Murió Chadwick Boseman (1976-2020): la máxima expresión del héroe para todos los afroamericanos
Murió Chadwick Boseman, con 43 años. Así, el universo Marvel y el mundo de los Avengers perdieron este viernes a uno de sus grandes héroes. Todo el mundo del entretenimiento quedó paralizado al conocerse la noticia de la muerte de Chadwick Boseman, el gran protagonista de Pantera Negra(Black Panther, 2018) y el actor que llevó desde la geografía ficticia de Wakanda la afirmación de la mirada y de las tradiciones afroamericanas al territorio de los superhéroes contemporáneos.
Boseman estaba desde 2016 luchando contra un cáncer de colon, pero nunca había dicho públicamente que estaba bajo tratamiento. Ese silencio explica todavía más el estado de shock que provocó la noticia al conocerse en las últimas horas del viernes. Había retomado el papel de T’Challa, el heredero del trono de Wakanda, en un episodio de la serie de Marvel What If…, prevista para su estreno en 2021, y los planes del estudio lo proyectaban hacia la segunda película de su personaje consagratorio en ese universo de fantasía. Pantera Negra 2 tenía hasta ayer su lanzamiento programado para 2022.
En el mundo Marvel siempre se decía que Boseman había surgido como única opción para convertirse en el protagonista de Pantera Negra y transformarse desde allí en la máxima referencia afroamericana de ese mundo tan cuidadoso y elaborado en su planificación presente y futura. "Aceptó por teléfono, nunca sentí que hubiese en él alguna duda", confesó Kevin Feige, cabeza de los estudios Marvel y productor de todas sus películas.
Tampoco podía haber dudas entre los ejecutivos que lo convocaron. Boseman llegó casi por decantación a Marvel, que vio a un actor que venía representando en el cine a varias figuras esenciales del Olimpo afroamericano como el dueño natural de un personaje que podía liderar la producción más cargada de compromiso político de toda la historia del estudio.
Antes de T’Challa, Boseman había encarnado en el cine a tres figuras fundamentales de la historia contemporánea que lograron ser vistos por acción u omisión, en terrenos muy diferentes, como exponentes de una temprana lucha por las reivindicaciones de la raza negra en medio de omisiones, discriminaciones y marginación. El primero fue Jackie Robinson, el primer beisbolista afroamericano que logró un lugar en las ligas mayores de ese deporte. El segundo fue James Brown, el Padrino del Soul. Y el tercero, Thurgood Marshall, primer magistrado estadounidense de raza negra que integró la Corte Suprema de Justicia de ese país.
Después de llevar a esos tres pioneros de su raza a la pantalla, Boseman tenía que ser casi inevitablemente el primero en instalar ese punto de referencia en la poderosa maquinaria de Marvel. Tenía ascendiente, personalidad, carisma y una presencia escénica de gran autoridad, pese a ser muy joven, cualidades óptimas para adaptarse sin inconvenientes al nuevo desafío. El tiempo les dio la razón a quienes lo eligieron. Ryan Coogler, el director de Pantera Negra, sintetizó las razones por las cuales lograba imponerse: "Su físico, su personalidad reservada, la sabiduría que transmite y el hecho de que parezca mucho más joven de lo que es".
Tuvo que aparecer Pantera Negra para que el público argentino también descubriera a Boseman. Solo porque se trataba de una película de Marvel, conectada de manera decisiva con la constelación de todas las historias previas del estudio, Pantera Negra llegó a la pantalla grande. Casi ningún otro héroe afroamericano pudo contar con esa oportunidad. Antes, las tres películas que empezaron a forjar su popularidad nunca llegaron a los cines de nuestro país, ratificando una vieja costumbre local. Distribuidores y exhibidores siempre se desinteresaron por difundir películas de Hollywood con protagonistas negros. Ni siquiera las candidaturas al Oscar lograron en los últimos años torcer esa conducta. Se excusaban en la indiferencia del público, dato que también resulta cierto.
Por esa razón, 42 (2013), de Brian Helgeland, sobre la vida de Jackie Robinson; ni Get on Up (2014), sobre la vida de James Brown; ni Marshall (2016), tuvieron muy discretos lanzamientos en la Argentina a través del video hogareño o en las señales de la TV paga. Tal vez el recuerdo que despierte desde hoy esta prematura e inesperada muerte, más la poderosa atracción que volverá a ejercer la figura de Boseman para que nos reencontremos con Black Panther logre por fin que sus muy buenas apariciones previas despierten ahora tardíamente la expectativa que merecían en otro tiempo.
En el mismo año en que se estrenó Marshall, Boseman apareció por primera vez como T’Challa en una película de Marvel, Capitán América: Civil War. Y desde allí se convirtió rápidamente en una figura de extraordinario ascendiente para las nuevas generaciones afroamericanas. Gracias a las entrelíneas sobre la lucha por los derechos civiles y los reclamos contra toda discriminación deslizadas a cada momento en Pantera Negra, esa imagen se fortaleció todavía más y convirtió a la película en uno de los éxitos más grandes de toda la historia del universo Marvel.
Para convertirse en T’Challa, Boseman hizo una larguísima investigación previa. Vio los discursos de Patrice Lumumba y de Nelson Mandela, escuchó la música de Fela Kuti, se interiorizó sobre las raíces de los guerreros masai, se entrenó en artes marciales africanas y viajó un par de veces a Ciudad del Cabo. Dedicó también mucho tiempo a perfeccionar su acento, una de las características más visibles de su personaje, que después de su propia película apareció también en las dos últimas aventuras de los Avengers: Infinity War y Endgame.
"Espero que quienes vayan a ver esta película vean al héroe que tienen en su interior. Aún si se trata de una persona blanca, si llega a ver a un personaje afroamericano y logra identificarse con él seguramente logrará cambiar un poco la mirada acerca de la sociedad en la que vive", dijo en ese momento sobre Pantera Negra, una película que toda la industria de Hollywood vivió como un hito casi revolucionario en cuanto a su impacto cultural. Era la primera vez con Pantera Negra que una película de superhéroes era íntegramente realizada por negros: su director, sus guionistas, varios de sus productores y casi todo su elenco protagónico pertenecía a esa raza. Fue un éxito absoluto, con efectos que fueron más allá de la pantalla. Representantes e instituciones de la comunidad afroamericana organizaron convocatorias masivas en Estados Unidos para ver la película y pagaron las entradas de chicos y adolescentes sin recursos para que pudieran verla.
Boseman había nacido en Anderson (Carolina del Sur) el 29 de noviembre de 1976. Era hijo de una enfermera y del propietario de un negocio de tapicería. Sus tempranas inquietudes creativas e intelectuales lo llevaron a interesarse por ejemplo en la obra de Frantz Fanon, el activo intelectual y pensador de la descolonización, inspirador de los Panteras Negras y de los grupos guerrilleros de los años 60 y 70. En sus acciones fuera de los sets, que lo llevaron muchas veces a dar cursos en universidades e instituciones educativas, reflexionaba sobre las dificultades de los actores negros para encontrar su lugar en una sociedad que todavía silenciosamente parecía rechazarlos y se alegraba al mismo tiempo por los progresos hacia la igualdad logrado por actores y directores negros en los últimos años.
Antes de hacerse famoso y convertirse en una personalidad influyente, Boseman tenía de adolescente un temperamento muy reservado. Ser actor no fue su primera vocación. Como le gustaba el dibujo, llegó a soñar con un fuguro de arquitecto. También mostró dotes para el básquetbol y llegó a sumarse a un equipo universitario. Pero antes de eso, cuando todavía era estudiante secundario, decidió escribir una obra de teatro como respuesta al asesinato de uno de sus compañeros. Representó la pieza en la escuela y descubrió el placer de contar historias.
Ese nuevo interés relegó a todo lo demás y empezó a estudiar en la Universidad de Howard, la meca para los estudiantes de raza negra en Washington. Allí descubrió la cultura africana, viajó a Ghana y tomó contacto con muchos intelectuales e investigadores. "En una universidad históricamente negra está el panteón de nuestra cultura. John Coltrane, James Brown…y Pantera negra", le dijo años después a la revista Rolling Stone.
Luego tomó clases de actuación mientras estudiaba la obra de Shakespeare, Beckett y Harold Pinter. Con títulos especializados en drama y dirección, escribió y dirigió obras dramáticas con jóvenes músicos, cultores del hip hop y otras expresiones urbanas y alternativas. Toda esa formación lo fue llevando al mundo que lo convirtió definitivamente en estrella. Ese brillo parecía destinado a mantenerse durante mucho tiempo y su reciente aparición en 5 sangres, de Spike Lee, no hacía más que corroborarlo. Antes de ese estreno de Netflix, vimos por última vez a Boseman en pantalla grande a principios de este año en el policial Nueva York sin salida.
Pero una enfermedad lo venció demasiado temprano. A pesar de ese adiós prematuro, Boseman será recordado como un héroe invencible. Así fue rubricado por su familia en la declaración que anunció una muerte temprana que se llorará por muchísimo tiempo: "Chadwick Boseman fue un verdadero peleador".
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