Matías Mayer: de Historia de un clan al Gran Rex
El actor que interpretó a la primera víctima de los Puccio será parte del megarecital Sres. y Sres. del musical esta noche; el recorrido de un joven de 25 años que hace carrera entre los grandes
La carrera de Matías Mayer parece un cuento de sueños que se cumplen. En un viaje iniciático a Nueva York, donde tomó cursos y seminarios con los más grandes de Broadway, conoció la obra que era un suceso en ese momento: Next to normal. Le fascinó. Como un actor que practica el parlamento de Hamlet hasta el cansancio por si alguna vez logra encarnar al príncipe de Dinamarca, Matías ensayó el papel del hijo de la pareja protagónica de ese musical convencido de que alguna vez lo interpretaría. Cuando se anunció que Next to normal llegaba al país, no lo pudo creer. Se anotó en las audiciones y dio todo de sí. Quedó, ganó premios y estuvo tres años en cartel. A veces, si uno desea algo con mucha fuerza, sucede.
Con solo 25 años, Matías Mayer es ahora un nombre que crece en la escena porteña. Casi normales le significó además de su trampolín a la calle Corrientes, una andanada de fans que lo siguen por todas partes, y nuevas propuestas que no paran de llegar. Este año hizo otro musical importado, esta vez del West End, Ghost, y luego se convirtió en la primera víctima de los Puccio en Historia de un clan, la miniserie de Underground que se impuso como la mejor ficción del año televisivo. Su personaje, Federico Olsen (nombre ficticio para Ricardo Manoukian, el primero de los secuestrados y asesinados por la banda criminal liderada por Arquímedes Puccio en los 80), tuvo mucho desarrollo en los primeros capítulos de la serie y significó un enorme crecimiento para Matías como actor porque tuvo que adaptarse a un nuevo lenguaje como lo es el televisivo (si bien ya había incursionado en este medio de la mano de Cris Morena en la serie Jake y Blake). Tras la emisión del primer capítulo de Historia de un clan, en septiembre pasado, otra buena noticia: se integraría al grupo de Tu cara me suena en lugar de Pablo Martínez. El reality le ofrecía el combo perfecto: encarnar a un personaje (una celebridad de la música), en un cuadro musical donde debía cantar, en televisión, y ante una audiencia de millones de espectadores.
Sin dudas, un año provechoso para este artista que tendrá su broche de oro esta noche, en el recital Sres. y Sres. del musical, dirigido por Pablo Gorlero y Ricky Pashkus, y la batuta de Angel Mahler, que tendrá lugar en el Gran Rex y lo pondrá en el mismo escenario con figuras de la talla de Raúl Lavié, Pepe Soriano, Rodolfo Valss, Juan Rodó, Pepe Cibrián Campoy, Alejandro Paker, Gustavo Monje, y de jóvenes exponentes que vienen marcando el pulso del musical argentino como Germán Tripel, Mariano Chiesa, Eliseo Barrionuevo, Pablo Sultani y Roberto Peloni.
"Me convocaron a mitad de año. Les dije que sí enseguida porque es un honor para mí. Me encanta que se hagan este tipo de shows. Es como si viviera en un sueño todo el tiempo. Porque si me pongo a pensar hace cuatro años empecé con Casi normales y empecé a ser parte de este círculo. Y si me preguntabas hace cuatro años si me veía con todas estas bestias te decía ni cerca. Manejo mi nivel de disfrute porque todo es demasiado increíble"; cuenta Matías en diálogo con LA NACION. Dice que está nervioso pero quienes siguieron su breve pero intensa carrera pueden estar seguros que no va a defraudar. Matías se para con solidez en el escenario y sabe cómo hechizar a una platea. Anticipa que cantará una canción de Aída, hará un dúo con Germán Tripel de La historia sin fin, y un cuadro colectivo de Chicago.
"Este espectáculo es un homenaje al género y a aquellos que hacen musicales todos los años. Para nosotros, como intérpretes, es un regalito, poder hacer un show entre colegas, es un disfrute", comenta.
Pese al gran año que todavía transita, no se duerme en los laureles. Cuenta que está saliendo de un casting para una ficción de afuera y está entusiasmado con un nuevo proyecto teatral para el 2016: hará Filomena Marturano con una verdadera selección de actores como lo son Claudia Lapacó, Antonio Grimau, Natalia Cociuffo y elenco.
-Venías haciendo teatro y este año saltaste a la popularidad televisiva. ¿Cómo te cambió la exposición que significa estar en la pantalla chica?
-Es impresionante cómo cambia la televisión el alcance que tiene es realmente impresionante. Me sorprende todos los días. Hasta el momento internamente no me doy cuenta que eso cambió. Para mí sigo haciendo lo mismo. Pero sí de repente me shockea porque alguien me pide un autógrafo, porque eso sí que no pasaba. Ahí es cuando digo, ah, claro. Si no internamente lo vivía como lo que hacía antes, como algo divertido. Todo lo que hago me divierte.
-¿Cómo llegaste a Historia de un clan?
-Tenía muchas ganas de trabajar con Underground. Vi sus productos, siempre me parecieron de altísima calidad, y me llamaban la atención, me interesaban. A principios de este año me junté con Pablo Culell, a él le gustan los musicales, vino dos veces a Casi normales, y siempre con palabras de elogio para mi papel. Le dije que me gustaría hacer un casting para Underground. Me llamaron en febrero. Me estaban viendo para el papel de uno de los amigos del Chino Darín, hice el casting, gustó y a las semanas me probaron para otro personaje que es el de la primera víctima. Fui dos veces, y después tuve una reunión con Luis Ortega donde hablamos del personaje.
-Ya estabas en el elenco...
-No me lo esperaba. O sea, quedar en un papel, sí, pero lejísimos de lo que terminó siendo. Y cuando supe que el elenco era Alejandro Awada, Cecilia Roth, y todo ese elenco de bestias, pensé "qué hago acá". Me agarró cierto vértigo. Me dio miedo. Me preguntaba "¿estaré a la altura?" Pero eso también me llevó a dejar todo en la cancha. Era una oportunidad única. No me quería arrepentir.
-Si bien es secundario, tu personaje tuvo mucho desarrollo. ¿Cómo lo creaste?
- Tenía una responsabilidad grande. La historia arranca con el caso de mi personaje. Tiene que estar bien contado para que sea interesante. Yo estoy estudiando actuación con el Indio Romero [director de Casi normales], y cuando supe que había quedado lo llamé y le dije necesito juntarme con vos para que me ayudes con esto. Charlamos del personaje, de cómo me aconsejaba él que lo hiciera. Y fui encontrando cosas. Por ejemplo, los días que tenía escenas muy dramáticas en la bañera, dormía tres horas la noche anterior para estar más demacrado y sentirme más vulnerable.
-¿Cómo es Luis Ortega como director?
-Es increíble. Tengo gran afecto hacia él. Siempre que terminaba algún capítulo, le decía "sos el auténtico número uno". Tiene una mirada que poca gente tiene. Una sensibilidad distinta. Se la juega, se anima. Es excelente. Creo que todos coincidimos en que lo que fue la serie, un 80% es únicamente mérito de él. Tenía una dirección muy clara. Cuando tenés un director que sabe lo que quiere, es un placer. También creó un ambiente de grupo. Me encariñé muchísimo con el grupo. Eso empieza desde la cabeza, que es el director y los productores, Sebastián Ortega y Pablo Culell, claro.
- Después del musical y la miniserie, el reality show. ¿Qué te deja la experiencia Tu cara me suena?
-Es muy loco, muy divertido. Mucha adrenalina, mucho nervio. Una cosa es hacer un cuadro musical en el teatro, una función y otra en tele. Me siento cómodo en este formato más parecido al musical. Nunca había incursionado en lo que es imitar. Son muchos desafíos y estoy aprendiendo un montón. Se trata de jugar, de divertirse, que es lo que hacemos los actores.
-¿Te preocupa la exposición mediática que implica la pantalla chica?
-Mi interés está por otro lado. Puede pasar que te asocien con cosas mediáticas pero no me asusta porque no me interesa ese lado. Me interesa actuar, cantar, y hacer ficciones. Mi vida privada es mi vida privada, no me interesa mezclarlo.
-Es decir que no harías un "Bailando por un sueño"...
-No, no lo haría, me parece respetable, pero a mí no me interesa. No soy bailarín, no siento que la pasaría bien, no me interesan ese tipo de programas.
-Como referente del musical, ¿cuál es tu balance de este año en lo que respecta al género?
-Me parece que es alevoso cómo crece el musical, sobre todo por lo que se autogestiona. Ayer fui a ver Los Monstruos. Esa obra está escrita por dos chicos muy jóvenes y realmente me dejó boquiabierto. Tienen un grado de perfección el libro, la música, que los vi y les dije sigan haciendo musicales porque es lo que más necesitamos. Gente que escriba. Me gusta que vengan musicales de afuera porque allá es una industria y se toman el tiempo de mejorar las obras antes de estrenarlas, y después, una vez que las estrenan allá, llegan acá con años de trabajo. Me encantaría que eso sucediera acá también. Que nuestros musicales siempre estuvieran trabajados así.
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