Mariana Fabbiani: “No presento en mi programa algo que me hace ruido moral, tengo mis límites”
A cuatro meses de haber sido madre por segunda vez la conductora habló de cómo concilia su trabajo con la familia y de su buen momento profesional
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Son las 16.30 y el programa que conduce Mariana Fabbiani desde mayo de 2013, El diario de Mariana, se despidió hasta el día siguiente. Automáticamente todos abandonan su posición pero ella se queda, y con su sonrisa, que ya es una marca registrada, posa para las fotos de esta entrevista. Tiene una remera negra de encaje y short de jeans y su figura impecable no evidencia que fue madre de Máximo, su segundo hijo, hace solo cuatro meses.
Ahora es el turno del camarín, el lugar que desde diciembre se convirtió en el cuarto de su bebé mientras ella está en vivo por la pantalla de El Trece. Lo presenta. Máximo está dormido pero cuando entramos y escucha la voz de su madre, abre los ojos e inmediatamente continúa su descanso. "Está súper acostumbrado, se adapta a todo", dice Mariana mientras acompaña a la persona que lo cuida a la sala de al lado. Matilda, su hija mayor también está presente de algún modo: sus dibujos empapelan una de las paredes del camarín y allí se exhiben las primeras palabras que la nena de 4 años aprendió a escribir, Mariana, Mariano, Matilda, Máximo y Lola (el nombre de una amiguita). La familia que la conductora formó con Mariano Chihade, productor ejecutivo del programa, también está dibujada con fibras de distintos colores.
Mariana es espontánea y se mueve como una auténtica anfitriona de El Trece, el canal donde hace 20 años debutó como actriz en la comedia Son de Diez y que también la vio crecer como conductora en PNP junto a Raúl Portal, Mariana de casa y El artista del año.
-¿Está celosa Matilda de la llegada de Máximo?
-Un poco. Yo le pregunto qué siente para que lo saque afuera y mucho no dice. Por ahí viene y me pide algo justo cuando estoy bañando al gordo o Máximo se despierta y al segundo aparece ella.
-¿Cómo lo manejás?
-Estoy muy pendiente de no hacerle sentir ningún tipo de desplazamiento, casi te diría que estoy más pendiente de las necesidades de ella que del gordo que obviamente tengo que estar, así que como estoy todo el tiempo con él estoy más atenta a ella.
-¿A favor o en contra del colecho?
-No soy fundamentalista de ninguna de las dos posturas. Soy partidaria de que todo el afecto que uno le puede dar a un hijo es poco. Siempre hay que tratar de darle todo lo que uno puede y eso significa que si tiene ganas de dormir con vos te lo puedas traer. Somos el único mamífero que no duermen pegados a su cría. ¿Por qué nosotros queremos acostumbrarlos a los 5 meses a que duerman en otro lado? Voy viendo las necesidades de mi bebé. Hubo un momento en que lo veía cómodo en su cuna y ahora quizá está pidiendo venir más a la cama. Me relajo, además no va a dormir conmigo hasta los 16, entonces bueno… tampoco colecho a full, la intimidad de la pareja hay que cuidarla.
"Soy partidaria de que todo el afecto que uno le puede dar a un hijo es poco".
-¿Amamantás a Máximo?
-Si y tengo un poco de complemento nocturno a ver si tira un poco más pero no… [risas] Cada tres horas se despierta.
-¿Cómo te arreglás con la lactancia?
-La defiendo, trato de cuidarla, trabajando se complica. He sido muy constante con sacarme leche, no sólo porque refuerza el vínculo con tu bebé sino por lo que significa para su salud. Eso obliga a que entre un poco el tema del colecho porque estás a las tres de la mañana dándole la teta y por ahí te quedas dormida y el bebé está en la cama...
-¿Cómo fue largar el mando por dos meses?
-Me siento entre amigos. Con Angel [De Brito, quien quedó a cargo de la conducción durante su ausencia] tengo una relación súper linda. Siento que están todos elegidos por alguna razón y que estoy muy bien rodeada, cada uno en lo suyo, siento que son los mejores y eso me da mucha confianza. Nos llevamos bien fuera del aire. Por otro lado estuve muy concentrada en el bebé y Matilda, los miraba chocha desde casa en camisón todo el día.
-¿No pudiste tomarte más licencia?
-No, no podía y la verdad es que soy muy agradecida a mi trabajo y me encanta poder vivir de lo que me gusta y había que volver. Y por otra parte tenía la posibilidad de venir con él y no interrumpir la lactancia.
-¿Cómo fue volver al programa a los dos meses del parto?
-Es una organización absoluta. No es real que una llega estupenda y está todo ordenado y todo camina sobre rieles. Es lo que me pasa a mí y a cualquier mujer, pero intento ser positiva con todo.
-¿Te costó recuperar tu figura?
- Engordé 15 kilos. Genéticamente vuelvo rápido, igual siempre tenes la duda de qué va a pasar con tu cuerpo. Después de tener a Máximo empecé a cuidarme con las comidas, fue la primera vez que tuve que hacerlo. Por otro lado es difícil porque si estás amamantando la realidad es que no te tenés que cuidar demasiado porque si no, tenés un tema con la leche. A los tres meses empecé el gimnasio. Pero sobre todo yo creo que es un momento en la vida arrollador, de tanta profundidad que tampoco podes estar pendiente del cuerpo, eso te desconcentra de lo importante. Tuve días de mirarme el espejo y preguntarme esto va a quedarse así y a medida que va pasando el tiempo todo vuelve a su lugar y otras cosas no volverán pero bueno también yo tengo mucha aceptación de mi cuerpo, además de la bendición de tener un buen cuerpo entonces es más fácil aceptarse.
-¿Cerrás la fábrica?
-¡Si, por favor! [Risas y una mirada cómplice a uno de sus productores]
-¿Cómo te sentís cuando en el programa tenes que saltar de un tema a otro?
-Me siento muy cómoda, me permite llevarlo en mi tono. Siento que me costó encontrar el modo en el que yo me iba a parar pero una vez que lo encontré, arranqué. El tono del programa tiene mucho que ver conmigo, me gusta estar informada, tengo los pies bien plantados en la tierra.
"Yo no soy periodista, pregunto desde el sentido común, pregunto desde lo que creo que a la señora le interesa saber".
- Por estos días la agenda está tomada por temas políticos, ¿cómo los manejás en un programa en vivo?
-Con mucha responsabilidad. Sé que como comunicadora tengo una gran responsabilidad sobre lo que digo así que intento no hablar nunca a boca de jarro, me informo mucho. Yo no soy periodista, pregunto desde el sentido común, pregunto desde lo que creo que a la señora le interesa saber. Estoy rodeada de un equipo muy profesional eso también ayuda. A veces, como la señora en su casa, termino de informarme al aire y aprendo un montón.
-¿Cómo ves los programas de la farándula en la Argentina?
-No conozco tanto cómo se trata en otros lugares. Lo que conocí cuando trabajé en Telemundo, hice un programa para la mujer para Estados Unidos, es también bastante cruel. No me parece que acá sea peor que en otros lados.
-¿Cómo te sentís cuando tenés que meterte con los temas de la farándula, los chimentos?
- No me tomo demasiado en serio las cosas que no me puedo tomar en serio. Sí, darle importancia a algunos temas que por más que para mí no lo sean, lo son para los espectadores, entonces no reniego de lo que presento. Una vez que está en el sumario de mi programa lo defiendo y lo respeto. Soy cuidadosa con algunas temáticas porque de alguna manera me gusta presentar aquello que tiene que ver conmigo entonces no me gusta presentar algo que me hace ruido moral, tengo mis límites. Nosotros intentamos hacerlo siempre con respeto y con información que es la premisa. Lo que presentamos tiene que tener un fundamento y estar respaldado.
-¿Qué nuevos desafíos profesionales te gustaría experimentar?
-Hoy mi proyecto de hoy es conciliar la vida familiar con mis dos hijos y el programa que es intenso y largo. Ya el hecho de encontrar el equilibrio entre esas dos cosas me hace sentir súper satisfecha.
-¿Te ofrecieron hacer ficción?
-Muchísimas veces, pero siempre prioricé la conducción. De vez en cuando me pica el bichito de hacer teatro pero sé que no es ahora, sería imposible. Sí es un proyecto para dentro de un tiempo, por lo menos para divertirme desde un lugar más lúdico que me conecte con esa parte mía que hizo que yo me meta en el ambiente artístico y que después la vida me fue llevando hasta acá. Eso está en mí, yo siento que primero fui actriz y después conductora.
-¿Cómo es trabajar con Mariano?
-Está bueno, nos llevamos bien, nos respetamos, nos cuidamos y sobre todo nos admiramos mucho.
-¿Qué pasa si un día pelean en casa?
-[Risas] Acá se separa todo. Los roles no son iguales en casa que en el trabajo. Logramos encontrar una manera de relacionarnos que no afecte lo personal ni lo laboral porque es muy difícil si no. Somos cuidadosos de no llevar el tema laboral a casa. Aparte, no tenemos opción porque mi hija habla y no nos deja hablar a nosotros. Si queremos hablar de algo tiene que ser después de que se durmió porque ella es el centro.
-Lo mejor de trabajar con Mariano...
-Se comparte de todo, las alegrías y los problemas se soportan conjuntamente. El me transmite su confianza y yo confío ciegamente en su rol.
- ¿Y lo peor?
-Por suerte no lo estoy padeciendo, pero me imagino que sería que el trabajo esté entrometido con la vida familiar, eso a veces pasa, hay que ser cuidadoso con las formas. Pero no nos está afectando. Si es algo a lo que le tengo respeto y entonces cuido. Tenemos nuestros convenios esto lo hacemos esto no, esto lo hablamos acá o allá.
"[Trabajar con mi marido] está bueno, nos llevamos bien, nos respetamos, nos cuidamos y sobre todo nos admiramos mucho".
-¿Cómo está tu relación con Humberto Tortonese?
-Bien, rebien, hablé hace poco con él. Me llamó por mi cumple. Lo adoro, Torto es un amigo, lo extraño siempre trabajando porque me divertí mucho con él. Es un tipo que va a estar siempre en mi vida. Lo quiero profundamente. Todavía no lo conoció a Máximo porque justo vinieron las vacaciones así que tenemos pendiente el encuentro.
-Por último, ¿vas a tomarte vacaciones?
-No tengo ganas de tomarme vacaciones, el bebé es muy chiquito, por ahí una semana más adelante. Me faltan las vacaciones largas. A mí me gusta trabajar. Me hace sentir orgullosa haberme podido organizar, a veces peco de demasiado organizada pero es la única manera de que las cosas funcionen. El programa me gusta, lo disfruto, y las vacaciones llegarán en algún momento. Le tengo que pedir permiso a mi marido, el productor [risas].
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