Mía Maestro: "Hacer un disco fue como dirigir mi propia película musical"
Tras terminar de grabar la serie The Strain, la actriz argentina vino a Buenos Aires para presentar su nueva faceta artística: la de cantautora
Los regresos a la ciudad natal pueden remover viejas sensaciones. Hace 16 años que la actriz Mía Maestro vive en Los Angeles, donde construyó su carrera actoral a partir de su protagónico en la película Tango (1998) de Carlos Saura, nominada al Oscar a la mejor película extranjera. "Cuando me fui tan joven fue un acto de irresponsabilidad", reconoce con aire desenfadado y juvenil. Recién está aterrizando en Buenos Aires, tras dos años de filmar y protagonizar la exitosa serie The Strain de Guillermo del Toro, producida por FX, y ya se le disparan imágenes del pasado juvenil. "¿Te acordás de Arpegios? Yo iba a ver los shows de Las Pelotas, fui varias veces, cuando éramos apenas quince personas. Y el Parakultural ¿te acordás? Ahí los conocí a Urdapilleta y Tortonese. Eran geniales. Qué bueno haber vivido esa época", rememora la chica de Colegiales, como quien pone en pausa su ajetreada agenda promocional que se disparó a partir de la consecutiva aparición en películas de escala mundial como Diarios de Motocicleta, Frida, Poseidón y la saga Crespúsculo, o su reciente participación en la serie Scandal, que acaba de terminar de filmar, antes de su regreso a la ciudad de la furia.
Estará tres semanas en Buenos Aires para visitar a su familia, reencontrarse con amigos y sobre todo para presentar una nueva faceta suya, la musical, que inaugura con su interesante y provocador disco debut Sí agua, editado por el sello canadiense Arts &Craft y grabado en Islandia con el productor de Björk.
Después de conocer el corazón de la industria del entretenimiento, Mía Maestro parece decidida a darle espacio a una etapa nueva y alternativa. "Quiero que la música ocupe el ciento por ciento de mi vida. Está bueno tener estas vidas paralelas: la actuación y la música. A veces se pueden cruzar, pero pueden funcionar por separado", cuenta la actriz y cantante que debutará mañana en Bepob Club y pasado mañana como telonera del cantautor Damien Rice en La Trastienda (ver recuadro).
El video clip de "Blue Eyed Sailor" es una buena referencia de ese universo folk indie y alternativo que Mía Maestro traduce en nueve composiciones magnéticas, cantadas en inglés y castellano, acompañadas por un grupo de músicos-productores que trabajaron con Brian Eno y Radiohead. El concepto visual, experimental y creativo del álbum Sí agua está impregnado por esas melodías sugerentes, pobladas de capas de sonidos, voces etéreas, aires de inflexión folk y arreglos de cuerdas que definen la estética de una cantautora contemporánea y posmoderna. No es el capricho de una actriz de fama ascendente. "Hacer este disco fue como dirigir mi propia película musical. Estuve en cada detalle, elegí el arte, las canciones y mis colaboradores. Por primera vez he sido parte de todo el proceso creativo y fui la curadora de mi propia estética. Para una actriz, eso es como una especie de milagro, porque en el cine uno entrega el trabajo de uno completamente. Con el disco la responsabilidad es mía y si a la gente le gusta o no le gusta será por lo que hice", cuenta de su nueva etapa solista.
En Buenos Aires, la actriz y cantante se siente tranquila y sin apuros. No tiene una agenda pautada por sus agentes y publicistas, y se entusiasma con la idea de viajar a La Plata para escuchar a bandas como El Mató a un Policía Motorizado, buscando aquellos fenómenos indies del rock, en lugares que le recuerden a sótanos como el de Arpegios. Algo del flash cultural que vivió en su adolescencia porteña, a fines de los ochenta y comienzos de los noventa, quedó pulsando en el inconsciente de su construcción artística. Ahora la música alternativa convive con la actriz que triunfa en Hollywood. "Me divierte esto de salir de la súper estructura del mainstream , y de tener manager, publicista, agente y abogado. Lo bueno de trabajar con la música es que es mucho más austero. Soy yo, componiendo mis canciones y trabajando con un músico en escena. Me gusta que la música sea un proyecto pequeño con espacio para crear otras cosas y presentar una estética diferente", reflexiona Mía, que se fue a grabar el disco a Islandia bajo el manto alternativo y experimental de Valgeir Sigurðsson, productor de Björk y del dúo Coco Rosie.
Alrededor se levanta una suerte de temporal. Mía Maestro no se inmuta. Parece relajada, lejos del estrés natural que le provocan sus obligaciones promocionales a partir de la explosión que provocó la serie The Strain, en la que encarna bajo las ordénes de Guillermo del Toro a Nora Martinez, una bióloga que forma parte del equipo que combate esa extraña epidemia que desata el horror en Nueva York. "Ha sido una experiencia maravillosa trabajar con Guillermo del Toro y hacer dos temporadas de la serie. Estuve feliz de hacerla. De alguna manera yo me enamoré de la serie por los libros de Guillermo (las novelas de la Trilogía de la Oscuridad que del Toro escribió con Chuck Hogan) y la serie es maravillosa pero es un animal completamente diferente al que iba a ser".
-¿Cómo viviste el fenómeno que generó la serie en Estados Unidos?
-Lo maravilloso de hacer cine y televisión es que uno nunca sabe cómo se va a desarrollar y qué es lo que a la gente le va a gustar. The Strain es súper exitosa y entonces nuestros productores han decidido tomar más ese rumbo del mainstream que no es tan afin a mí. El libro tiene más la magia de Guillermo. Es un mundo oscuro, denso, alternativo y underground, en el que se plantea la disolución de la sociedad de la manera que la conocemos, en función de un paradigma nuevo y terrorífico. La serie en cambio tiene una mirada más ligth y termina siendo una de héroes decapitando monstruos y cortando lenguas. En el libro el personaje de Nora tenía un papel más humano y compasivo, y era la que tenía hijos y repoblaba la tierra. En cambio, en la serie Nora muere al final de la segunda temporada. Yo voy por el lado mágico de la historia y la serie se ha convertido en algo más masivo.
-¿Sos consumidora de series o preferís hacer otras cosas cuando no está filmando?
-No tengo televisor (se ríe). Así que no soy consumidora de series. Hay un par de proyectos que he hecho y no he mirado. Cuando no estoy filmando prefiero hacer música o viajar. Tengo períodos en que voy a China a ver a mis maestros. La ceremonia del té y la meditación son una parte importante de mi vida. Hago retiros de silencio de diez o quince días. La ceremonia del té me brinda eso de poder estar al servicio de otras personas, de entregar un momento de quietud, introspección y pausa. Es algo que en nuestra carrera no está muy presente.
-¿Y cómo manejarás esta doble vida que te exige la actuación y esta nueva faceta musical?
-Estuve filmando mucho desde octubre del año pasado así que tengo ganas de tomarme unos meses y dejar libre mi agenda para hacer música, viajar y conectarme conmigo. Uno puede entrar en la vorágine de trabajar sin parar, de decir a todo que sí. Pero, también, uno tiene la responsabilidad de tener una vida creativa. Es necesario tener espacios para disfrutar lo que uno ha generado. Sobre todo cuando querés escribir canciones nuevas o pensar en nuevos proyectos.
-¿Tenés artistas de referencia?
-Admiro a esas mujeres artistas que tienen como diferentes vidas. Yo crecí escuchando a Laurie Anderson y sé que ahora está dirigiendo un documental muy bonito; Patti Smith, es una gran escritora, artista plástica y, también, cantante y guitarrista; y también admiro a PJ Harvey. Son como referentes que han podido hacer eso. Para mí, cantar, hacer teatro, componer, escribir, son cosas que pueden ser naturales porque el trabajo con la voz es una herramienta de todo actor
-En una entrevista decías que el actor se tenía que volver transparente para contar una historia.
-Creo que cualquier momento de conexión tiene eso de hacerse invisible. Actuando en teatro o en cine, cantando una canción o sirviendo el té en una ceremonia espiritual, estás en un momento de despersonalización que es a lo que uno aspira realmente. Es un momento en el que la historia fluye sola, y sos como un conducto de esa historia. Hay algo de canalización o de disolución del ego, que es para lo que uno hace todo esto.
-Es paradójico porque siempre se habla de que el ego del artista es necesario para subirse a un escenario o actuar.
-Para mí pasa por un lugar distinto. No lo hago para acrecentar mi ego sino todo lo contrario. Está bien tener trabajo y plata para pagar tu alquiler, comer, viajar y vivir y tener todas las experiencias que quieras tener. Pero hay algo que va más allá del éxito monetario y del éxito publicitario. Tiene que ver con la práctica personal de cada uno y cómo elegís diferentes caminos para abandonar esta personalidad que ahora soy yo, el vestidito, los labios rojos, las mariposas del arte del disco, y conectar con mi espíritu, con quién soy en verdad, para qué estoy acá, cuál es mi relación con otros, cuál es mi verdadero don, qué tienes para despertar en los otros y a qué has venido. Es lo único que realmente importa.
Con una pequeña ayuda del irlandés Damien Rice
La visita de Mía Maestro nació de la invitación del cantautor irlandés Damien Rice. El destacado músico del folk indie es coautor de uno de los temas de Mía que integran el disco Sí, agua y canta en dos canciones, que están dando vueltas al planeta a través de plataformas digitales como Spotify o iTunes. "A Damien lo conozco hace muchos años, es muy amigo mío. El me ayudó mucho cuando estaba haciendo los demos y tenía su estudio de grabación en mi casa en Los Angeles. Eso fue un impulso muy grande para hacer música todos los días. Tenía el estudio montado en el cuarto de huéspedes. Todas las noches me quedaba hasta las cinco de la mañana grabando cosas. Fueron dos años interesantes para mí" cuenta Mía.
Hay muchas cosas que unen las canciones de Mía Maestro y Damien Rice. El último disco del irlandés, My Favourite Faded Fantasy (2014), que viene a presentar a la Argentina, fue grabado en Islandia. El disco debut de Mía Maestro, también. "Me enamoré de ese lugar la primera vez que fui. Tiene unos paisajes mágicos y unos músicos increíbles", cuenta Mía. Para Damien Rice, el país de Björk resultó inspirador tras ocho años sin grabar un disco. Sus canciones recuperan la dulce y desgarrada melancolía de sus primeros discos O (2003) y 9 (2006), elogiados por la crítica especializada y que recuerdan a Nick Drake. En La Trastienda, Mía abrirá el concierto de Damien Rice, para una velada de sugerentes canciones con paisajes de Islandia, Irlanda y la Argentina.
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