Marilina Bertoldi, tras ganar el Gardel de Oro: "El rock hecho por hombres murió hace años"
En el primer estribillo de la primera canción de Prender un fuego, el disco que le acaba de valer el Premio Gardel de Oro, Marilina Bertoldi canta "Quiero avisarles algo: antes estaba enojada y ahora estoy preparada". Y esos versos tienen ahora un correlato con la actualidad que no deja dudas de sus intenciones como referente, tanto musical como femenino: "Si me dan este premio, saben que esto es lo que viene con él", dice en conferencia de prensa apenas terminada la ceremonia en la que remarcó ser la primera lesbiana en ganar la estatuilla.
Si la ceremonia tuvo a la reivindicación de la mujeres en la música argentina como objetivo primordial, que Marilina Bertoldi haya ganado el premio mayor funciona como una coronación necesaria, además de merecida. Se trata de una artista mujer, la segunda en la historia de los Premios Gardel (la anterior había sido Mercedes Sosa en 1999), pero también es la primera vez que se premia a un artista no mainstream. "Es bisagra dependiendo de lo que viene", advierte la cantante y guitarrista bien consciente del juego de la industria. "Sí, porque podemos cumplir ahora con el cupo... pero pueden venir otros 19 años sin que ninguna mujer gane un premio como este". Y agregó: "Lo más importante, porque era lo más difícil, es que premiaron a un artista nuevo. El under es algo que está sucediendo, y está invitando a ver artistas nuevos todo el tiempo".
- ¿Cuán preparado tenías el discurso por si ganabas el Gardel de Oro?
- Sabía que quería hablar de lo que había visto, que Mercedes Sosa fue la única mujer en ganar este premio. Lo de lesbiana no quería decir pero lo dije… ya lo había dicho otra vez y no quiero repetir cosas. Estos espacios son muy grandes y hay que aprender a usarlos. Me faltó agradecerle a Pelo Aprile, quien confió muchísimo en mí. Y quería mencionar a María Gabriela Epumer… Me hubiese gustado de chica disponer de María Gabriela como dispuse de Charly, de Cerati... eso me hubiese acortado mucho camino, ahorrado muchos golpes. Hasta que no saqué mi tercer disco, no entendí que podía ser una artista de rock solista. Porque no lo había visto y, por ende, eso no era posible.
- ¿No creés que en cierto punto hay algo de corrección política en que te hayan entregado a vos el premio?
- Lo hay, pero de esa terna siento que lo merezco, no tengo dudas.
-¿ Por qué sentís que te lo merecías?
- Me lo merezco de esa terna. En el año salieron muchos discos con los que, si hubiese competido, quizás… no sé. Pero de los nominados conmigo... para ser considerados buenos discos tienen que haber generado un impacto en algún grupo de personas, idealmente que sean jóvenes, o idealmente, hablar de una temática de la que nadie hable. Y este es el caso. Trae algo nuevo, y lo nuevo en este caso viene de la mano del rock, es el punto en el que se empieza dar la mano con un discurso más interesante. No es para faltarles el respeto a los artistas que estaban nominados conmigo, bueno sí, a Andrés (Calamaro).
-¿Lo de faltarle el respeto a Andrés viene por sus dichos sobre el feminismo? ¿Cuánto hay que romper con el canon y discutirle a los intocables?
- Ser mujer en el rock y no ser condescendiente es permanentemente chocar con esas situaciones. Llegás a un lugar y tenés que reírte con el chiste del chabón que se te acerca un montón... son situaciones reales y constantes. El tema de Andrés: tenés el privilegio de disponer un montón de medios para decir cualquier cosa que quieras, ¿y elegís decir eso?. La verdad es que no me deja con muchas opciones. Prefiero no rendirle mucho respeto a una persona así. Fue mencionado mejor artista de rock masculino en estos premios una persona que dijo lo que dijo, y que tiene el poder de decir otras cosas o llamarse al silencio. Y otras cosas que hizo, que hablan de abuso de poder, que es justo a lo que el rock se opone.
- ¿Cuál creés que es el impacto que tiene tu disco y que llevó a que ganes el premio?
- El primer impacto que tuvo fue personal. Porque para mí este disco fue el primero en el que me animé a tomar las riendas que antes no agarraba. Con un equipo de gente que me dio ese lugar y me acompañó. Además, a empezar a hablar, siempre subestimé referirme a otra persona como mujer. De una cuestión romántica, y lo hice, y entendí la fuerza que tiene definirse en esos términos. No pienso que es discriminarse a uno mismo, al contrario. Es la identidad de género. Empecé a hablar en femenino… Siempre voy a buscar un impacto, inspirar. Para mí ese es el arte, tiene que generar un corte. La música es el mejor método para sacar cosas, no encuentro otro que se le parezca. Las canciones tienen una complejidad sagrada.
-¿Sentís que, en algún punto, el rock puede recuperar una fuerza discursiva a partir del movimiento femenino?
- El rock nació como eso… Eran personas que estaban haciendo cosas que molestaban, diciendo algo que nadie decía y reflejaba a una juventud que no tenía voz ni voto. Se alejaban de lugares clásicos. Así fue reinventándose, cada rama fue rebelándose contra la anterior porque ya tenía demasiados privilegios. Este momento es histórico porque se le ha dicho al rock que murió hace muchos años. Y yo siento que el rock de los hombres murió hace muchos años. Lo que nos tienen que dar es el espacio a todas las personas que por sólo pisar un escenario generan un impacto y un llamado de atención que ya ningún hombre puede generar con su voz.
- ¿Que pensás que tienen que hacer los hombres de la escena hoy en día?
- Lo que pueden generar con su mensaje es dar ese espacio a mujeres o alzándose por las causas, que no veo que suceda. Mucho posteo en Instagram del corazoncito verde y Ni Una Menos, todo bien... pero cuando están en un escenario no se preguntan por qué no hay pibas presentes. Entiendo que no hay una banda de mujeres que vendan tickets como Babasónicos, faltan esas grandes bandas. Pero no tenemos por qué identificarnos con el discurso de cómo un hombre ve al amor, al odio... También podemos identificarnos con una mujer, con una lesbiana, con un gay, trans, travesti, no binaria. En el momento en que conectás con esa persona, sacás del medio el tema del género. Por eso es importante, es un gran mensaje para todes. Las mujeres no queremos el lugar del hombre para hacer lo mismo que hicieron ellos, queremos distribuir y que haya espacio para todes.
- Probablemente este premio te haga ganar popularidad: ¿Cómo te llevás con eso?
- No me interesa, por lo cual obvio que estoy en una contradicción que está sucediendo (risas). Sigo en esta por convicciones e ideología porque estoy ocupando un lugar en un momento muy particular, pero quien me conoce sabe que soy de perfil bajo, prefiero hablar en estos contextos y no en mis shows, no me gustan los premios. Pero la cosa es tan grande y ya me excede. Si yo me voy, ¿quién está en este momento? Creo que tengo que estar acá para que haya más y después retirarme al campito (risas). Igual, sí, lo voy a guardar en mi corazón porque esto requirió muchísimo de mí. Siento que lo merezco como artista, luche constantemente, trato de ser lo más transparente y constructiva... y no estar de más en este ambiente.
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