Lauryn Hill: a 20 años del éxito que le trajo dolores de cabeza: acusaciones de plagio, evasión fiscal y días en prisión
El profesor pasa lista y los alumnos dan su presente a medida que escuchan sus nombres, pero al llegar a la "alumna" Lauryn Hill, nadie responde. El profestor insiste tres veces y continúa. Lauryn no está, Lauryn se fue, Lauryn se rateó. Así empieza "La mala educación de Lauryn Hill", el álbum debut que la cantante compuso y grabó en 1998; una obra maestra que marcó un antes y un después en la música norteamericana, fusionando con naturalidad tanto el hip hop, el soul y el reggae como la fe cristiana, el rastafarismo y el amor. Un disco que, veinte años después, sigue siendo el único álbum de estudio de la artista ahora conocida como "Ms. Hill" y que se ha convertido en un mojón para la cultura negra, en especial para las mujeres. Tanto así, que la escritora feminista Joan Morgan le dedicó el año pasado un libro, She Begat This: 20 Years of The Miseducation of Lauryn Hill.
"Creo que por lo general nos lleva tiempo, probablemente una década o dos, antes de que podamos mirar las cosas en retrospectiva para poder decir que algo fue más grande de lo que podríamos haber imaginado en ese momento. Yo sabía por aquel entonces que Lauryn era algo diferente y especial, pero no tenía los medios para darme cuenta cuánto ella podía cambiar la cultura en un momento en el que las mujeres negras estaban realmente al borde de un cambio sustancial", aseguró recientemente Morgan durante una entrevista.
Pero en estas dos décadas también se forjó una trama repleta de misterios, desplantes, demandas legales, fundamentalismo religioso, polémicas, disputas públicas, rumores de insanía mental, penas en prisión y muy, pero muy poca música.
Lauryn Hill tenía 23 años cuando editó The Miseducation, el disco con el que en 1998 relanzaba su carrera tras su doble separación: la de su banda The Fugees y la de su pareja,Wyclef Jean (quien también integraba el grupo). En poco tiempo, el álbum vendió cerca de 20 millones de copias, alcanzó tres número uno en los charts y batió récords en los Grammy: Hill se convirtió en la mujer con mayor número de nominaciones en una sola edición (diez) y mayor número de premios (cinco, incluido Álbum del Año).
Con la mesa servida para convertirse en la nueva gran estrella de la industria del entretenimiento, Ms. Hill decidió refugiarse en su reciente maternidad y en la familia, en rechazar cualquier tipo de propuesta (incluyendo las de Hollywood, que la reclamaba para decenas de proyectos cinematográficos) y en enfrentar directamente al mismo mainstream que la había proclamado reina de un trono que ella no quería.
A esta situación, se sumó la demanda legal del grupo New Ark, integrado por cuatro músicos con quienes la cantante grabó su álbum debut y que solicitaron cobrar las regalías y recibir el reconocimiento por contribuir a la composición de trece de las catore canciones del disco. Las mismas, figuran en los créditos de The Miseducation como "escritas, producidas y arregladas" por Lauryn Hill.
"Se robó el crédito de la creación de un álbum clásico. Esas canciones fueron escritas por otras personas que no recibieron lo que merecían", se despachó públicamente el pianista y productor de jazz Robert Glasper, durante una entrevista. "Le gusta apropiarse del crédito para convertirse en una súper persona. Si eres una súper persona y eres talentosa, ¡hazlo tú! Robaste la música de mis amigos, Miseducation fue creada por grandes músicos y productores que conozco personalmente. La única cosa grandiosa que hiciste, no la creaste tú". El pleito culminó en 2001, con un acuerdo legal entre las partes con términos que no fueron revelados.
"Fue el comienzo de un efecto en cadena que convirtió todo en una locura", le confesó tiempo atrás un amigo de la cantante a la revista Rolling Stone. La crisis personal se hizo pública cuando Ms. Hill aceptó grabar un MTV Unplugged dos meses antes del trágico 11 de septiembre de 2001, pero que la cadena de videos decidió transmitir recién un año después, por considerarlo un tanto insensible para el momento.
Allí, la cantante demostró que su voz no era la misma que la que había grabado aquel exitoso primer álbum y, al mismo tiempo, que su crisis también había trastocado sus propios valores religiosos. Hill se había dedicado a estudiar la Biblia con el "Hermano Anthony", un líder religioso que, para muchos de su entorno de aquellos años, "le lavó el cerebro" y le hacía hacer y decir "lo que él quería". El disco fue considerado por la mayor parte de la industria una suerte de autoboicot.
"Solía vestirme para todos ustedes, pero ya no hago eso", se la escucha decir en el álbum. "Solía ser una intérprete y realmente ya no me considero una intérprete. Había creado esta persona pública, esta ilusión pública y me mantuvo como rehén. No podía ser una persona real, porque uno tiene demasiado miedo de lo que dirá tu público. En ese momento, tuve que morir un poco".
Por entonces, Hill era la madre de tres niños, producto de su relación con Rohan Marley, hijo de Bob, y pronto llegaría el cuarto (hoy son seis sus niños). Recluida de la escena, sus seguidores aseguraban que la cantante se había dedicado ciento por ciento a su rol materno, mientras que sus detractores le auguraban "problemas mentales".
"Lauryn Hill dice que su corazón estaba en Sión. Desearía que su corazón volviera a escribir versos", cantó Kanye West en su tema "Champion", de su álbum Graduation, editado en 2007, haciéndose portavoz de quienes aún esperaban ansiososun segundo álbum de estudio de la cantante, siempre latente.
Pero para 2012 las cosas empeoraron. Ms. Hill fue acusada de evasión por no pagar 1,8 millones de dólares en impuestos y, un año más tarde, debió cumplir una pena de tres meses en prisión.
De allí en más, la cantante intentó volver esporádicamente, lanzando un puñado de canciones sueltas y probando suerte con alguna que otra gira, con conciertos cancelados o con retrasos de dos o tres horas. "Comprar un boleto para un espectáculo de Lauryn Hill es realizar un acto de fe", llegó a escribir Emily Lordi, en The New Yorker. Aún así, en 2016 finalmente pisó suelo argentino por primera vez, y demostró por qué sigue siendo una de las artistas con mayor personalidad de los últimos años y cuánto su música aún sigue inspirando a las nuevas generaciones.
De hecho, en 2018, dos estrellas globales de la actualidad como Drake y Cardi B samplearon uno de sus temas, "Ex Factor", en sus últimas producciones.
Por eso cuando Ms. Hill anunció la gira aniversario por los 20 años de The Miseducation Of Lauryn Hill (una referencia al ensayo The Mis-Education of the Negro, de Carter G. Woodson, sobre cómo los afroamericanos eran adoctrinados a principios del siglo XX para depender de y buscar refugio en los blancos), para muchos más que un acto de nostalgia se trató de un acto de justicia. Porque como señala Morgan en su libro, si Hill nunca lanzara otro álbum, de todas formas ya habrá hecho más que suficiente con The Miseducation.
"Este álbum narra una pieza íntima de mi joven existencia. Es la suma de la mayoría, si no de todas, mis emociones más esperanzadoras y positivas experimentadas hasta esa fecha", escribió Hill sobre el tour. "Nuestro mundo actual, complejo y cambiante, necesita un equilibrio entre la moralidad y la expresión catártica. Espero que el amor y la energía que impregna este trabajo puedan continuar inspirando cambios con amor y optimismo".
En noviembre del año pasado, una alianza entre Sony Music y Spotify lanzó un especial de la mini-serie Dissect dedicada a The Miseducation, en la que Hill revela cómo compuso el disco y abre sus más profundos sentimientos relacionados con aquellas canciones.
El 1 de mayo, Ms. Hill volverá al país para presentarse en el Luna Park y celebrar este disco que ha escrito unas cuántas páginas de la historia de la música contemporánea y que, al parecer, continuará escribiendo.
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