Me verás volver, el séptimo día
En el espectáculo de Cirque du Soleil, los ex integrantes de Soda, Charly Alberti y Zeta Bosio, estarán a cargo de la producción musical, con el aval y el apoyo de la familia Cerati
Cuando el 9 de marzo empiece a andar Séptimo día, el espectáculo con el que el Cirque du Soleil imagina a Soda Stereo, el trío de Gustavo Cerati, Zeta Bosio y Charly Alberti abrirá una nueva burbuja en el tiempo. Quizás no sea como lo soñaron después de la gira de regreso de 2007, volviéndose a juntar "cada cinco años", como cuentan el bajista y el baterista, pero será un retorno que hasta ayer nomás sonaba futurista.
El viejo y querido Luna Park será por un buen tiempo la casa de Séptimo día, antes de que emprenda una gira por América latina a la medida de la obra, el mito y los sentimientos que Soda despertó en su "patria grande". En enero la sala quedará a disposición del espectáculo para dos meses de armado primero y ensayo después. Y a partir del 9 de marzo comenzarán las funciones que, en principio, serán 20. Mañana comenzará una preventa para clientes del banco BBVA Francés y el 10 de agosto se iniciará la venta general. Para la preventa, los tickets, que parten de 680 pesos, sólo se podrán adquirir online en www.areaticket.com.ar. Luego también podrán comprarse en la boletería del Luna Park.
A Séptimo día se lo emparienta con Love, consagrado a The Beatles y One, dedicado a Michael Jackson. Ambos son espectáculos temáticos que distan de los shows que el Cirque du Soleil suele traer a la Argentina. Y como ellos, la que manda es la música original. No habrá una banda que interprete las canciones, sino que la música emanará de las cintas originales del trío, recientemente digitalizadas y remasterizadas por Zeta, Alberti y Adrián Taverna (el histórico sonidista de Soda) en el estudios Unísono, que creó Cerati, y que hoy es protegido por su familia.
"Tiene algo de especial este show y es el hecho de reencontrarnos con la historia viva de nuestra música", señala Charly Alberti. "Y lo hicimos a través de haber digitalizado las cintas -agrega- para poder trabajar directamente con el material original. En el momento que vos ponés Vitaminas («Te hacen falta vitaminas») y empezás a escuchar la voz de Gustavo (Cerati) sola, la batería sola, lo que decíamos en el medio... se produce algo mágico. El otro día nos moríamos de risa con Zeta con «Mi novia tiene biceps». ¡Las cosas que decíamos y que no se escuchan en el disco! Como coros que en su momento muteamos (quedaron ocultos). Esta tarea es como viajar en una máquina del tiempo. Logramos transportarnos a esa época y es emocionante todo lo que nos está pasando."
A diferencia de Love, donde Paul McCartney y Yoko Ono se acercaron a ver los ensayos cuando el resultado de la obra estaba a punto de llegar a su ideal, en Séptimo día los integrantes de Soda (con el aval y el apoyo de la familia Cerati y la producción de Roberto Costa, Diego Saenz y el mánager de la banda, Daniel Kon) tienen a su cargo la producción musical del espectáculo.
"Cuando hacés un disco no tenés límites, das rienda suelta a tu creatividad -sostiene Alberti-. Acá no hay límites pero sí tenés directrices que tienen que ver con el tiempo. Este acto tiene que durar 4 minutos y medio y por ahí la canción que lo musicaliza dura 4 minutos. No nos olvidemos que el espectáculo, si bien está basado en la música de Soda, cuenta con una serie de acróbatas que van a generar coreografías alucinantes para cada una de las canciones. Es un ida y vuelta en el que dejás de pensar en 2D para hacerlo en 360°."
"Los temas van a estar altamente intervenidos, en reversiones, en mezclas", comenta Zeta. "Nosotros acompañamos el proceso creativo. Michel (Laprise, director de Creación del Cirque du Soleil) cranea la obra, nos tira pautas y nosotros vemos cómo musicalizar esas ideas. Estamos llegando al formato final de la obra, ya la podemos visualizar. Calculo que en un mes nos meteremos a mezclar el sonido definitivo."
Entre similitudes y diferencias con las otras creaciones de la compañía canadiense creada por Guy Laliberté, la alianza de Soda y el Cirque será la primera en la que parte del público estará ubicado en el campo, espacio donde sucederán varios momentos del show. Allí la interacción acróbatas-público será total. Y sorpresiva.
Si alguna vez los Kiss imaginaron que la banda podía seguir sin ellos, con músicos más jóvenes, aquí Zeta y Charly podrán concretar aquello de ser público de su propio arte. Desde el 9 de marzo verán Séptimo día (sí, el título tiene que ver con la canción de Soda "(En) El séptimo día") como espectadores. Y como tales se asombrarán con el planeta Soda Stereo, una estructura madre que contendrá a los artistas y en la que la música, las letras y los sentimientos que generó el trío a lo largo de su historia cobrarán una nueva vida.
Setenta y siete personas compondrán el staff en gira (35 artistas y 42 técnicos). Y, como siempre sucede con el Cirque, ese staff es una suerte de "naciones unidas": hay artistas rusos, norteamericanos, canadienses, franceses, japoneses, mexicanos y un argentino.
"En el comienzo fue un big bang y fue caliente", canta Cerati en el tema que inspira el título de esta obra. Y esa seguramente sea la primera sensación que se producirá dentro de 220 días.
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