Matrimonios en escena. Cuatro artistas de prestigio comparten hogar y escenario
Malena Figó y Claudio Da Passano trabajan juntos en la obra El reproche, de Víctor Hugo Morales; y Mara Bestelli y Marcelo Subiotto, en Tóxico, de la holandesa Lot Vekemans; cuentan cómo manejan los egos, las discusiones y los deseos
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Levantarse del lado acostumbrado de la cama, cocinar eso que les gusta a ambos, repasar la lista del supermercado entre el baño y el balcón, ensayar un rato en el living, discutir sobre algún olvido y, al caer el día, salir hacia el teatro donde ambos suben al escenario para interpretar a una pareja. A veces, la rutina matrimonial puede ser así, cuando actrices y actores unidos en la vida coinciden en el trabajo. En este momento, dos obras son protagonizadas por sendos pares de amores consolidados: Mara Bestelli y Marcelo Subiotto, en Tóxico, de la holandesa Lot Vekemans y dirección de Pablo Di Paolo, en El extranjero, y Malena Figó y Claudio Da Passano, en El reproche, de Víctor Hugo Morales y dirección de Julieta Otero, en El Picadero.
Poco tiene que ver con aquellas duplas que formaban una pyme con marca propia como Carmen Barbieri y Santiago Bal, antes José Cibrián y Ana María Campoy, y después Dorys del Valle y Emilio Disi, últimos estertores de las compañías teatrales familiares. Tampoco se trata de figuras populares que levantan revuelo –y esperable taquilla– cuando trabajan juntas como Nancy Dupláa y Pablo Echarri o Selva Alemán y Arturo Puig. En este caso, son cuatro prestigiosos intérpretes, amigos entre sí y compañeros en varias oportunidades, que coinciden en el arte y el trabajo, la rutina y el amor.
“No fue una decisión pasar tantos años sin trabajar juntos, se fue dando así”, dice Mara Bestelli sobre las escasas veces en que coincidieron con Marcelo Subiotto. Hubo una, hace mucho, cuando se conocieron en una obra de Daniel Veronese, Espía a una mujer que se mata (donde también participó Malena Figó), estrenada en 2006. Justo antes de la pandemia, ambos filmaron Piedra noche, de Iván Fund (ahora en el Gaumont) y volvieron a encontrarse en un escenario a fines del año pasado en una gira por Alemania de Los años, de Mariano Pensotti, aún no estrenada en la Argentina. “Nos dimos cuenta de que debíamos volver a hacerlo, de que nos encanta trabajar juntos”, dice Bestelli. Y apareció la oportunidad, el restreno de Tóxico, obra que en 2020 sólo llegó a completar seis funciones con sus dos protagonistas, Bestelli y Javier Pedersoli, actor que este año ya no podía sumarse. Era necesario un reemplazo y estaba cerca, sólo había que preguntarle. “También estoy contento, es todo a favor, disfruto mucho de trabajar con Mara, compartimos el mismo imaginario sobre la actuación, nos entendemos muy bien, sé que será un hermoso recorrido”, dice Subiotto.
Un hombre y una mujer se reencuentran tras nueve años de silencio, cuando se separaron. Perdieron un hijo y han afrontado esa tragedia de diferente forma. Ya son casi extraños. “La autora es holandesa y hay otra forma de expresar los sentimientos, distinta a la nuestra. Tuvimos que explorar otros lugares que no sean las explosiones emocionales, viscerales”, dice Bestelli sobre el tipo de actuación.
La otra pareja, al lado, pregunta si van a tener el mismo espacio que los otros. “Nosotros trabajamos juntos diez veces, les ganamos”, dice Claudio Da Passano, el más locuaz, con un vozarrón que rebota contra las limonadas y los cafés, dispuesto a reírse de todo, hasta de su parecido con Ron Perlman: “Ah, si, me lo han dicho, ¿es ese que siempre hace de hombre prehistórico?”.
Primera obra del periodista Víctor Hugo Morales, en El reproche (una pequeña comedia sobre la mentira) Malena Figó y Da Passano interpretan a una exitosa pareja de periodistas, a quienes visita una amiga (Mayra Homar). Cuestiones del pasado, los celos y la negación a nuevos paradigmas del amor provocan un quiebre donde todo parecía estar bien. Escrita durante la pandemia, se estrenó el año pasado como radioteatro por AM 750 en un ciclo dirigido por Marina Glezer (ahora productora de la obra teatral), con Cecilia Roth, Marcelo Subiotto y Divina Gloria. Luego, apareció la posibilidad de llevarlo a escena, con dirección de Julieta Otero y otro elenco.
“Cuando escuché el mensaje de Julieta (Otero) me emocionó porque lo admiro mucho a Víctor Hugo desde siempre, de escuchar su relato de los goles, y su cabeza, su pensamiento, me emocionó mucho. Nos había visto en El río en mí, de Francisco Lumerman, y cuando le dijeron nuestros nombres le encantó”, dice Figó, asentida por Da Passano: “Dijimos que sí antes de leerla, algo que uno no hace nunca, pero esto es más que una obra, es un evento. Además es muy placentero trabajar con ella, es muy inteligente, una alegría estar con ella en un escenario. Por ahí, abajo, no sé...”, dice dejando el pie justo para que Subiotto complete con “por eso hacen tantas obras”. Efectivamente, hicieron muchas (Jettatore, La resistible ascención de Arturo UI, Un hombre que se ahoga, Toc Toc...) desde aquel flechazo en El himno, de Claudio Nadie, en 2003. Ambos son hijos de actrices y actores: Claudio, de María Rosa Gallo y Camilo da Passano, y hermano de Alejandra; Malena, de Elena Petraglia y Daniel Figuereido, y hermana de María Figueras. “Tenemos las mismas imágenes de chicos, de ver a nuestros padres trabajar, de correr por los teatros, eso nos identifica, compartimos un pensamiento parecido sobre la profesión”, dice Figó.
A pesar de toda esa experiencia acumulada por los dos, El reproche tiene algo de debut porque es la primera vez que personifican a una pareja. “La obra trata, con humor porque no deja de ser una comedia, sobre la posesión, un conflicto eterno, un concepto armado hace miles de años y que ahora, por suerte, se está cuestionando. En cuanto al texto, Víctor Hugo no es autor teatral y el teatro es muy difícil de escribir. Él escribió diálogos muy buenos con su estilo, como es él, muy caballeresco. Hubo que llevar eso a algo más cercano, lo soltamos un poco, le pusimos acción pero es la obra que él escribió a la que le dimos lenguaje escénico”, explica el actor.
–Los cuatro son, en este momento, pareja arriba y abajo del escenario. ¿Qué les resuena del texto, qué ponen de ustedes?
Da Passano: –Las cosas propias se cuelan inevitablemente porque hay mucha intimidad después de tantos años y no sos consciente, no son buscadas. Es muy permeable, siempre te resuenan cosas tuyas con un personaje y más todavía se se trata de un vínculo.
Subiotto: –Siempre te resuenan cosas, te gusten o no, pero tenés que elegir, no podés llevarlo a tu mundo porque el personaje se achata, empezás a perder parte de ese material si te regodeás con lo tuyo, el personaje te pide que lo investigues.
Bestelli: –Hacemos a una ex pareja que son lo opuesto a nosotros y eso está bueno porque te despegás e imaginás
Figó: –Es una manera de compararte con otros comportamientos de pareja porque yo no reaccionaría como mi personaje en El reproche.
–¿Se critican, se elogian, comparten opiniones de otros? ¿Cómo manejan los egos?
Figó: –Yo le digo cosas a él que a un compañero no le diría, tenemos la confianza como para decir con franqueza.
Da Passano: –La confianza es lo fundamental porque sé que si me discute es por algo artístico, no es por egos y eso es necesario para hacer teatro. Si a ella le gusta cómo actúo, mi ego está satisfecho y después no me importa si viene un boludo y me manda a estudiar actuación.
Bestelli: –Está la obra por delante, no hay egos, hay que hacerlo.
Subiotto: –El ego es el tema tabú de los actores, es el dedo en la llaga, querés ser querido, querés ser visto, aún cuando en lo personal odies eso. Exponerse todo el tiempo a la mirada del director, del público, de tus parientes, del que sabe mucho y del que no sabe nada, exponerte todo el tiempo, ahí esta el ego te guste o no te guste, eso hay que trabajarlo porque sos alguien que siempre va a recibir el juicio de otros, arriba y abajo del escenario.
–¿Qué la obra funcione o no influye en la relación?
Da Passano: –No es lo mismo trabajar después de una discusión, quizá sea atractivo en el escenario, pero pasa otra cosa.
Subiotto: –Si la obra funciona y todo lo que pasa es feliz, se fortalece el vínculo. Cuando no anda, no te llevás bien con el elenco, el vínculo sufre y esas cosas pasan, nadie está a salvo.
–Mito o verdad: ¿se sienten celos cuando la pareja tiene escenas románticas o eróticas con otro/a?
Bestelli: –Es feo. No me gusta, sufro, me pongo mal. Te lo tenés que bancar porque sabés que después te puede pasar a vos.
Subiotto: –No está bueno pero es así.
Da Passano: –Yo como no soy un sex symbol, a mí no me pasa.
Subiotto es padre de dos hijos de una unión anterior, y con Bestelli no tienen hijos; Da Passano y Figó tienen una hija adolescente llamada Vica, presente en esta nota y que dice no interesarle la actuación sino dibujar. Por otro lado, sus padres también se dedican a la fotografía: Claudio hizo las fotos de la obra Fuera del mundo, de Raúl Brambilla, donde trabaja Malena con Marcelo Mininno (vuelve al Teatro del Pueblo el 5 de marzo) y Malena hizo las fotos de Terrenal, de Mauricio Kartun (en su noveno año, hasta fin de marzo de Caras y Caretas).
–¿Qué proyecto les gustaría hacer juntos?
Da Passano: –Hace tiempo que estamos pensando en algún clásico del Siglo de Oro o una tragedia griega o algún Shakespeare. Es complejo, hay muchos personajes, puede ser versionada como El río en mí, que es una versión de El malentendido, de Albert Camus. Ya va a aparecer.
Subiotto: –Estábamos en esa búsqueda cuando apareció esto. Queremos buscar algún cuento y adaptarlo.
–¿Qué les pasa cuando escuchan escándalos mediáticos de parejas famosas? ¿Toman partido por alguno?
Da Passano: –Cero. No nos identifica nada de ese mundo, no nos resulta interesante,
Subiotto: –Hay que tener esa cabeza.
Da Passano: –Pero, además, no tenemos con qué, ¿a quién le importa? ¿qué escándalo puedo provocar? ¿Bajarme los pantalones? ¡Llaman al hospital!
PARA AGENDAR
Tóxico, de Lot Vekemans, dirección de Pablo Di Paolo. Sábados, a las 22.40, en El Extranjero, Valentín Gómez 3378. $ 1000.
El reproche, de Víctor Hugo Morales y dirección de Julieta Otero. Jueves, a las 20, en El Picadero, Pje. Enrique S. Discépolo 1857. $ 1500.
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