Diputados y activistas hablan de la jornada en la que el proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo pasó por el Congreso, mientras una movilización masiva copaba los alrededores
Después de 22 horas de debate que se vivieron como una película de suspenso afuera y adentro del Congreso, esta mañana la Cámara de Diputados le dio media sanción al proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo. La sesión que empezó al mediodía del miércoles terminó en la mañana del jueves, con un resultado ajustado: 129 votos por el Sí, 125 por el No y una abstención. Durante las exposiciones, se escucharon argumentos insólitos contra el proyecto. El diputado Alfredo Olmedo (PRO), por ejemplo, habló de un cementerio de fetos, la diputada Ivana Bianchi (PJ) dijo que el aborto legal “favorece el tráfico de cerebro e hígado de feto” y Estela Regidor (UCR) se preguntó por qué pedir aborto legal si cuando una perra queda embarazada se regalan los cachorros.
Desde afuera, miles de personas siguieron el debate en pantallas gigantes, bailando, cantando, agitando consignas feministas. Había de todas las edades pero la mayoría eran adolescentes: sobre Callao, desde Rivadavia hacia Corrientes, y por todas las perpendiculares, se desparramaba la marea de chicas y chicos con la cara llena de glitter verde que desafiaban a la noche helada con fogatas y campamentos improvisados (o no tanto) sobre el cemento.
Cuando el tablero electrónico mostró los resultados de la votación y las bancas verdes (por el sí) eran más que las bancas rojas (por el no), la calle explotó en una fiesta de abrazos y llanto. La vigilia cumplía 24 horas.
A continuación, seis voces repasan la jornada histórica antes de ponerse en marcha para que la ley pase la próxima estación: Senadores.
Lucila De Ponti - Diputada por Santa Fe (Movimiento Evita)
Lo vivimos con muchos nervios y mucha emoción porque veíamos lo que estaba pasando afuera. Veíamos la expectativa que había y eso generaba mucha emoción pero también muchos nervios porque hasta último momento no teníamos la seguridad de que podíamos darle media sanción a la ley. Íbamos haciendo todo lo posible para conseguir cada voto pero hasta dos horas antes de la votación pensábamos que perdíamos. Y teníamos una preocupación grande por cómo comunicarlo, qué iba a pasar, cómo seguíamos después de eso. Cuando aparece la información de que dos diputados de La Pampa (Melina Delú y Ariel Rauschenberger) iban a cambiar su voto y después se sumó un diputado más del PRO (Gastón Roma, de Tierra del Fuego), fue una satisfacción enorme porque finalmente teníamos los votos para aprobarlo. Es obvio que hay cuestiones en las que nunca nos vamos a poner de acuerdo con los diputados del PRO, en cuanto a proyecto económico estamos en lugares opuestos, pero lo que sucedió con esto es que había un consenso transversal que tiene que ver con la agenda del feminismo y del movimiento de mujeres que genera que muchas mujeres y hombres de distintos bloques nos pongamos de acuerdo en trabajar para que ciertas cuestiones se concreten.
Los senadores y senadoras estuvieron mirando lo que pasó ayer: vieron ese Congreso rodeado de miles y miles de mujeres que fueron a exigir esto y me parece que lo van a tener en cuenta para acelerar los tiempos de la ley. La movilización fue fundamental para que se terminen de juntar los votos que faltaban. Sin la movilización no se aprobaba y sin la lucha del movimiento de mujeres de estos años la ley del aborto nunca hubiera llegado al tratamiento en el Congreso.
Daniel Lipovetzky - Diputado por la provincia de Buenos Aires (Cambiemos). Presidente de la comisión de Legislación General y moderador del plenario de comisiones que se llevó a cabo en el Anexo de la Cámara Baja.
Fue una jornada larguísima, un día con muchas sensaciones, que arrancó con un grandísimo honor que fue el de abrir ese debate histórico en el que por primera vez un proyecto de legalización del aborto llegaba al recinto de la Cámara de Diputados. Fue una jornada con muchos vaivenes: no paramos un minuto, por supuesto no dormí en toda la noche, y realmente lo viví mucha tensión y con sensaciones muy ambivalentes: momentos de euforia, momentos de más pesimismo, pero siempre sabiendo que esto se iba a definir momentos antes de la votación. Veníamos trabajando con varios diputados, apuntábamos a quienes no habían hecho público su voto y tenían muchas dudas.
Esta sesión es inolvidable por un montón de razones: en primer lugar por el proceso de construcción previa que hubo, de abrir el debate a la ciudadanía como lo hicimos. Tampoco se da muchas veces que haya libertad de conciencia en la votaciones y eso generó una nueva manera de construir mayorías dentro de la Cámara. Además, el clima afuera era impresionante. Con otro grupo de diputados nos escapamos a las siete de la tarde y fuimos a recorrer: era emocionante ver a miles de jóvenes, todas con sus caritas de ansiedad y de esperanza de que pudiéramos aprobar la ley. Cuando volvimos tratamos de transmitirle esto a los que estaban dudosos: le dijimos ‘s impresionante la cantidad de gente que hay” y creo que eso influyó en la decisión de algunos: ver el compromiso y lo multitudinario del acompañamiento de la ciudadanía, sobre todo de los jóvenes.
Sabrina Cartabia - Abogada, miembro de la Red de Mujeres.
Estuve en la calle toda la noche. Lo viví con mucha emoción y con mucha certeza de que iba a salir y eso era lo que se vibraba en la calle. No sé cuántas éramos, pero no recuerdo otro evento de estas características. El pulso fue muy feminista, nos la pasamos cantando consignas feministas, hubo muchos abrazos, mucha emoción. Los argumentos de los diputados que se opusieron no me sorprendieron porque lo que hicieron fue reproducir los argumentos de baja calidad que habían llevado a las audiencias informativas en el plenario de comisiones. Evidentemente están cerrados a poder comprender: nosotras fuimos con argumentos científicos, probados, con fuentes internacionales de derechos humanos, de tribunales internacionales y en lugar de eso ellos llevaron falacias. No estuvieron interesados en aprovechar el proceso que se dió en las audiencias para aprender, sino que se quedaron fijados en su postura. Y muchos argumentos fueron muy ridículos y muy misóginos. A esta altura de la historia argentina y con la enorme movilización, si tenemos suerte y a partir del próximo recambio del Congreso, que vamos a tener la paridad legislativa, espero que esas posturas tan retrógradas y discriminatorias que no respetan el mandato constitucional de igualdad de las mujeres empiecen a ser cada vez menos en el Congreso.
Victoria Donda - Diputada Nacional por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Libres del Sur)
Lo vivimos con mucho nerviosismo pero siempre tuvimos la tranquilidad de que lo ganábamos. Con la cantidad de gente que había en la calle era imposible perder esa votación y eso nos llevó a tener las mejores estrategias para lograr el mejor dictamen que contuviera los votos necesarios para poder sacarla. Hay leyes que se ganan en la calle y después se votan en el Congreso. En general las leyes que son buenas para la sociedad primero se ganan en la calle, en la sociedad: el matrimonio igualitario lo habíamos ganado en la sociedad, después lo votamos en el Congreso. Yo no recuerdo ninguna sesión como esta. Quizás la Ley de Medios, que fue voto a voto, pero no recuerdo otra sesión que reúna las dos condiciones: mucha gente en la calle y paridad. En Senadores entra con mucha más fuerza: ya Pichetto manifestó su apoyo, también el bloque del Frente Para la Victoria, el bloque radical. Esto tiene que ver con la sanción de Diputados y con la marcha de un millón de personas. Los senadores no son suicidas.
Ruth Zurbriggen - Referente de la organización Socorristas en Red y La Revuelta (Neuquén)
Yo hace muchas semanas que venía sintiendo que ya habíamos ganado. Así lo dijimos las socorristas antes de estuviera sellada la media sanción: ganar en el sentido de todo lo andado y acumulado en estos meses de tanta masividad con el reclamo y de tanta sensibilización social. Está claro que lo que ganó en estos meses fue la indignación con la clandestinidad. Y esa indignación se plasmó en una marea imparable que nos permitió conseguir esa media sanción. Esta cosa de lo diputados y diputadas indecisos que a último momento no decidían su voto nos tuvo en vilo toda la noche. Esta ley no es de ningún gobierno, es la ley del feminismo que como movimiento sabe articular de una manera impresionante, y sabe tocar las fibras más íntimas para que haya semejante movilización en la calle. Acá hablamos de aborto pero de mucho más: estamos hablando de política feminista y cómo nos está impregnando en muchos sectores.
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