Mimí Pons: "Hace 20 años que enviudé; me acostumbre a estar sola"
Fue una de las vedettes más deseadas en la época dorada del teatro de revistas y, junto a su hermana Norma, conformó una dupla inolvidable sobre las tablas. Mimí Pons no reniega de su pasado. De hecho, a los 70 años, aún conserva intacto su sex appeal, y lo pone a prueba cuando se para frente a la cámara de manera seductora, tal como lo hacía en los viejos tiempos, para revivir esos aires de Brigitte Bardot que la hicieron famosa.
La cita es en un bar de cocina francesa en Chacarita, lugar en el que se siente lo suficientemente cómoda como para hablar con LA NACION sobre lo mucho que disfruta de su nuevo rol de abuela, jugar al misterio con un amor que prefiere mantener en el anonimato y acudir al recuerdo siempre entrañable de su hermana, fallecida en abril de 2014. También de su regreso al teatro con Derechas -la multitudinaria puesta que José María Muscari estrenará a mediados de junio-, de cómo ve la actualidad de la televisión argentina y de sus ganas de regresar al "Bailando por un sueño" (aunque, esta vez, no como participante).
-¿Qué podés contarnos de Derechas, esta propuesta teatral tan poco convencional?
-La verdad que es un desafío y algo atípico, porque es una obra donde vamos a almorzar con la gente los sábados y los domingos, y los lunes cenaremos, siempre en el Teatro Regina. Tenemos un gran elenco de cinco madres, que son Katja Alemann, Cristina Albero, Edda Díaz, Edda Bustamante y yo; los roles de las hijas son para María Fernanda Callejón, Emilia Mazer, Juana Repetto, Paula Morales y Calu Rivero. La trama muestra a cinco hermanas con sus hijas, en conversaciones atravesadas por el dinero y las situaciones económicas de cada una de ellas.
-¿Y cómo es tu personaje?
-Me tocó un rol de escritora y poetisa que me encanto. Se trata de una mujer que es muy dispersa en su vida... Es una obra muy graciosa y debutamos los primeros días de junio. Nuestros personajes estarán en medio de la gente, en la boletería, en el hall del teatro, en la calle, etc. Es algo infrecuente para el público en general. Estoy feliz de ser parte de esta obra.
-¿Qué otros planes laborales o personales tenés en mente?
-No sé qué decirte... Dios me ha dado todo: una familia maravillosa, una hermana como Norma que fue una grande en todo sentido, un marido genial de quien enviude hace años, y unos hijos hermosos. Y ahora también tengo una nieta que es una belleza, Julieta, de 7 meses.
-¿Cómo te sentís en este nuevo rol de abuela?
-Es extraño y nuevo este rol, pero jamás pensé que se podía amar a alguien como a un hijo o a una hija. Me encanta y tenemos un feeling total con mi nieta. Me puede totalmente y me hace ser cariñosa con ella a toda hora.
-Trabajaste en el Maipo y en El Nacional, dos catedrales de le revista porteña en su era de oro. ¿Sos consciente de que sos una suerte de leyenda?
-Quienes me elevaron sin ser nadie han sido los periodistas Rómulo Berutti y Carlos Morelli; ellos, periodistas, me definieron como la "Burbuja de Champagne" en una nota y así empecé a salir en todas partes en aquella época. Toda mi carrera artística la hice en El Nacional y estuve muchos años con Carlos Petit, un señor empresario de aquel entonces. Sinceramente, todos esos trabajos han sido mágicos, es un recuerdo hermoso en mi carrera.
-En la actualidad, han tomado público muchos casos abusos sexuales o situaciones de acoso contra las mujeres. ¿Estas cosas ya pasaban en tu época y se callaban? ¿O era algo que sucedía raramente?
-No sé qué les pasó a mis compañeras, dado que no tenía tanta amistad como para hablar de cosas privadas... ¡Tampoco había tiempo para nada en la revista! En mi caso, siempre estaba mi madre en el camarín y puedo decir que jamás me pasó nada.
-¿Estás en pareja?
-En estos momentos estoy muy bien. Sí, estoy conociendo a alguien que desea que sea su novia (risas). Es alguien tres años más joven, pero le digo "el señor A", porque su nombre empieza con esa letra... Me siento bien, no convivimos y hablamos mucho por teléfono. El es de un pueblo a 100 kilómetros de Buenos Aires. Es todo lo que voy a decir al respecto.
-Nos imaginamos que camina bien, porque leí en otras entrevistas que esa característica es fundamental para vos al momento de la conquista....
-[Se ríe]. ¡Sabés que sí! Camina bien y se lo dije en persona. Es médico, nos vimos una vez y fuimos a cenar. Me gustó, es buen mozo.
-¿Te gustaría volver a convivir con alguien o preferís estar con un "novio con cama afuera"?
-Convivir, no. Hace 20 años que enviudé, me acostumbre a estar sola. Nadie es dueño de su destino, porque no sabemos qué va a suceder en un rato. Vivo el hoy, y siempre viví pensando en el mañana.
-Se cumplieron cuatro años de la muerte de tu hermana, Norma. ¿Qué extrañas de ella?
-La extraño muchísimo, teníamos momentos maravillosos juntas. En las noches, una vez que ella venía del teatro, nos poníamos a dialogar. Me tocaba el timbre y nos quedábamos charlando durante horas. No éramos hermanas de ir juntas a cenar y demás. Sin embargo, éramos unidas en casa, más que nada viviendo en el mismo edificio. Claro, que discutíamos mucho. Ella era como una madre y buscaba organizar mi vida [risas]. Norma descubrió mi vocación a los 18 años, y me ayudó mucho durante toda mi vida.
-Hace un tiempo te descubriste como conductora en el ciclo televisivo Buena yerba, en Misiones. ¿Te gustó incursionar en la conducción?
-La verdad que lo hice bien. Me encantó. No me acuerdo bien el canal, pero quien me llevó se abusó de todo. Le sacó dinero a mucha gente en mi nombre y quedó debiéndome 100 mil pesos hace un tiempo. La pasé mal; durante días estuve encerrada en un hotel. Inclusive, este "señor" hasta a algunos políticos les pedía plata en mi nombre. Todas mentiras... Y ha sido un desastre.
-¿Cómo ves laTV actual?
-Me gustaría hacer TV, aunque soy actriz de cine y teatro. Siento que en la televisión no he tenido suerte. Me divierte cuando te invitan a un programa y te dicen "es lo que quiere la gente". Sinceramente, siento que es lo que inventan aquellos que están en la pantalla chica, porque el público mira lo que le dan.
-¿Moria Casán es uno de los personajes más difíciles de enfrentar en televisión?
-Con Moria nos conocemos mucho, casi que nos iniciamos juntas. Le tengo un gran cariño y me respeta profundamente. Cuando reemplace a Norma en lo de Marcelo Tinelli, todos en el jurado se pusieron de pie, y ella también lo hizo. Ambas tenemos otros códigos, los códigos "de antes". Además, me divierte mucho y es la número uno, sin dudas.
-¿Volverías al "Bailando por un sueño"?
-Me encantaría. Llegué accidentalmente al programa, a los pocos días de la muerte de mi hermana... Esta vez me gustaría estar en el jurado.
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