Mariana Cincunegui y un caos colorido para chicos
En el flamante Museo de Arte Contemporáneo de la ciudad, la intérprete une música y artes plásticas en un delicioso show
MAR DEL PLATA.- Buenas noticias para todos los veraneantes con hijos que cada temporada se preguntan qué hacer con los chicos cuando el sol baja y la hora de playa se acaba: hay vida más allá de los locales de videojuegos.
Entre la variedad de propuestas para toda la familia que lanzó el Museo de Arte Contemporáneo (MAR), recientemente inaugurado en esta ciudad, destacan dos destinadas especialmente a los más chicos. Y ambas llevan la firma de Mariana Cincunegui, conocida mentora del proyecto Piojos y piojitos. Además de ofrecer un show todos los viernes de este mes, a las 20.30 en el anfiteatro del museo (donde será telonera de Peteco Carabajal, Lito Vitale y otros artistas), los jueves, a las 21 y a las 21.30, respectivamente, Cincunegui y su banda recrean la versión playera de "Noche de linternas", una intervención artística que ya habían llevado a la biblioteca La Nube, la Biblioteca Nacional, el Parque de la Memoria y el Museo Larreta, entre otros espacios.
La propuesta es sencilla y transgresora: hacer música para chicos por fuera de los límites del teatro y en un horario que por lo general está reservado a los adultos. "Para los chicos es como ir a la escuela de noche: todo se ve un poco distinto", se entusiasma Cincunegui.
La sala 2 del museo está a oscuras. Adentro, los músicos ultiman detalles para la primera pasada de la noche. Afuera, un grupo de chicos y sus papás, linterna en mano, esperan para pasar. La música de la banda -Santiago Valiente en guitarra y voz, Agustina Gómez en charango y voz, Javier Mareco en dirección, arreglos, bajo y voz; Nicolás Cattaneo en órgano, Martín Sánchez en vibráfono y percusión- comienza a sonar: señal de arranque. Los chicos entran, miran e investigan el espacio con sus foquitos como guía mientras escuchan la consigna: "Cuando la música suene, vamos a descubrir los cuadros, cómo están hechos, sus formas y sus colores. Pero, ¡atentos! Si la música para, tenemos que congelarnos y congelar nuestra luz en algún rincón".
Mientras las lucecitas exploran las obras de Edgardo Giménez, Juan Carlos Distéfano y Marie Orensanz (la muestra de la que forman parte se llama El espíritu pop , está curada por Rodrigo Alonso y recorre la historia de este movimiento en la Argentina), un grupo de intrépidos se adentra en la instalación Love & Life , de Delia Cancela, y se pone a bailar. Desde la otra punta de la sala, la banda de Cincunegui sigue ofreciendo su versión de "Yellow Submarine".
Un caos colorido, que contrasta con la habitual actitud contemplativa de los museos pero que está en sintonía con lo que sucede en el MAR, donde los veraneantes le ponen el pecho a filas larguísimas para sacarse una foto con el enorme lobo marino recubierto de papel de alfajores Havanna (obra de Marta Minujín, claro) y para conocer tanto la obra de artistas del Instituto Di Tella como el homenaje a Olmedo y Sandro. No importa la edad de los visitantes, tampoco importa su clase social: el MAR, durante estos días de furia veraniega, cumple con la vieja utopía de que los museos puedan ser para todos. De vuelta en la sala 2, los chicos se despiden de los músicos cantando clásicos de María Elena Walsh. Muchos de ellos, probablemente sin saberlo, han descubierto los años 60 por primera vez.
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