30 años de Voodoo Lounge: la salida de Bill Wyman, el gato de Keith Richards y el disco que trajo a los Rolling Stones a la Argentina
El 11 de julio de 1994, después de cinco silenciosos años, los Stones lanzaban el álbum que los traería por primera vez al país
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Quizás no figure entre los mejores y ni siquiera sea de los más recordados de su vasta discografía. Pero lo cierto es que Voodoo Lounge encierra un especial cariño y estima por parte de sus fans latinoamericanos, ya que fue el álbum que posibilitó la primera e inolvidable visita de The Rolling Stones a este lado del mundo y, en particular, a nuestro país.
También fue el primer disco sin la presencia de Bill Wyman, quien a comienzos de 1991 decidió abandonar la banda más allá de que sus compañeros anunciaron su salida dos años después. No hubo peleas ni discusiones, sólo cansancio y deseos de dedicarse a otra cosa. Y fue el propio bajista quien se encargó de aclararlo públicamente: “Ha sido maravilloso pero creo que las últimas dos giras fueron las mejores que hemos tenido hasta ahora y me pareció un buen final terminar después de ellas”, señaló Wyman, para luego recordar sus primeros pasos en el grupo. “Al principio pensaba que con un poco de suerte esto duraría dos o tres años y que quizás podría llevarme algunos chelines en el bolsillo”. Claro que la historia fue muy distinta y superó ampliamente sus deseos.
Una vez dada a conocer la noticia, Mick Jagger, Keith Richards, Ron Wood y Charlie Watts declararon que no buscarían un reemplazante para Wyman y que continuarían como cuarteto. Por sugerencia del propio Watts, poco tiempo después sumaron al bajista Darryl Jones (Miles Davis, Sting, Eric Clapton), quien participaría de manera extraoficial tanto de las futuras grabaciones en estudio como así también de los conciertos en vivo.
Luego de la aparición de Main Offender (1992) y Wandering Spirit (1993), álbumes solistas de Keith Richards y Mick Jagger, respectivamente, en abril de 1993 ambos músicos comenzaron a componer nuevo material con vistas a un futuro disco del grupo en el que Don Was asumiría el rol de coproductor. Durante noviembre, y después de dos meses de ensayos y grabaciones en la casa de Ron Wood en Irlanda, los Stones se instalaron en los estudios Windmill Lane de Dublín e iniciaron la grabación oficial de lo que se conocería como Voodoo Lounge.
Tanto Jagger como Richards se inclinaron por Don Was debido a su reconocida sensibilidad en la producción de álbumes con un sonido de rock clásico. De hecho, Voodoo Lounge destiló blues, R&B y country, estilos que habían inspirado a las clásicas grabaciones de la banda de finales de la década del sesenta y principios de los setenta. Si bien tanto la crítica especializada en general como así también los fanáticos más puristas del cuarteto le dieron la bienvenida a ese perfil sonoro y estilístico, fue el propio Jagger quien un año después del lanzamiento y durante una entrevista con la revista Rolling Stone confesó sentirse insatisfecho con el trabajo de Was: “Hubo muchas cosas que escribimos para el álbum de las que Don nos alejó: canciones groove, influencias africanas y cosas por el estilo. Él nos apartó mucho de todo eso y creo que fue un error”, se lamentó.
No obstante, Keith Richards deslizó una opinión diametralmente opuesta: “A mí me parece que es un buen disco. Creo que tiene potencial suficiente como para estar a la altura de nuestros mejores trabajos. Tiene un buen feeling e ideas muy fuertes. El trabajo de Don Was fue tremendo. Siempre tenemos la posibilidad de encontrar al tipo adecuado. Son como gurúes. En realidad, uno no los encuentra, ellos te encuentran a vos”.
Entre varias anécdotas que se dieron a lo largo del proceso de elaboración y grabación del álbum, sin dudas una de las más simpáticas y significativas fue la protagonizada por Richards en Barbados al adoptar a Voodoo, un gato callejero que rescató en medio de una voraz tormenta. Parece ser que el pequeño felino solía pasar la mayor parte del tiempo en la terraza de su casa, espacio al que el guitarrista bautizó entonces como Voodoo’s lounge (el salón de Vudú) e inspiró luego el título del disco.
Tras ultimar algunos detalles de grabación en Los Ángeles, finalmente el 11 de julio de 1994 Voodoo Lounge vio la luz. Lanzada por Virgin Records y constituyéndose en la primera producción discográfica de estudio desde la salida de Steel Wheels, en 1989, la misma contó con el diseño de arte de Mark Norton y un listado de 15 temas, entre los que sobresalieron “Love is Strong”, “You got me Rocking”, “Out of Tears” y “I go Wild”.
“A ‘Love is strong’ la habíamos hecho varias veces y como yo había estado tocando la armónica, empecé a cantar a través del mismo micrófono. Así fue como logré ese extraño sonido en la voz. Además, la canté en una octava más alta de lo que lo hago usualmente, lo que le da ese tono sensual y jadeante. El sentido de ‘You got me Rocking’ es como decir: ‘me tenés otra vez zumbando’ o cualquier otra palabra parecida. Es acerca de alguien que se está convirtiendo en un error desastroso hasta que se despierta; como un apostador que pierde su dinero”, desgrana Jagger para luego continuar: “‘Out of Tears’ la compuse en el piano del estudio de Ronnie (Wood). Si bien los Stones somos una banda de guitarras, me gusta hacer baladas y a veces es lindo salirse de aquello, Además, cuando una canción es compuesta con un teclado suelen lograrse melodías bastante diferentes a las que surgen de una guitarra. Y en cuanto a ‘I go Wild’, habla de camareras con narices rotas; esa es la especialidad de Ron Wood. Él conocía a todas las camareras en Dublín, así que puse esa línea en la letra para él”.
Acompañado por críticas altamente positivas, Voodoo Lounge debutó en el puesto número 1 en el Reino Unido y en el 2 de los rankings de Estados Unidos, superado apenas por la banda sonora de El rey león. De todos modos, recibió la certificación de doble platino y a principios de 1995 fue galardonado con el premio Grammy en la categoría Mejor álbum de rock.
Más allá de las reacciones favorables que despertó la salida del disco, hubo un hecho puntual que repercutió fundamentalmente en gran parte de Latinoamérica. Y eso se dio durante la conferencia de prensa que los Rolling Stones ofrecieron en el muelle 60 del puerto de Nueva York tras desembarcar del Honey Fitz, un yate que había pertenecido al expresidente norteamericano John Fitzgerald Kennedy. Allí, Mick Jagger anunció la realización del “Voodoo Lounge Tour”, una nueva gira mundial que, a diferencia de todas las anteriores, abarcaría territorios jamás explorados por “sus majestades satánicas”. “Estaremos en lugares donde nunca hemos tocado, como México, Chile, Brasil y Argentina”, expresó el cantante.
A partir de ese momento, la conmoción por estos lados fue absoluta como así también la expectativa y la creciente ansiedad. Después de debutar el 1 de agosto de 1994 en el estadio Robert Kennedy de Washington D.C., el “Voodoo Lounge Tour” continuó su periplo por diferentes ciudades de Estados Unidos y Canadá. Hasta que el 14 de enero de 1995 dieron inicio al tramo latinoamericano de la gira con el primero de un total de cinco shows en el Autódromo Hermanos Rodríguez de la Ciudad de México. Tras visitar Brasil y antes de hacer lo propio en Chile, la legendaria agrupación británica desató una verdadera stonemanía en Argentina, de la que el propio Jagger dio cuenta durante la conferencia de prensa brindada en el hotel Hyatt de Buenos Aires. Visiblemente sorprendido, el vocalista graficó: “Ser un Rolling Stone en los noventa viniendo a la Argentina me recuerda a ser un Rolling Stone en los sesenta cuando había mucho alboroto alrededor nuestro. Era muy divertido y supongo que ahora también”.
Marcando un antes y un después en la historia del rock en Argentina y con una puesta en escena deslumbrante, The Rolling Stones se apoderaron del Estadio Monumental de River Plate a lo largo de cinco explosivas y emocionantes jornadas durante los días 9, 11, 12, 14 y 16 de febrero de 1995. Desde que la banda arribó al país hasta el momento de su partida, Buenos Aires vivió en medio de un clima sumamente expectante y por demás especial. Todos, fanáticos y no tanto, jóvenes y adultos, hablaron, leyeron o estuvieron al tanto de hasta el más mínimo movimiento de los integrantes del grupo. Fueron en verdad casi dos semanas en que el país entero estuvo en vilo por su impactante presencia.
Por todas estas razones es que Voodoo Lounge aún destila un sabor por demás agradable en el paladar de sus seguidores latinoamericanos y ¿por qué no? del resto del mundo. No por nada, y con motivo de los 30 años de su publicación, en estos días se lanzará una lujosa edición aniversario tanto en formato digital como físico. Esta última constará de dos vinilos, uno rojo y otro amarillo, con el material editado originalmente más un tercero de 10 pulgadas, en formato single y en color blanco que incluirá cuatro temas: “I´m Gonna Drive”, “So Young”, “Jump on Top of M” y “The Storm”. Sin dudas, una inmejorable manera de celebrar.
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