"Muchos investigadores fuerzan la realidad"
Una mandíbula, un resto de cráneo y un diente fueron los elementos que permitieron a Charles Dawson, abogado, anticuario, coleccionista de objetos raros y arqueólogo aficionado, presentarse ante la prestigiosa Sociedad Geológica de Londres en el otoño de 1913 y declarar que había descubierto al Eoantropo, el hombre del alba. El antepasado de la humanidad, el eslabón perdido, en una granja de Piltdown, en la región de Weald, en el sur de Inglaterra. "Es el famoso caso del hombre de Piltdown, que abre mi Historia universal de la infamia científica y que titulé El hombre de Piltdown, o la tentación del fraude patriótico , explica Matías Alinovi, licenciado en Ciencias Físicas de la Universidad de Buenos Aires, escritor, traductor y periodista.
"El año último, en Alemania se habían encontrado los restos de lo que se llamó el hombre de Heidelberg, el Homo heidelbergensis . No era el único, había antecedentes en otros países europeos, Francia, Croacia, España, Bélgica, Holanda, Java, China y Sudáfrica. Curiosamente, el único país donde nunca se habían hallado restos de homínidos prehistóricos era Gran Bretaña. Es posible que Charles Dawson se haya propuesto rescatar el honor británico a costa de crear uno de los mayores fraudes científicos de la historia", agrega.
Alinovi es autor, además, de una Historia de la energía y de una Historia de las epidemias ; de una obra de teatro donde recrea resultados de la teoría de la relatividad, La paradoja de los gemelos . Historia universal de la infamia científica (imposturas y estafas en nombre de la ciencia) es su última obra.
-¿Cuándo se descubre el fraude de Charles Dawson?
-Cuarenta años más tarde, en 1953, cuando Dawson había fallecido. Los investigadores descubrieron que los restos habían sido teñidos, limados, tallados y enterrados en el pozo donde fueron hallados. Sin embargo, el descubrimiento de Dawson fue apoyado por personajes importantes del mundo científico de la época como Arthur Smith Woodward, director del Departamento de Geología del Museo Británico de Historia Natural y presidente de la Sociedad Geológica. Por otra parte, por el paleontólogo y filósofo jesuita Pierre Teilhard de Chardín. Incluso por escritores populares como sir Arthur Conan Doyle, vecino de Dawson y padre de Sherlock Holmes.
-¿Qué otros fraudes famosos desarrolla en el libro?
-El libro presenta seis historias de fraude científico, pero la elección es arbitraria. Aparecen, también, Ronald Richter, el de la fusión nuclear controlada y la isla Huemul; Johan Bessler, el del móvil perpetuo; el hombre de Miramar, o la teoría de Florentino Ameghino, según el cual el primer hombre nació en la pampa; Paul Kammerer, y la herencia de los caracteres adquiridos, y por último, el paleontólogo indio Vishwa Jit Gupta.
-¿Por qué el hombre de Miramar?
-Miramar es el paraje donde se encuentran las mayores evidencias de la existencia del Homo pampaeus, que habría aparecido durante la era terciaria y desde allí habría emigrado al resto del mundo. La teoría causó un gran revuelo cuando la presentó en 1879 durante el primer Congreso Internacional de Americanistas, realizado en París. En la actitud de Florentino Ameghino, en su pasión, hay algo común a muchos investigadores: y es que varios científicos fuerzan la realidad para demostrar su teoría, manifestándose en ámbitos racionales, doblegando la razón.
-¿Algún fraude que no llegó a incluir?
-El de sir Cyril Burt, uno de los psicólogos británicos más renombrados, considerado el padre de la educación inglesa, que sostuvo que la inteligencia es hereditaria y no un producto de la educación. Pero aceptar su teoría significaba sostener que hay razas más inteligentes que otras, una de las formas del racismo. Burt realizó sus estudios analizando el cociente intelectual (CI) de gemelos genéticamente idénticos, que por determinadas circunstancias fueron educados en ambientes distintos. Según Burt, si los gemelos mantienen un CI similar, pese a su formación en familias diferentes, esto probaría que el nivel de la inteligencia es producto de la herencia. Las teorías de Burt fueron duramente criticadas por otros científicos, entre ellos el paleontólogo Stephen Jay Gould, ex presidente de la Academia de Ciencias de los Estados Unidos y autor de La falsa medida del hombre . Burt fue distinguido con el título de Caballero, pero su prestigio y sus teorías comenzaron a decaer cuando se comprobó que sus dos principales colaboradores, los científicos Conway y Howard, nunca habían existido. No sólo eso, también se pudo verificar que buena parte de sus experiencias eran ficticias.
-¿Un tema final?
-Pienso que tal vez haya una idea errónea de lo que denominamos divulgación científica. Se cree que el modo de interesar al lector consiste en allanarle toda dificultad, con explicaciones triviales y un estilo que remita a una realidad trivial. Es un error porque uno puede interesarse también por lo que no entiende. Informar sin remitir a ninguna realidad desconocida para el lector es informar para el olvido. La literatura, como la ciencia, es en principio un acto de fe en la complejidad.