Midachi: "El nuestro es un humor psicópata"
Si el humor de Midachi se sirviese en bandeja, probablemente sería una buena milanesa con papas fritas, sin las pretensiones de la alta cocina, pero con todo el sabor y la generosidad de un plato popular, contundente y bien servido. Un humor simple y directo, de estudiantina, siempre fresco con los ritmos y las imitaciones, que ahora lucen completamente renovadas, desde Bruno Mars hasta Maluma, desde Thalía hasta Shakira, y vienen a sumarse a los personajes ya consagrados a lo largo de su exitosa trayectoria como "La Tota" o "Pochola", Mercedes Sosa y Drácula.
Después de siete años de andar y desandar caminos por separado, Dady Brieva , el Chino Volpato y Miguel del Sel , uno de los tríos artísticos más fuertes que dejó la década del 90 en la Argentina, volvieron a reunirse para celebrar 35 años juntos como uno de los grupos humorísticos más exitosos del país.
Midachi Kindon debutó en el teatro Ópera en junio del último año, para luego salir de gira por las principales ciudades de la Argentina con el apoyo de un público que los acompaña desde siempre, hasta recalar nuevamente en Buenos Aires donde, desde el 9 de agosto, se presentan en el teatro Lola Membrives de la avenida Corrientes.
El primero en llegar a la entrevista con LA NACION es el Chino Volpato, si se quiere el más serio de los tres: "¿Qué hace el Chino, se pregunta la gente? Ni siquiera es gracioso", dispara Dady en el magistral monólogo con el que abre el espectáculo, y provoca una carcajada general.
¿Qué hace el Chino? Después de 35 años juntos, el Chino se ríe de las burlas de sus amigos, y se adelanta a hacer algunas declaraciones antes de que sus compañeros de ruta, por fin, lleguen y monopolicen la palabra. "Sin dudas estamos pasando nuestro mejor momento. Esta vez con un espectáculo multimedia, una puesta inusual de tecnología que incorpora el mapping y un fondo que nos permite entrar y salir de la pantalla. También contamos con un sonido cuadrafónico, todo un trabajo de pre producción que demandó muchas horas de grabación y muchísimos cambios de vestuario que debemos hacer en pocos segundos", sintetiza este pilar fundamental del trío, que además de escribir y ponerle el cuerpo cada noche al espectáculo, en las sombras se ocupa de la producción y la puesta en escena de cada show de Midachi.
Una producción titánica si se la compara con los comienzos del trío santafesino, que los vio hacerse desde abajo en las peñas folklóricas de su provincia, cuando El Chino y Miguel todavía se ganaban el pan como profesores de gimnasia y Dady trabajaba como empleado público. "En esa época teníamos un dúo con Miguel que se llamaba los Comiserios. Una noche teníamos que presentarnos en una peña y llegamos tarde, pero igual se juntó un montón de gente para vernos. Cuando terminamos nos cruzamos con Dady, que a su vez se había presentado antes en otro dúo cómico, se acercó a hablar con Miguel para ver la posibilidad de juntarnos. Así nos conocimos los tres y poco después nacía Midachi", recuerda el Chino.
Debutaron en julio del ‘83. Sus primeras conquistas se dieron en Santa Fe y Córdoba; después recorrieron el país y, en 1988 desembarcaron en Buenos Aires. Se separaron en el 94, se reencontraron en 2000 y en 2011 volvieron a separarse. Desde entonces cada cual siguió su camino. En el caso del Chino, escribió un libro, se dedicó a la producción de obras de teatro y continuó con la actividad tambera que lleva adelante desde hace años. Dady continuó como actor y humorista en teatro, cine y TV, mientras Miguel incursionaba en la política junto a Cambiemos, primero como diputado, luego como candidato a gobernador de Santa Fe, y más tarde como embajador en Panamá.
Y allí estaba en América Central el embajador Del Sel, con su sombrero panameño desde hacía poco más de un año, cuando sus compañeros de andanzas, junto al manager del grupo, Raúl Oreja Fernández, un buen día viajaron hasta allá para visitarlo y plantearle la posibilidad del regreso.
"Yo venía de ser maltratado en las redes, a mi mujer se le dio por salir desnuda en todas las revistas, y dije qué buen momento para salir del país. Además, el Chino es tambero y el tambo andaba más o menos, así que con el Oreja nos fuimos a buscarlo. El embajador nos recibió de la mejor manera en su residencia oficial, en el piso 34 de la Torre imperial, en el barro La Cresta. Tomamos unos mates, unas cervecitas en la pileta, incluso nos agasajó con grandes banquetes, fiestas, todo financiado con fondos públicos. Le dijimos, boludo qué hacés acá solo, vos tenés que volver con nosotros para hacer reír a la gente. Nos quedamos cuatro días y teníamos dudas si iba a volver o no, hasta que al momento de despedimos se le escapó un … ¡Gracias Piero!. Y ahí sospechamos que se hacía", bromea Dady.
"La experiencia en la embajada de Panamá fue extraordinaria Además como me fui solo, me pude dedicar completamente a mi trabajo. Pero claro, con el tiempo mi familia extrañaba, estaba lejos de mis amigos, y de alguna manera eso me hizo replantearme la vuelta", admite Del Sel.
A la hora de hablar de política, Dady (reconocido peronista) y Miguel (ex embajador macrista), se ubican en veredas opuestas, mientras el Chino se mantiene en una indefinida tercera posición. Igualmente, aseguran que las diferencias nunca fueron causa de conflicto. "La verdad es que como cualquier grupo de amigos, en los camarines siempre charlamos de todo: de fútbol, de minas y de política también, aunque nunca fue un tema al que le diéramos mayor importancia. Pero más allá de las diferencias que tenemos con Miguel, siempre lo hemos apoyado, fuimos a acompañarlo cuando asumió como diputado y también lo hubiéramos acompañado si llegaba a la gobernación", sostiene Dady.
En medio de una época especialmente sensible respecto de ciertos temas relacionados las banderas del feminismo, la violencia de género o la reivindicación de las minorías, aseguran que si bien hoy toda ha cambiado, igualmente se sienten con total libertad arriba del escenario. "Ahora el humor está en todas partes. Ves un noticiero y todos se hacen los graciosos; pones un programa de chimentos a la tarde y siempre hay alguno que tiene un chiste para hacer, por eso es que a los humoristas les cuesta tanto tener un programa de humor propio. ¿Qué más tenés que hacer para que alguien se ría? ¿Cortártela en vivo? Nosotros hacemos chistes de lo que queremos, no nos estamos cuidando si esto sí o esto no, no hay corrección política en Midachi", sostiene Dady.
Y concluye: "Siempre decimos que el nuestro es un humor directo, una pelotazo de puntín al arco. Un humor psicópata, porque no nos importa si nuestras imitaciones se parecen a los personajes reales. Nuestro público sale del teatro y se va a comer una pizza, no se pone a filosofar que quisimos decir arriba del escenario".
Midachi Kindon. Idea, libro y dirección general: Midachi. Participación creativa y autoral: Daniel Dátola. Asesoramiento coreográfico: Mariela Anchipi. Diseño de vestuario: Carlos Passano. Dirección musical: Chino Asencio. En el teatro Lola Membrives. Av Corrientes 1280. Funciones: jueves, viernes y sábados, a las 21. Entradas desde 600 pesos.
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