Bajo la amenaza de una lluvia que esperó hasta la noche del sábado para concretarse, el Festival Nuestro reunió a unas 15 mil personas en Tecnópolis y sostuvo un line up con fuerte impronta nacional. El Kuelgue, Miss Bolivia y Las Pastillas del Abuelo fueron tres de los grandes nombres que se repartieron entre los escenarios "Adentro", "Afuera" e "Íntimo". Pero además, sumó en el horario central la muy esperada presencia de Nathy Peluso –argentina que reside en España y cuya popularidad explotó en el último año y medio-; a la cantante pop chilena Francisca Valenzuela y a la banda de jazz colombiana Monsieur Periné. Esta idea elástica de lo "nuestro" se mantiene desde la primera edición -en la que participaron Kachiporros (Paraguay) y Bidê ou Balde (Brasil)- y, con cinco ediciones sobre sus hombros, consolida la identidad del joven festival. A continuación, cinco cosas que vimos en la edición 2019 del Nuestro:
1. Los solos de saxo en vivo de Monsieur Periné
Los colombianos Monsieur Periné llenaron de color un Tecnópolis encapotado de nubes grises. Con seis músicos en escena y la voz de la carismática Catalina García -que bailó durante una hora envuelta en un colorido poncho batik- Monsieur Periné dio una hora de amor francés con swing colombiano a todos los convocados en el escenario a cielo abierto. Jairo Alfonso, a cargo de los vientos de la banda, fue el responsable de los picos de festividad del público en solos de saxofón como el de "Ton silence", uno de los primeros hits de la banda, y el tema con el que alcanzaron la popularidad suficiente para producir su segundo álbum con Eduardo Cabra de Calle 13.
2. Nathy Peluso pidió que le pasen un pañuelo verde
"¿Les gustan mis volados?", preguntó cerca de las nueve de la noche Nathy Peluso desde el escenario exterior del Festival Nuestro. "Soy un merenguito relleno de dulce de leche", agregó, para resumir ese perfil musical que saca brillo a elementos de la salsa (he ahí el merengue) mezclados con la actitud arrabalera que despliega en momentos –por ejemplo, en la marcada entonación rioplatense de la intro de "Estoy triste"- (he ahí el dulce de leche). La argentina Nathy Peluso, hoy residente de España, no dio un solo paso en falso durante su show, que además incluyó "La sandunguera" y "Corashe". Es en esas tres canciones donde parecen estar las patas firmes de la fórmula Peluso, que puede mostrarse cruda en el desgarro, sugerente en su piel latina y segura en su posición de mujer empoderada.
El sábado, antes de interpretar su última canción, expresó: "Quiero formar parte de toda lucha, todo amor, toda conciencia que exista en este país" y pidió a quienes estaban cerca del escenario que le pasen un pañuelo verde que levantó en sus últimos minutos sobre el escenario. "Las amo mucho", dijo antes de retirarse. "Tengan fuerza, valentía, amor y coraje".
3. Miss Bolivia estrenó en vivo "Se quema", su nueva canción
Minutos más tarde, Miss Bolivia volvió a hacer bailar al público del festival en el mismo escenario que lo había hecho Nathy Peluso y con una novedad: el estreno en vivo de "Se quema", la canción que grabó junto a Jimena Barón y cuyo video lanzó a principios de abril. A excepción de "Paren", por la que recibió el Premio Carlos Gardel al mejor videoclip –con un sonido más rockero y menos bailable- Paz Ferreyra mantuvo al público del escenario exterior encendido como pista de baile, con transiciones más reggaetoneras como en "Tomate el palo", y otras más cumbieras como en "Wachas", con la que cerró su show. Además, Ferreyra subrayó sobre el escenario la necesidad de tratar una Ley de cupo para que haya más mujeres en los escenarios. "Tenemos una responsabilidad como público, la responsabilidad de no consumir cualquier cosa. Me pone muy contenta que hoy haya tanta gente en este festival".
4. El tándem Dakillah – DJ Villa Diamante
El escenario Íntimo, que por la lluvia se desdobló en uno interior y en otro exterior (y que permitió que el cierre del festival no se extienda de forma exagerada hasta horarios imprevistos). Villa Diamante compartió escenario con la joven promesa -ya cumplida- del trap local que hoy es Dakillah (18). "Este chabón es el puto amo", dijo la cantante para presentar al DJ y productor. En una intervención que duró unos 30 minutos –antes Villa Diamante había hecho lo propio con Tink (23)- hicieron bailar a un público que llevaba varias horas en el festival, con remixes y mashups de temas de Dakillah. "A ver, cortame el auto tune", pidió Dakillah hacia el final, y agradeció a la organización del festival: "el Nuestro es el primer festival que me dio cabida hace un año atrás y me pone muy contenta que exista porque significa que la música progresa". Para el cierre, se despachó con 4 minutos de freestyle en un formato en el que no se la suele ver (un escenario bajo, sin juegos de luces, con poco artificio) pero que no evitó los saltos olímpicos de quienes agitaban sus rimas sobre el pasto mojado y el barro incipiente del predio de Tecnópolis.
5. La lluvia en el cierre del festival
La convocatoria de El Kuelgue, que con una lluvia inminente y como show final de un festival fue igualmente enorme, mantuvo una energía impecable. La banda a la que le pone voz Julián Kartún fue, como en otras ediciones del Nuestro, el plato fuerte de la grilla. "¿Hacemos una de Fernández-Fernández, Fernández Fierrín?", dijo Kartún en determinado momento de su setlist, para conjugar el anuncio de "Sabandija" y "Planeta Numir" (incluidos en en el EP "Fierrín") con las noticias del sábado sobre el anuncio de la fórmula que encabezará Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner. Es el pulso aleatorio del universo Kartún, quizás el único letrista que puede meter a Coco Sily y a Marcos Di Palma en versos afinados y salirse con la suya. Para los primeros acordes de "Góndola" -el cierre de la lista de El Kuelgue-, la lluvia se hizo intensa y constante, y el público se dividió entre los que eligieron refugiarse en techos para ver el final del show, los que emprendieron la larga vuelta hasta la entrada del predio y los más valientes, que se quedaron a bailar en rondas para los últimos minutos de la banda sobre el escenario. Como si hubiera sido digitado por el equipo técnico, la lluvia puso una dosis de épica al show de El Kuelgue y el moño de cierre a la quinta edición del Festival Nuestro.