Martín Fierro 2024 a la TV: una noche glamorosa, a la que le faltó emoción y le sobraron minutos
Pasó otra ceremonia de los premios de Aptra y dejó en claro, más que nunca, que la pantalla chica necesita renovarse y también volver a sumar figuras y contenido
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“¡Pampita! ¡Susana! ¿Quién llegó? ¿Quién es? ¿Quién baja de ese auto? ¡Fijate!”. Todas estas expresiones y otros tantos gritos más se podían escuchar en las puertas del Hilton, el lunes pasado. Claramente, la entrega número 52 de los premios Martín Fierro a lo mejor de la televisión 2023, organizada por la Asociación de Periodistas de la Televisión y la Radiofonía Argentinas (Aptra) y Telefe, no pasaba inadvertida. Curiosos, agentes de seguridad y miembros de la organización de la gala se agolpaban alrededor de la entrada del hotel, que estaba cubierta por un gran vallado. Caía una leve garúa sobre la calle.
Ir ese día al hotel era encontrarse con ese mundo de gente que iba y venía, sentir el nerviosismo de un espectáculo que está a punto de empezar. Igual, el reloj marcaba las 20, y si bien el desfile de famosos por la alfombra azul ya había empezado hacía rato, todavía faltaba para el plato fuerte un poco más de una hora. Llegar temprano a estos eventos siempre es conveniente porque se puede recorrer el salón tranquilamente, mirar las mesas, las ubicaciones de los famosos y saber también a dónde van a apuntar principalmente las cámaras. Además, ver si las mesas tienen alguna diferencia entre sí (por ejemplo, las mesas de Susana y Mirtha, la número 1 y la 2, tenían este año un velador diferente al resto) o quién se sienta con quién... A veces solo con mirar y prestar atención, nacen algunas historias.
Como en la edición anterior de los Martín Fierro, para entrar al hotel, los periodistas, camarógrafos y fotógrafos tenían que acreditarse antes y luego, una vez en el lugar, accedían desde el restaurante El Faro, ubicado al costado del hotel, por la calle Olga Cosettini. De todas maneras, para llegar hasta ahí, había que sortear a varios agentes de seguridad. Ya con la cinta puesta de la alfombra azul o la invitación al salón Pacífico, se estaba listo, o lista, para moverse libremente. Por supuesto, con el celular en la mano, un gran aliado para este tipo de eventos, pero también un dolor de cabeza si se queda sin batería o si en algún momento anuncia que no tiene más espacio para guardar videos o fotos. En tiempos de redes sociales, todo se “vuelve mostrable”, desde los famosos que desfilan por la alfombra hasta el detrás de escena de todo eso. En una noche así, las fotos y los videos se acumulan en el carrete del celular: la entrada al salón, los detalles de las mesas, el escenario, los primeros famosos que llegan… Foto, foto, video y más fotos. Y también, por qué no, alguna que otra selfie de recuerdo.
Una ceremonia como esta lleva muchos días de preparación, de coordinar equipos, de “vestir” el hotel y el salón (un trabajo que llevó adelante el equipo de Ambientación y Escenografía de Telefe durante cuatro días), de confirmar la presencia de los famosos, de cerrar la lista de los invitados... Hay muchas cuestiones que tienen que salir bien, mucha gente involucrada para que al comenzar la ceremonia todo salga según lo planeado. Para este Martín Fierro primero se habló de una lista de 600 invitados, después creció hasta 650 y finalmente se preparó el salón para 700 comensales distribuidos en 70 mesas con 10 sillas cada una.
Por supuesto, en la gran noche de la televisión las miradas están puestas en las máximas divas locales: Mirtha Legrand y Susana Giménez. Y uno de los grandes momentos de la velada ocurre cuando se juntan a charlar, una breve conversación de la que Wanda Nara participa, aunque al principio le da vergüenza sumarse. De ahí sale la foto de la que se habló durante toda esta semana. Otra postal de la noche también la tiene a Mirtha de protagonista, y es cuando la diva decide pararse para ver, emocionada, el clip del In Memorian, que repasa todas las figuras que se murieron en el último tiempo.
Para alguien que ama la televisión desde niña y puede amalgamar su vida a diferentes programas de televisión (desde ver novelas de Verónica Castro o Luisa Kuliok a la hora de la siesta con sus abuelas a los programas de humor de Alberto Olmedo, o las charlas adolescentes sobre el galán de turno, o el zapping furioso entre Amigos son los amigos y La banda del Golden Rocket, o divertirse en familia con los programas de entretenimiento de Berugo Carámbula o los domingos con Tato Bores), estar en una fiesta como la de los Martín Fierro es como un patio de juegos o algo parecido… Sí, o algo así, porque después golpea la realidad de una televisión en crisis, que pareciera no poder encontrarle la vuelta para recuperarse; o de una ceremonia que se extiende más de la cuenta por unos largos discursos de agradecimiento que no llegan a emocionar… Esa chispa inicial de los ojos de niña se apaga para prestar atención al reloj y ver cuánto tiempo falta para el cierre de una noche larga, que se coronará con el Oro a Telefe Noticias, en un salón casi vacío.
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