A veinte años de la explosión sónica que inauguró la década del 90
En diciembre de 1992, Soda Stereo presentó su nuevo –y por entonces incomprendido– álbum en el estadio Obras e invitó a toda una camada de grupos desconocidos que pronto serían señalados como fundadores de la "movida sónica"
Hace veinte años, Soda Stereo armó un ciclo de seis conciertos en el estadio Obras para presentar su flamante álbum, Dynamo , el último disco moderno del rock argentino y, probablemente, el certificado de defunción de los 80 y el punto de partida sonoro de la década del 90.
Una vez más, el trío marcaba un antes y un después en la música popular de la región, con el riesgo creativo y el desafío artístico funcionando como dínamo de su propia carrera y con el cambio de sonoridad como horizonte constante. Para apoyar esa idea, Gustavo Cerati impulsó una propuesta innovadora para el género e inusual para estrellas del rock de su talla: "Vivimos en un revival continuo, con muchas reediciones monotemáticas del boogie-woogie, desde los Redonditos de Ricota hasta los Ratones Paranoicos. Ahora se está gestando algo distinto, con gente como los Babasónicos, Martes Menta, Tía Newton, Juana la Loca. La idea es llamar a esos grupos para que sean teloneros de nuestros conciertos", dijo Cerati a la extinta revista La Maga meses antes de los recitales en Obras.
"Yo fui un poco el gestor e instalador de esa idea que terminó realizando Gustavo –recuerda Daniel Melero, coproductor de Dynamo , compositor de algunos de sus temas y el hombre que hizo el contacto con aquellos por entonces ignotos grupos que muy pronto serían señalados como fundadores de la «movida sónica»–. Siempre me resultó agradable el cúmulo de intenciones, el empujar las cosas hacia adelante de Gustavo, tanto en el campo de las ideas como del trabajo. Fue muy grato ver a todos esos muchachos con quienes compartía, y aún comparto, parte de mi vida, como Carca, Babasónicos, Martes Menta y Juana la Loca. De todas formas, tengo la impresión de que esos Obras no les gustaron demasiado al público de Soda. Dynamo no fue muy aceptado en su momento y yo pasé a ser un poco el culpable de eso. De ahí que ya en esos conciertos no quise tocar con la banda, no me sentía cómodo por la relación que había entre ellos. Me costó reconciliarme con ese disco, pero creo que hoy, incluso la gente lo ve de otra manera."
Carca, quien fuera en aquellos días el líder de Tía Newton –un año después comenzaría su carrera solista, que aún mantiene a pesar de tocar el bajo en Babasónicos– asegura que "lo que queda a través del tiempo es el gesto que tuvieron aquellos músicos con nosotros. Sobre todo Gustavo, que fue el factótum de la propuesta. Él estuvo dando vueltas en las pruebas de sonido, siempre muy atento y nos escuchaba y nos preguntaba cosas con respecto a los efectos de guitarra como un igual. Esa noche todos éramos iguales a pesar de que nosotros éramos unos desconocidos".
El músico, que antes de fin de año tendrá la primera retrospectiva de su obra en formato álbum, sostiene además que aquellos conciertos "fueron una bisagra, ya que muchos fans de Soda comenzaban a no comprender qué pasaba. Ellos se la jugaron y en el pináculo de su popularidad no se durmieron en las arenas movedizas de lo clásico que te hunde. Con ese disco, Soda pasó a otra dimensión. Dynamo aplastó y embelesó a la gente de una manera terrible: la obra los estaba pasando por arriba".
Mariano "Manza" Esaín, hoy reconocido productor de bandas jóvenes y compositor, guitarrista y cantante del grupo Valle de Muñecas, en 1992 tocaba los teclados en Martes Menta, grupo que compartía con Ariel Minimal, quien luego formaría Pez e incluso militaría en las filas de Los Fabulosos Cadillacs. "Yo nunca había sido demasiado fan de Soda, pero de alguna manera con Canción animal , y más aún con Dynamo , los sentía más cerca de mis gustos", confiesa "Manza".
"Con Gustavo había hablado un par de veces porque solías encontrártelo en shows, en Die Schule, por ejemplo –continúa–. Sabíamos que para nosotros era una oportunidad de tocar para mucha gente que no nos conocía. Pero también en esos años, la gente era más dura con las bandas soporte. A la mitad del público le encantó (de hecho mucho público de la banda salió de aquel concierto) y la otra mitad quería que nos fuésemos en el primer tema. Me acuerdo que tocamos la primera de las seis fechas, que era la más difícil porque era la que estaban los más fanáticos de Soda. Estuve ese día y creo que todos los demás también, y puedo asegurarte que nunca había visto sonar una banda así. Yo venía de otro palo –el punk rock, Sumo, Los Ratones–, donde el audio estaba en segundo plano y lo que hicieron ellos fue realmente increíble".
¿Gracias totales?
En estos veinte años, de aquellas bandas invitadas sin dudas la que mayor popularidad y resonancia consiguió fue Babasónicos. "En ese momento veníamos tocando fuerte en el circuito under que existía –recuerda el gutiarrista Mariano Roger– y Daniel [Melero] y Gustavo venían a vernos mucho. De ahí que nos invitaran para abrir dos de esos shows. Incluso subimos durante el show de Soda, a cantar en "Cuando pase el temblor". Para nosotros era tocar en un ámbito desconocido y muy importante, muy a pesar de que el público de Soda nos trató bastante mal. Al mismo tiempo, más allá de la generosidad de Soda de compartir su infraestructura con grupos como nosotros, recuerdo que en esos días también tocaba Seru Giran en River, en su regreso después de muchos años, y para nosotros era como ser parte de una situación extraña, de cambio generacional. Fue como un punto de quiebre del rock nacional".
A pesar de ello, años atrás, en varias entrevistas, el cantante de Babasónicos, Adrián Dárgelos, deslizó algunas críticas que el mismo Cerati se encargó de responder. "Hace poco leí un reportaje a Adrián Dargelos diciendo que, de alguna forma, los habíamos empujado hacia una situación a la que ellos no estaban preparados. Una cosa así..., no recuerdo exactamente –dijo en su momento Cerati–. Me dolió porque yo los invité y ellos podrían haber dicho que no. Yo no quería dejar ningún legado al rock argentino, eran grupos que me gustaban y con los cuales tenía un contacto, no era cualquier cosa. Yo sabía que iba a quedar como apadrinándolos, pero en realidad quería mostrar que con esos grupos nosotros podíamos conformar un espectáculo que tuviera sentido. Así quedó grabado en la gente, más allá del éxito posterior o no de esos grupos, que en ese momento se los encuadraba dentro de una escena sónica, una manera de englobar a todos esos que tenían alguna información de lo que había sido, por ejemplo, My Bloody Valentine. Después vino otra cosa, eso no fue el mainstream, yo no sabía si iba a serlo o no y a lo mejor, quizá, después de eso daba la impresión de que esos grupos debían ser el mainstream y no lo fueron. No lo fueron porque la parte popular de la gente estaba para otra cosa. Por supuesto que esos grupos fueron creciendo y haciendo discos, unos duraron, otros desaparecieron, pero el foco de atención varió hacia el rock and roll".
"Éramos jóvenes, todo se vuelve confuso… qué se yo –sostuvo el año pasado Ariel Minimal, consultado acerca del tema por el suplemento joven del semanario Miradas al Sur– Estaba buenísimo, éramos pendejos, habíamos metido un tema en la radio, estábamos empezando a conocer cómo era la movida. Lo disfrutamos mientras pasó y en el medio inventamos con los Babasónicos y otros más eso que se llamó la movida sónica. Además había un cambio generacional y aparecieron nuevos periodistas de música en los medios y se armó toda una pelota que tuvo en esos recitales de Soda en Obras su culminación con una exposición rara para bandas jóvenes".
Hoy, Mariano Esaín también sostiene que tras los conciertos, todos intentaron de una u otra manera, despegarse del trío. "Creo que la movida fue única en la historia del rock argentino. Ninguna banda en la situación de poder en la que estaba Soda en ese momento tuvo una actitud así respecto de las bandas emergentes. Es obvio que para Soda también eso fue parte de su proceso de reinvención, aunque el gesto que tuvieron fue único. Y se habló tanto de las bandas apadrinadas por Soda que después todas tratamos, consciente o inconscientemente, y sobre todo ante los medios, de despegarnos y hacernos valer por nosotros mismos. Creo que eso finalmente fue un poco desagradecido respecto del gesto que ellos tuvieron."
En un día como hoy...
El 19 de diciembre de 1982, hace exactamente 30 años, Soda Stereo se presentó por primera vez con el nombre con el que se convertiría en la banda más popular de América latina (durante todo ese año tocaron bajo el nombre Los Estereotipos). Aquella primera aparición pública de Soda fue durante el cumpleaños de Alfredo Lois, amigo y compañero de universidad de Cerati y Zeta, y quien dirigió la mayoría de los videos del grupo (antes de grabar su álbum debut, Soda ya tenía filmado un clip) y se encargó de los aspectos visuales del trío.
Dixit
- "Invité a esas bandas porque conocía mucho de la escena y sentía que estábamos más cerca de ellos que de otras cosas que ocurrían"
Gustavo Cerati - "Toda esa pelota que se armó después de esos recitales en Obras tuvo su culminación con una exposición rara para bandas jóvenes"
Ariel Minimal - "Creo que esos Obras no les gustaron demasiado al público de Soda. Dynamo no fue muy aceptado en su momento y yo pasé a ser un poco el culpable"
Daniel Melero - "Yo venía más del palo del punk rock, pero te puedo asegurar que nunca había visto sonar una banda como sonó Soda en esos recitales"
Mariano EsaÍn - "Con Dynamo , Soda pasó a otra dimensión. Aplastó y embelesó a la gente de una manera que la obra los estaba pasando por arriba"
Carca - "Fue como ser parte de un cambio generacional, un punto de quiebre en el rock nacional"
Mariano Roger
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