#MeToo argentino: el final del silencio en el espectáculo inició un cambio en la sociedad
Quince días después ya nada es igual. Aunque quede tanto por cambiar en la cultura de abusos que denunció hace exactamente dos semanas el colectivo de Actrices Argentinas. Aquella conferencia de prensa del 11 de este mes en el Multiteatro –ahora histórica– en la que esa agrupación mostró su apoyo público a la denuncia de violación de Thelma Fardin contra Juan Darthés demostró la capacidad del colectivo para trazar un límite con una fuerza inédita para la industria del espectáculo local, que ahora y hacia el futuro tendrá que operar al ritmo y tono que marque la consigna "Mirá cómo nos ponemos".
No fue casual que Fardin haya elegido un hotel para filmar el video de su testimonio, en el que relata con crudeza los pormenores de su violación a los 16 años a manos de un hombre de 45, precisamente en un hotel en Nicaragua, en medio de la gira de la exitosa tira Patito feo.
Nueve años después de ese hecho, Fardin eligió ese escenario simbólico para contar su historia. Ahora fue Fardin quien tomó la frase "Mirá cómo me ponés" – la misma que la actriz y cantante Anita Coacci asegura haber escuchado de boca de Darthés en otra situación de acoso – y la volvió un lema.
Un manifiesto contundente que, con la velocidad que los fenómenos virales pergeñados entre el mundo real y las redes, tuvo un saludable efecto contagio. A pesar de que en el video se la ve llorando al contar su historia, luego de la conferencia de prensa la actriz se mostró entera en una sucesión de entrevistas con distintos medios que, entre otros propósitos, planteó ubicarse en un lugar distinto a aquel en que se suele ubicar socialmente a la víctima que denuncia abusos sexuales. Su caso ayudó a visibilizar como nunca el reclamo contra este tipo de violencia de género en la Argentina.
El testimonio de Fardin implicó un momento bisagra en la opinión pública, el #MiraComoNosPonemos se convirtió en trending topic global y generó un efecto dominó imparable. Numerosas figuras del espectáculo local se vieron reflejadas en las palabras de la actriz ("Porque otras hablaron yo pude hablar") y contaron sus propias experiencias como si el tiempo no hubiese pasado. Araceli González, Reina Reech, María del Cerro, Geraldine Neumann, Militta Bora y Ximena Rijel, en apenas quince días, dieron a conocer relatos de abusos y acosos de su pasado más o menos reciente que confirmaron la potencia del "Yo sí te creo" – otro de los lemas feministas más resonantes y de fuerte réplica en la redes – que adquirió un poder ineludible.
Además de Fardin, la otra cara visible de este cambio de paradigma fue Calu Rivero , la primera actriz en acusar a Darthés de acoso. El actor, en una polémica entrevista con Mauro Viale en A24, negó las acusaciones de Fardin y luego afirmó que había sido ella quien lo había acosado. Días después viajó a Brasil, desde donde, como ciudadano de ese país, no puede ser extraditado.
El caso de Rivero demostró en este breve lapso lo drástico del cambio: en su momento, la acusación fue ignorada por la mayoría, en el mejor de los casos, o, en el peor, descartada como una maniobra calculadora de una actriz en busca de fama. Que las redes se hayan inundado de pedidos de disculpas para con ella de parte de quienes públicamente afirmaron que le creían a Darthés es una de las tantas señales de que algo distinto e irreversible está ocurriendo.
En una entrevista con María O’Donnell en su programa de LN+, 50 Minutos, Rivero apareció de una manera diferente a cuando visitó el ciclo en marzo último. La actriz confesó que ya no era la misma persona que, rígida y con temor, había estado en ese espacio para narrar en detalle su experiencia con el actor durante las grabaciones de la novela Dulce amor. "Me acuerdo perfectamente cuando entré al set a principio de año, mi nerviosismo, mi preocupación por poder transmitir todo y no decir nada de más. Todos esos miedos que tiene una al principio, de tirarse al vacío y no saber qué va a pasar", subrayó Rivero. Los pedidos de disculpas públicos de sus colegas, como Sebastián Estevanez y Eva de Dominici, contribuyeron a aminorar el peso que llevó por años en sus espaldas. El testimonio de la actriz fue clave para los que brindaron luego Coacci, Natalia Juncos y la propia Fardin.
Como consecuencia, figuras importantes del mundo del espectáculo se vieron compelidas a sentar posición al respecto. Marcelo Tinelli cerró su ciclo con un mensaje alusivo. "Tenemos que involucrarnos todos, porque todos queremos dejarles una sociedad mejor a nuestros hijos e hijas. Esta lucha me deja pensando. Nosotros somos hombres de otras generaciones, pero lo bueno es que tenemos que repensar y corregir", manifestó el conductor.
Adrián Suar, quien contrató a Darthés luego del testimonio de Rivero para la tira juvenil Simona, hizo un mea culpa. "Me debatí mucho porque mi dilema era entre lo ético y el rol de la Justicia, y ahí iba yo. Juan [Darthés] me dijo que iba a judicializar al tema, que le diera la oportunidad de llevarlo a la Justicia. Ahí yo dudé y sentí que tenía que darle lugar a lo judicial, y me equivoqué", declaró.
Otro de los productores claves del espectáculo, Gustavo Yankelevich, se refirió a cómo ya no deberían cuestionarse los tiempos de las víctimas a la hora de hablar. "En el espectáculo existe mucho el acoso, o existía mucho, y yo espero que no exista más. Espero que la gente que trabaja en esto sea seria y responsable", expresó el productor.
En ese camino parecen estar las entidades de la industria, en busca de implementar el protocolo de prevención y acción ante el acoso pedido por Actrices Argentinas en esa conferencia. La Cámara Argentina de la Industria Cinematográfica (CAIC) dijo a la nacion que las entidades del sector trabajan en un consenso sobre la prevención de abusos y maltratos que "a la brevedad" podría derivar en un pronunciamiento institucional. Por otro lado, fuentes allegadas a la Cámara Argentina de Productoras Independientes de Televisión (Capit) comunicaron que se está trabajando junto con una institución para la confección de un protocolo. En ambos casos aún no se mencionaron plazos concretos para la difusión ni la puesta en marcha de estas medidas.
La punta del iceberg
"Pasaron dos semanas del testimonio de Thelma. Su palabra fue la llave que abrió el cajón donde se enterraban las experiencias de violencia sexual de muchas otras personas", aseguró a LA NACIÓN la abogada de Fardin, Sabrina Cartabia, que contó que su representada se "fue unos días de viaje para despejarse". Dispuesta a reflexionar sobre el impacto que tuvo la conferencia de prensa del martes 11 y cómo esa acción pública fue apenas la punta del ovillo de una causa que en el futuro habrá que pensar y analizar desde una posición global, afirmó: "No sabemos en qué va a derivar esa ruptura del silencio. Esperemos que sirva para que la sociedad en su conjunto tenga un diálogo sobre la posibilidad de acceso a la Justicia en estos casos y que podamos evitar que otros niños, niñas y adolescentes repitan esa historia de estigma, vergüenza y condena al silencio que aprisionó a Thelma por nueve años, hasta que pudo hablar".
La palabra de Thelma fue la llave que abrió el cajón donde se enterraban las experiencias de violencia sexual de muchas otras personas
Alejandra Flechner, integrante del colectivo Actrices Argentinas, también trazó un balance sobre lo ocurrido. "Sabíamos que todo esto no iba a pasar desapercibido, pero lo que aconteció fue muy impactante, y sigue siéndolo – sostien e–. Se abrió una boca y se abrieron miles de bocas. En lo personal siento que se derribó un dique, que entró el agua y que se puede parar. Es como si todo lo acumulado en estos años hubiese subido un escalón. Para nosotros es muy movilizante. Lo de aquel martes fue mucho más que una conferencia de prensa: fue una verdadera acción política y una acción puerta adentro de la colectiva, ya que nos permitió darnos cuenta de la potencia de nuestro trabajo en una agrupación nueva. A partir de ese momento hubo compañeras amenazadas, hackeos de chats e infinidad de situaciones que nos superaron, pero que nos dieron un real sentido de responsabilidad", afirmó.
Una de las voces más públicas del colectivo fue la actriz y directora Jazmín Stuart, que describe el después de aquel martes histórico: "A partir de la denuncia de Thelma nuestras casillas de correo se llenaron de relatos, de denuncias, y tuvimos que empezar a entrenarnos. Tuvimos reuniones con organizaciones, con abogadas feministas, porque tenemos que tener recursos: saber dónde consultar, adónde derivar y advertir qué más puede hacer el Estado, porque hubo una falla en todo esto. Cuando decimos falla, decimos que tuvo que salir un grupo de actrices a visibilizar esta situación y recién a partir de ese hecho las mujeres se animan a hablar. ¿Cómo puede ser que ninguna campaña, ninguna línea telefónica de ayuda, ningún recurso desde lo judicial haya podido generar conciencia? De ahora en más, nuestra tarea será que la víctima sea tratada como víctima y que no se le ponga una lupa encima. Luego de haber accionado a favor del aborto, de la separación de la Iglesia y del Estado, de haber sostenido la necesidad de una educación sexual integral, ahora fuimos contra la violencia sexual. Hay un eje en todas estas acciones que está ligado con el feminismo y, además, con la soberanía sobre nuestro propio cuerpo. Fue un año cansador, pero estamos más fuertes que nunca", concluyó Stuart.
A partir de la denuncia de Thelma nuestras casillas de correo se llenaron de relatos, de denuncias, y tuvimos que empezar a entrenarnos
Según pudo saber LA NACIÓN, en la última asamblea de Actrices Argentinas se debatió la puesta en marcha de un protocolo junto a organizaciones como Sagai y la Asociación Argentina de Actores, para analizar contratos y convenios de trabajo. "Mientras esa discusión avanza, yo entiendo – apunta Flechner – que la situación de un gira con un elenco con menores ya debe haber cambiado. A partir de la denuncia se generó un punto de inflexión para las empresas contratantes, para las productoras y para los individuos".
Para la industria audiovisual ya no hay posibilidad de ignorar o dar vuelta la página sobre lo que sucede entre sus filas. Las nuevas prácticas que le impuso la agenda pública son de carácter obligatorio y urgente. De hecho, la temporada de verano ya está en marcha (el 14 de enero Calu Rivero regresará a Telefe con Campanas en la noche, junto a Esteban Lamothe y Federico Amador) y los ojos del público estarán puestos sobre los canales por razones muy diferentes de las que se imaginaban apenas hace quince días.
Con la colaboración de Alejandro Cruz
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