como padre.
La particularidad de su caso es que es una persona famosa que siempre ha mantenido su vida privada puertas adentro y ahora decide compartir lo cotidiano de manera pública. Del ambiente musical es una de las personas más famosas de nuestro país. Llena estadios cuando decide hacer un recital y ni siquiera se queda quieto en tiempos de pandemia de Covid-19. Esta noche dará un concierto que se podrá escuchar por Radio Nacional 870AM y ver vía streaming (las entradas se consigue en LivePass). Terminó un disco y evalúa el momento para publicarlo. En julio último editó una playlist con una extensa lista de duetos que hizo a lo largo de 25 años de carrera. Trabaja en el mundo de la música desde los 11 y tiene 12 álbumes editados, 10 de estudio y 2 en vivo. Su debut como padre de Agustín es inminente.
-¿Y qué tan inminente, Abel?
-Falta algo más de un mes, casi dos, aunque hay un margen que uno no sabe.
-Por supuesto, eso nunca se sabe. ¿Por qué siendo una persona que cuidó tanto su intimidad ahora decidió sacarla e incluso llevarla a una canción?
-Pasó que una noche soñé que jugaba a las escondidas con Agustín. Lo buscaba en los rincones de la casa, pero no lo veía. Solo lo escuchaba correr, cambiando de lugar. Siempre sabía donde estaba, aunque no lo veía. Desperté con esa sensación y escribí parte de la canción. Esa tarde teníamos programada una videollamada con mi hermano Ariel para pasarnos unas cosas que habíamos estado escribiendo y componiendo. Él me mostró el estribillo de una canción que tenía y yo decidí transformarlo en la estrofa de "Piedra libre". Esa noche la terminé de escribir y medio jugando le dije a Ariel que no me importaba si la canción no llegaba a ser un single o no formaba parte de un disco pero quería grabarla y hacer un video en el que estuviera jugando a las escondidas con Agustín, tal y como fue mi sueño. Al otro día hice un demo en un programa muy básico que tengo en la tablet. Se lo mostré a varias personas, entre ellas Damián Amato, que es el presidente de Sony. Su mensaje fue: "Goooooooooooooool". A la semana la canción estaba siendo producida, al mes la teníamos grabada y mezclada y estábamos trabajando con el equipo de marketing porque se había decidido que sería un single del disco. Fue todo muy rápido. No fue una decisión decir, bueno, voy a ser papá y voy a hacer una canción al respecto que voy a mostrar al público como parte de mi carrera. Fue muy personal. Jamás me hubiese imaginado que sería un single de un disco que ya estaba terminado hace tiempo. De alguna manera tuvimos que abrir el álbum para que "Piedra libre" no solo fuera parte de ese disco, sino que además se convirtiera en una canción representativa.
-¿Cuándo sale el disco?
-Es incierto. Está sujeto a lo que está sucediendo. Primero por cuestiones anímicas. Nos gustaría editar el disco en un momento en el cual el panorama mundial sea más claro y de mayor calma para todos. También por cuestiones prácticas. Me gusta seguir editando los discos en formato físico y, sobre todo, sostengo y mantengo la ilusión de poder salir a presentar un disco completo en conciertos, como lo hice siempre.
-O sea que recién podría salir el año que viene.
-Sí, tranquilamente. Mucho más con esto de que la compañía me dio la oportunidad de poder considerar al álbum como un trabajo abierto todavía. Sigo produciendo cosas posibles para el álbum. Hasta que no lo editemos en formato físico vamos a seguir trabajando como si recién lo estuviera comenzando a desarrollar.
-¿Además de la salida de un disco, qué más cambió de tus planes esta pandemia?
-Los dos grandes planes a nivel artístico fueron la edición del disco y la gira promocional y de conciertos. En mayo iba a salir el disco y en agosto íbamos a comenzar una gira de tres meses en la Argentina y después América Latina, Estados Unidos y Europa, para luego volver y hacer casi todo un año en Argentina, otra vez. La hoja de ruta era larguísima. Pero lo demás está. Lo único que no tengo es salir a hacer conciertos. Seguí trabajando en mi disco y me dediqué a producir a otros artistas, como Fabricio Rodríguez, de Villa María, Córdoba, y Sebastián Garay, de Mendoza.
-La paternidad llega en un momento en el que no tenés giras, ¿producir a otros artistas también te mantiene un tiempo más cerca de tu casa y te sirve para disfrutar esta nueva etapa?
-Las cosas van tomando protagonismo de manera natural. Suelo ser un hombre que trabaja con la creatividad y el pensamiento en el futuro. Pero por otro lado soy del orden práctico de las cosas. No me cuesta nada analizar la situación en la que me encuentro y una vez que la detecto ver a qué me puedo dedicar. Ahora produzco más, cuando salga de gira será menos. Frente a la paternidad y a la formación de una familia con la que hoy convivo a diario, que es un símbolo muy importante para mí y la necesito cerca (a su compañera Mora Calabrese, y a la hija que Mora tuvo durante una relación anterior), la logística futura será con giras que armaré de una manera muy distinta. Pero voy a estar de gira. Ellas me aceptan así y me acompañan completamente en ese sentimiento.
-Te conocieron así.
-Incluso Mora ha estado conmigo de gira y ha visto lo mucho que disfruto de eso. Es la primera en decirme que mientras me dé el cuerpo lo siga haciendo.
-Ahora, después de varios meses volvés a hacer un show. ¿Por qué todavía no está definido el lugar?
-Porque la dinámica de la pandemia va cambiando y también las cuestiones protocolares. Íbamos a hacerlo desde un estudio que es como mi segunda casa pero al día de hoy probablemente vayamos a un lugar más amplio, para extender los cuidados. Se está definiendo. El 12 hacemos el concierto por radio y por streaming porque nos vamos a enfocar en el audio, no queremos emular un concierto en vivo. Así como un disco de estudio también es imposible de emular. Acá vamos a estar en un terreno intermedio. Va a ser un concierto con la energía de la interpretación en vivo y en directo, pero a su vez va a estar más enfocado en el audio que en lo estético. La mezcla no la va a hacer un ingeniero de shows en vivo sino de discos. Y la idea es que si la gente no puede o no quiere comprar la entrada, tenga la posibilidad de escucharlo por radio.
-¿Qué opinión te fuiste formando en todos estos meses sobre la pandemia y la cuarentena?
-Que es complejo por la cantidad de realidades. Cada uno ha querido cuidarse hasta donde le da. Hay gente que ha tenido la urgente necesidad de salir a trabajar. Nosotros nos cuidamos mucho, estamos mucho en casa. Mi trabajo nos lo permite. Venía de una gira y eso me permitió estar tranquilo estos meses. Por otro lado se ha hecho tan largo e incierto que se comienza a teñir de lineamientos políticos, cuando acá no importa de qué partido seas, el virus está ahí y agarra a todos por igual. La incertidumbre y la cantidad de realidades vuelve esto algo muy complejo.
-¿Qué enseñanza te deja?
-He aprendido que podía hacer muchas cosas de mi trabajo pasando más tiempo en casa. Me gusta mucho reunirme. No cambio una reunión, pero encontré otra forma de organizarme que no conocía. Por otra parte, la revalorización de cosas que uno daba por sentado: poder compartir un rato con un familiar o con un amigo fuera de la actividad y de la locura del ritmo diario. Fundamentalmente, gana grado de consciencia el rol de cada uno dentro de la sociedad. Las acciones diarias pueden afectar a muchas más personas de las que creemos y de manera mucho más profunda.
Me queda mucho por delante, tengo las ganas y el aplomo de alguien que ya caminó mucho
-En cuanto a esos momentos de compartir con otros, me llamó la atención que hiciste, hace poco, una playlist con varias decenas de duetos grabados. ¿No te arrepentiste de ninguno?
-Para nada. Todas fueron buenas experiencias. No soy amigo, ni mucho menos, de tantos de esos músicos o bandas con las que colaboré. Sí nos hemos convertido en buenos colegas. Con algunos el cariño se ha profundizado; con otros, después de grabar jamás nos hemos visto. Pero el recuerdo de la experiencia es grato y, sobre todo, el registro. A mí lo único que me preocupa de hacer un dueto es sentirme de acuerdo con el registro que va a quedar. Porque si llegamos al estudio y no resulta toda la conexión que hubiese deseado, bueno, eso es anecdótico. Pero lo que me ocupa es que en el momento del registro estemos en la misma onda, en la misma frecuencia. Y que eso sea agradable. La compañía discográfica, con la que trabajo hace 20 años, siempre me ha propuesto duetos, pero sabe que los inventos no me van.
-Veinte años con la misma compañía discográfica y unos 25 de carrera con apenas 36 años de vida ¿Te ves como un artista maduro, veterano para muchas situaciones?
-La experiencia me brinda seguridad. Al mismo tiempo siento curiosidad. Me pone contento saber que mientras me dé el cuerpo y la salud, me voy a dedicar toda mi vida a la música. Pero como ya recorrí un trecho largo, ahora tengo todavía uno igual de largo para abordar la música de distintos lugares. Soy un músico que sabe hacer giras, grabar discos y componer canciones. Fantástico. Puedo hacer eso toda mi vida. Aunque también aprender a producir, mezclar un disco o componer para otros artistas o ser parte de la música desde la parte "industria de la música". Me queda mucho por delante. Tengo las ganas y el aplomo de alguien que ya caminó mucho.
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