A 50 años de “Rompan todo”: “hordas de hippies”, boxeadores amigos de Lectoure listos para golpear y la leyenda de Billy Bond
Billy Bond, su novia de aquella época, Ada Moreno, Claudio Gabis y Juan Carlos Kreimer, entre otros, reconstruyen lo que pasó el 20 de octubre de 1972 en el Luna Park, en un festival en el que la violencia le ganó por KO al rock
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El 3 de noviembre de 1972 Billy Bond y La Pesada del Rock editaron su tercer álbum conocido como Volumen 3 o Tontos (operita), acaso el ejercicio más radical del rock argentino definido por el mismo Bond como “suicidio”. Un collage en la mejor tradición de la música concreta con un extenso corte por cada lado que parece estar sucediendo cada que vez que se lo escucha y que no tendría sucesión hasta la aparición de Reynols en los 90 o la presentación de Say No More en el Opera. Tan abismal como el trabajo de John y Yoko con Plastic Ono Band, la obra anticipaba la actitud del punk más vanguardista a pocos días de la segunda edición de B.A. ROCK y era la consecuencia del distanciamiento del grupo con el resto de la escena tras una noche fechada en la misma tapa del álbum: 20 de octubre de 1972. El símbolo de la sepultura cristiana dibujado al costado señalaba el fin: Tontos parece la elaboración de la música que no se tocó ese viernes en el Luna Park y del escándalo policial que pasó a la leyenda como “Rompan Todo”. La supuesta orden que Bond habría dado para que el público se llevara puesta la platea del palacio de los deportes porteño.
Desde 2022, el line up del Luna Park para ese viernes parece una alucinación: Pescado Rabioso, Aquelarre, Color Humano (las tres bifurcaciones de Almendra), Litto Nebbia, Pappo’s Blues y La Pesada, el colectivo que tenía a Bond en la consola de grabación y el micrófono y al editor Jorge Álvarez como ideólogo y productor ejecutivo. “Jornadas para la Juventud”, el nombre del evento, parece anacrónico aún para su época pero da el tono político que se respiraba. La espiral de violencia y represión vivida esa noche le dio al rock argentino su bautismo mediático con el título de la revista Así (“Hordas de hippies arrasaron el Luna Park”) y ocho páginas de fotos de Gente con Graciela Borges como chica de tapa que parecen anticipar los sucesos en Ezeiza, un año más tarde. Medio siglo después, LA NACION activa el collage de Tontos a partir de las noticias, las memorias de Claudio Gabis, el periodista Juan Carlos Kreimer y la fotógrafa Ada Moreno (pareja de Bond entonces), cartas de lectores en la revista Pelo y un misterioso panfleto que circulaba por esos días. Billy Bond, quien dará una conferencia de prensa este lunes, ha dado varias versiones del episodio a lo largo del tiempo y aquí se cita su testimonio original para el sitio de arqueología pop Mágicas Ruinas.
¿Qué pasó entonces el 20 de octubre de 1972 en el Luna Park?
La Razón publicó lo siguiente el 21 de octubre de 1972: “Menos música, hubo de todo en el festival de rock que debía realizarse anoche en el Luna Park. Nutridos grupos de jóvenes luciendo inverosímiles atuendos provocaron mayúsculo desorden. La verja que separa las plateas de la popular cayó derribada ante el entusiasmo de los fans. También fueron arrancadas las verjas que protegen la entrada al estadio. Tito Lectoure recibió un ladrillazo y Billy Bond fue arrestado. Gases, vidrieras destrozadas y 25 detenidos”.
Para Clarín, en tanto: “Desde temprano fueron bajando por la cuesta de Corrientes, grupos de jóvenes con atuendos que horrorizaban a los clásicos porteños. Las largas melenas, los collares, las blusas estridentes y hasta algún torso desnudo eran el uniforme de gala ya tradicional en este tipo de espectáculo”.
Unos días más tarde, la revista Gente (26 de octubre de 1972) le dedicaba ocho páginas y decía lo siguiente: “Quince minutos después de la hora anunciada para el comienzo de la música -las nueve de la noche- y sin que se hubiera escuchado ni un solo instrumento ni una sola voz, la violencia se instaló en el estadio. Para quien estaba allí y había palpado la extraña atmósfera de tensión y agresividad que reinaba en el ambiente, el hecho -aunque absurdo- era previsible”.
Billy Bond, claro está, también tenía su versión de los hechos. “Tito Lectoure accede por dinero a ceder el Luna Park, es decir, vos abrís tu casa para que venga alguien a comer cuando vos convidás a alguien o hacés un negocio con alguien. Ya sabés lo que es el tipo, sino no lo invitás. Todo el mundo estaba medio enroscado en el amor y paz. La Pesada tenía características un poco más agresivas porque eran más realistas, más políticos, estábamos un poco menos en la boludez del flower power”.
“Billy era mano derecha de Jorge (Álvarez) y el nexo con los músicos. Y en ese momento estaba desbundado, una palabra que se usa en Brasil para dar una idea de que la realidad te supera. Por un lado, los músicos dependían mucho de él porque era el que manejaba La Pesada. Y también dependía Jorge porque el que sabía de música era Billy. Lo mismo los hermanos Kaminski, los dueños del sello Talent. Todo giraba en torno a él que era muy chico, apenas tenía 30 años. En esa época mi hermano tenía un departamento vacío y se lo prestamos a Ada y a Billy. Estaba en la calle Uriburu. Éramos de charlar mucho con Billy y yo me daba cuenta que había acumulado mucho poder en ese momento y que no podía procesarlo”, indica el periodista Juan Carlos Kreimer, autor del célebre libro Punk, la muerte joven.
“La Pesada fue mi mejor experiencia humana y laboral de grupo dentro del mundo del rock. No éramos un grupo de angelitos (¡NO!), pero si personas dedicadas al arte que se llevaban bien y amaban lo que hacían juntos. Entre 1972 y 1974 participé en la grabación de unos veinte discos fundamentales del rock argentino. Todos los días de la semana, a las 9 de la mañana, Billy pasaba a buscarme por mi casa y partíamos para los estudios Phonalex en Nuñez”, recuerda hoy Claudio Gabis, guitarrista de Manal y miembro de esa cófrade de músicos que fue La Pesada.
Los recuerdos de Ada
“Billy y yo nos fuimos a vivir juntos apenas después del ‘rompan todo’”, cuenta Ada Moreno, novia de Bond en aquellos días. “Como yo trabajaba en Microfón, escuchaba todo lo que se hablaba de eso. Lo que se cuenta ahora es algo que se fue armando con los años. Pero yo escuché todo en esa oficina en tiempo y forma. Y entonces tenía las versiones de Álvarez, de Billy, y de toda la banda que en ese momento eran Gabis, Isa Portugheis, Medina y el Bondo. Y todos contaban la misma historia”, agrega.
“La cosa comenzó con un par de muchachos que saltaron las verjas que dividen las sillas populares de las preferenciales. Y terminó con el Luna Park seriamente dañado, muchos contusos, algunos detenidos. Hubo un poco de todo: exaltados (no más de doscientos o trescientos), depredadores (veinte tal vez), excitados (muchos), golpeados (algunos) y desencantados (buena parte de la concurrencia), hubo quienes se dedicaron a cortar cables, quienes arrancaron sillas, quienes hicieron la V (¿de la victoria?)”, señalaba Gente en su misma crónica del 26 de octubre de 1972.
“Las posturas de Billy eran muy ambivalentes. Nunca se sabía de qué lado estaba. Era su zona gris esa. Diría que Billy buscaba hacer buena música y que el éxito era Jorge, que era el ideólogo que simpatizaba con el peronismo pero era más bien de izquierda. Había editado a (Rodolfo) Walsh y a David Viñas, por ejemplo. Pero hacían una buena sociedad. Para ese momento, Jorge había perdido el apoyo de los chicos de Mandioca que le decían ‘El Fenicio’ porque los había estafado. Pero la idea de La Pesada era muy interesante, con músicos que iban desde Manal a La Cofradía de la Flor Solar. Habían conseguido algo muy poderoso”, sostiene Juan Carlos Kreimer.
El Fariseo
“El apodo de Jorge era ‘El Fariseo’ y se lo había puesto (Alejandro) Medina, quién otro. Jorge decía de si mismo que era socialista, un poco como lo que en ese momento podía ser un (Julio) Cortázar. Lo que pasa es que como había editado muchos libros de política, como Mi amigo el Che, quería convencerlo a Perón de hacer un libro. Y se hizo medio amigo aunque más por cholulo que por militante. Se enloqueció con El Pocho porque era un superstar, el Mick Jagger de la política. Y Jorge estaba empecinado en hacer la autobiografía de Perón. Lo mismo quería hacer con Fidel Castro. El Bondo en cambio hacía todo por intuición”, repasa Ada Moreno.
En la revista Pelo número 9, publicada en 1972, Jorge Álvarez le respondía a los lectores: “Me gustaría preguntarles yo a ustedes (lectores de Pelo) qué entienden por rock, me gustaría saber si conocen todas las palabras y significados del rock. Por ejemplo, qué entienden por nueva forma de vida, qué entienden por liberación, se dan cuenta del compromiso que significa el rock, saben de las vinculaciones de la política con el rock...”.
“A nosotros nos asediaban los militares, pero también los militantes por hacer música extranjerizante. Tenían la misma mirada sobre nosotros. Hendrix, los Who, todo eso les parecían igual de nefastos a los dos lados. Estábamos entre la espada y la pared, más la mirada de la gente común que ya era terrible. Y los militares le dijeron a Álvarez: cuando terminemos con la banda de los fierros vamos a seguir con ustedes. Y ahí es que nos fuimos. Pero si ganaban los Montos o el ERP iba a ser igual para nosotros porque nos odiaban”, sostiene Ada Moreno.
Comienzan los desórdenes: son las 21 y 15. Jorge Álvarez y miembros del grupo organizador observan preocupados el transcurrir de los acontecimientos”, se puede leer en la crónica de Gente que también está pronta a cumplir 50 años.
“Cuando Lectoure vio la fila de los chicos sentados afuera, se empezó a poner pesado, decía: ‘Estos hippies de mierda, estos sucios, estos peloteados’. Cuando llegó la hora del show la policía que ya estaba avisada, entró en medio del show y empezó a pegarle a los chicos. Eran momentos de mucha tensión, era una época muy pesada y vos estás en el escenario y de repente te jugás ¿para quién?, ¿a favor de quién?, ¿a favor de los chicos, que es tu gente? o ¿a favor de la policía?, que es exactamente lo contrario de lo que vos querías, que era la no agresión”, aporta Billy Bond.
“Mi recuerdo es el siguiente. Yo estaba a un costado del escenario y había un vallado que los del Luna Park querían mantener aunque habían lugares vacíos en la platea. Pero nunca entendí, o no lo quise averiguar, porqué mantuvieron esa postura de no dejarlos pasar. Ante la negativa de los tipos del Luna, Billy los incitó a pasar de las localidades populares a la platea. Y fue con esa arenga de Rompan Todo”, suma Juan Carlos Kreimer.
El hecho se volvió leyenda urbana y los protagonistas y actores secundarios dieron en decenas de ocasiones sus testimonios, aunque los años fueron desdibujando y hsta alterando sus propias palabras. “La versión que yo escuché entonces es que Pierre Bayona (mánager de Sui Generis) entró a los camarines del Luna para avisar que Tito Lectoure había mandado a unos boxeadores suyos a pegarle a los pibes que querían saltar porque adelante había poca gente. El detonante fue ese mensaje de Pierre. La Pesada cerraba el show pero ninguno de los otros grupos se animaba a salir al escenario. El punto es que todos tuvieron miedo de salir a tocar y los únicos que pusieron el cuerpo esa noche fueron Billy Bond y La Pesada. Nadie quería salir y Billy, que era muy calentón, dijo ‘Bueno, salgamos nosotros’ “, suma Ada Moreno.
“Las rejas han sido derribadas y los jóvenes a los gritos saludan a Billy Bond y hacen la V con los dedos, supuestamente para pedir “paz y música”. Billy Bond respondió con los puños cerrados y en alto, pidiendo ‘violencia contra la violencia’“, testimoniaba la revista Gente. “Jorge Álvarez no estaba de acuerdo con el ‘Rompan todo’ porque era el que había negociado con Lectoure y buscaba calmar la situación. Pero Billy se mandó y en parte porque fumábamos tanto que llegó un punto que creíamos que lo que se alucinaba era lo real. Y la verdad es que Billy venía muy pasado y se le fue la mano”, comenta Juan Carlos Kreimer.
Diferencia sutil
Según recuerda Ada Moreno, los famosos boxeadores amigos de Lectoure sí entraron en acción. “Lo que yo escuché en ese momento es que Billy salió a tratar de calmar a la gente. Entonces les habló a los boxeadores que les estaban pegando a los chicos: ‘ojo que la violencia trae la violencia’. Los pibes lo tomaron al pie de la letra y se pusieron a romper las butacas. Por la versión de todos los que estuvieron en el escenario en ese momento (y no los ‘almendros’, como les decía el, que estaban encerrados) lo que le pasó es que se puso muy mal con la situación. Billy era un tipo que pisaba fuerte el escenario pero acá se sintió superado. Y lo que dijo fue más bien: ‘Ma’ si, ¡rompan todo!’ Es una diferencia sutil pero es una diferencia. Fue una expresión de impotencia no una arenga como quedó en la historia”.
“Los chicos, provocados por las fuerzas del orden y los matones de Lecture, arrasaron con las instalaciones del pugilístico estadio. Fuera de contexto, la famosa frase de Billy, ‘Rompan todo’, puede parecer una infeliz provocación, pero en su verdadero contexto, pasó que él -y todos nosotros- vimos cómo toda la gente que estaba allí se enfrentaba irracionalmente y como no había nada que hacer con ellos. ¡Estaban completamente chiflados, estaban muy mal! Lo que Billy gritó desesperadamente cuando vio que la violencia y la estupidez eran irrefrenables, fue algo así como: ‘Esta bien, idiotas. ¡Si todos ustedes son tan locos y tontos, entonces rompan todo!’ Ni hacía falta decirlo. Como lamentablemente se comprobó poco después, en la Argentina había muchos locos, demasiados tontos, y ya estaba todo roto”, entiende Claudio Gabis,
“El desastre se provocó solo porque Lectoure llamó a la policía y la policía ya entró dando palazos, los chicos no empezaron rompiendo todo, los chicos fueron a un recital normal como todos. A quién se le va a ocurrir que alguien como yo podía tener poder para que los chicos que estaban dentro de ese lugar rompieran el Luna Park y lo hicieran pedazos si no hubiera una razón más o menos seria”, se pregunta Bond.
“Llegó un momento que la gente de seguridad del Luna Park no pudo más y ahí entró la policía. Jorge tenía un arreglo especial con la policía, eso me lo contó entonces. El ofrecía una parte de la recaudación para que no interrumpieran los shows. Así y todo, le decían que tenían que llevarse gente sí o sí. Y se transaba, un día arreglaban que se llevaban diez y punto. Había pibes que medio trabajaban haciendo eso como el Vikingo, al que Jorge le daba guita y lo entregaba, ese siempre caía por portación de imagen. Pero sabía que al otro día salía limpio porque formaba parte del acuerdo. Pero el día del Luna se desmadró todo y se llevaron mucha más gente que la que se había arreglado. Se quebró el pacto de los dos lados. Al romperse la valla y al entrar a reprimir la policía”, señala Juan Carlos Kreimer.
“Son aproximadamente, las 22 y 15. La policía ha detenido al cantante Billy Bond, que se había dedicado a exaltar los ánimos de la concurrencia. Un grupo de muchachos se dedica a causar destrozos en los contornos del escenario”, agregaba Gente en su crónica. “Billy fue el chivo expiatorio. Se lo llevaron porque era el que tenía el micrófono en la mano. Después vino (Jorge) Pinchevsky y dijo por los parlantes que se lo estaban llevando preso y ahí fue peor: los pibes salieron a la calle a romper los patrulleros. Es verdad que Jorge (Álvarez) ponía mucha plata para que la policía no molestara. Por eso se recalentaba cuando venían y se llevaban treinta pibes por nada. Y él fue en persona a sacarlo a Billy que ya era muy famoso (“Billy Bond, el ex imitador de Roberto Carlos, quiso ‘probarse’ en el Luna como leader de la muchachada concurrente”, se podía leer en la crónica de Gente) porque venía actuando en la tele desde los 60. Cada uno contó después la historia a su manera para quedar bien posicionado. (Edelmiro) Molinari decía que por culpa de ‘ese gordo’ habían matado al rock y nunca más se iba a poder tocar en ningún lado. Claro, pero él no hizo nada por calmar a la gente tampoco. En ese momento las internas eran furiosas. Todos se echaban culpas entre sí. Billy siempre tuvo el sentimiento de que lo mandaron al frente solo y que de todos es el único que esa noche fue en cana. Y estaba muy enojado. Yo lo entendía y apoyaba porque tenía razón”, comenta Ada Moreno.
“Este panfleto es distribuido anónimamente en los lugares donde hay rock. Creemos que tiene valor por eso lo reproducimos. ‘Vergüenza del rock: Los que sentimos la necesidad de escuchar la buena música de rock, estamos indignados ante la actitud negativa de un indeterminado público de rock, en el Festival que tuvo lugar en el Luna Park, el 20 de octubre a las 21 horas, y que concluye irremediablemente suspendido. Creemos que actitudes semejantes nos conducen rápidamente a enterrar definitivamente las alentadoras esperanzas de un auténtico movimiento (…) El Rock es cultura: no lo convirtamos en estupidez urbana; es allí donde está la verdadera reja. Cultura es conocimiento de lo que existe, si existimos conozcámonos un poco a nosotros mismos y liberémonos de la reja. Hagamos que el rock siga existiendo”. El texto, firmado como Público de Rock, apareció en la revista Pelo que dio cuenta de todo lo sucedido aquella noche.
“Existen Tontos, tontos, ya sean hippies, hippies, o tipos de chalecos gordos”, dice la letra de “Tontos”, de La Pesada, de ese 1972 del cual se cumplen cincuenta años.
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