Pajarito Zaguri: el primer y último rebelde del rock de acá
Ayer, a los 72 años, falleció Alberto Ramón García, músico y poeta conocido como Pajarito Zaguri, a causa del agravamiento del cáncer que padecía desde hacía un tiempo.
"Rebelde me llama la gente, rebelde es mi corazón. Soy libre y quieren hacerme esclavo de una tradición. Todo se hace por interés, porque este mundo es al revés. Sí, todo esto hay que cambiar, siendo rebelde se puede empezar" ("Rebelde", escrito por Moris y Pajarito Zaguri en 1966, para su grupo Los Beatniks y considerado el primer simple de rock argentino).
La figura de Pajarito Zaguri siempre se mantuvo en los márgenes del rock argentino y de allí que su rostro nunca haya salido en la foto de los fundadores del movimiento junto con Moris, Litto Nebbia, Tanguito y Javier Martínez. Pero lo cierto es que ahí estaba él, con su convicción beat y ese apodo que mezclaba sus rasgos físicos con el amor incondicional por Brigitte Bardot –solía contar que el cineasta Rodolfo Kuhn lo bautizó así por Bob Zaguri, el novio de entonces de la actriz francesa.
"Todo explotó cuando escuché a los Beatles, a los Rolling Stones y a Bob Dylan, y nos dijimos que, en vez de traducir letras, teníamos que hacer nuestras propias canciones. Desde entonces, me consideré un músico con conciencia de lo que tenía que decir. Empezamos a buscar letras denunciando ciertas costumbres burguesas. Letras que no eran de protesta, porque de política no entendíamos nada: simplemente estábamos manifestando una necesidad de vivir totalmente libres", dijo a LA NACION treinta años atrás, hablando de cuando todo era nada y era nada el principio.
En 1966, Los Beatniks -integrado por Pajarito, Moris, Antonio Pérez Estévez, Javier Martínez y Jorge Navarro- habían copado con su rock and roll el legendario local La Cueva, hasta entonces reducto dedicado al jazz, y el 2 de junio de ese año, la banda editó el único simple de su efímera, pero crucial existencia: "Rebelde"/ "No finjas más". Fue el primer mojón de la extensa ruta hoy conocida como rock argentino y un hito inolvidable para varias generaciones de músicos locales.
Pero más que la música -el mismo Zaguri reconocía que en aquella época todavía no sabían tocar-, lo que hicieron Los Beatniks fue sembrar la semilla de toda una cultura y ofrendar un gesto con destino de eternidad.
No sólo cantando rock en castellano por primera vez, sino también mostrando el camino estético-ideológico del movimiento. Y allí también aparecía la figura de Zaguri, que no sabía tocar, pero que tenía ideas tan grandes como sus ambiciones.
"Yo fui el ideólogo de Los Beatniks -confesó alguna vez-. Lo que quería hacer era copiar algunas cosas de los Beatles y también hacer la otra cara de la moneda de los Beatles. Por ejemplo, en vez de usar botitas, teníamos que usar sandalias."
Para la presentación de "Rebelde", los músicos no sólo llegaron en sandalias, sino que por la tarde tocaron arriba de una camioneta en Corrientes y Florida y, por la noche, se terminaron bañando en una fuente frente al boliche Mau Mau, previo aviso a los fotógrafos de la revista sensacionalista Así, que retrataron a Los Beatniks para la portada de un número que sería rápidamente censurado. Provocación, espíritu libertario y rock and roll en tiempos de Onganía.
Desde entonces, Pajarito Zaguri recorrió el under porteño y bonaerense de todas las décadas por venir, siempre con su estilo bohemio y derrochando blues y rock en agrupaciones como Los Náufragos, La Barra de Chocolate, Piel de Pueblo y Los Jóvenes Viejos, su última banda, con la que hasta el año pasado tocó en La Perla de Once. Además, se las ingenió para grabar un puñado de discos como solista, compartir infinidad de conciertos y zapadas con grupos tan importantes para el género como La Pesada o Manal, e incluso promover la creación de bandas como Dulces 16 y Memphis La Blusera, ambas surgidas en el seno de su grupo La Murga del Rock'n'roll.
El rey criollo
Precisamente Pájaro y La Murga del Rock'n'roll , de 1975, significó el debut de su carrera en solitario, a la que le dedicaría apenas un disco cada diez años. Así, en 1984 llegaría El rey criollo del r ock and roll; en 1994, el álbum En el 2000... (también) -ese que tenía una caja de pizza como llamativa y original portada, anticipándose al diseño "antipiratería"-, y en 2006, El mago de los vagos . Tres años más tarde, en 2009, haría la única excepción a la regla y editaría lo que sería su última placa, Sexogenario .
Allí, junto con su banda Los Jóvenes Viejos -en homenaje a Rodolfo Kühn, director del film del mismo nombre- volvió a grabar con amigos -músicos de La Pesada, de Los Perros Alfa, de Los Flotantes y, por supuesto, de Los Beatniks-, se autoparodió desde la portada -replicando la tapa de su álbum La Barra de Chocolate , como lo hiciera unos días atrás el mismísimo David Bowie con el diseño de tapa de su último disco The Next Day - y cerró el disco con una nueva versión de "Rebelde", despidiéndose de los registros discográficos con el último trazo de un círculo que marcó su obra, que también fue su vida: "Rebelde me llama la gente, rebelde es mi corazón. Soy libre y quieren hacerme esclavo de una tradición. Yeah , rebelde seré... Yeah , rebelde hasta el fin... Yeah , y así moriré".
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