María Julia Oliván: "Para la lógica del kirchnerismo, soy una traidora"
La periodista regresa a El Trece para el nuevo programa de Germán Paoloski y habló con Personajes.tv sobre este nuevo desafío y lo que significó en su carrera su paso por 678
Faltan apenas unos días para que la cara de María Julia Oliván se vea por la pantalla de El Trece. Sí, la periodista regresa a un canal que no la tenía entre sus figuras desde 2009, año que empezó a conducir 678. Pero desde el próximo lunes, a las 11.30, se la podrá ver en La mesa está lista, el nuevo programa Germán Paoloski, aunque este cambio en su vida no significa que quiera irse de Intratables. No, todo lo contrario, aún intenta que ambos programas puedan convivir, pero todavía no tiene la última palabra. De este nuevo desafío laboral se sentó a charlar con Personajes.tv
-¿Cómo surgió esta propuesta?
-Me llamó Martín Kweller, me llamó German también y me pareció piola, un desafío interesante el hecho de estar en la casa de la gente a la mañana. Hace mucho me habían ofrecido conducir Mañaneras y no acepté porque estaba haciendo un programa de radio y es la única cosa de a la que me arrepentí en mi carrera. Dije que no, absurdo.
-Diez años después llega la revancha...
-Sí, y me gusta la idea del volver a El Trece, desde el 2008 que no trabajo ahí. Hice Kaos,La liga y Argentinos por su nombre. Y el equipo que armó Germán me parece buenísimo.
-¿Tuviste dudas?
-La duda era por Intratables, un programa que a mí me gusta mucho. Lo quiero seguir haciendo, espero que podamos resolverlo, mi intención es seguir y vamos a ver cómo se desarrollan las cosas.
-Te ganaste un lindo lugar ahí.
-Sí, me encanta. Al principio hubo que adaptarse porque era un programa de espectáculos, después porque éramos muchos... Pero en este momento encontré mi espacio y lo estoy disfrutando. Además, cuando no voy, me gusta verlo desde casa. Es un programa donde estás a flor de piel.
-¿Qué pasó con la llegada de Agustina Kämpfer?
-Yo llegaba de vacaciones cuando me enteré y me llamó la atención, me shockeó un poco. Me descolocó, pero en el día a día no nos afecta en nada. Pasado el primer período en que era raro verla a ella en el estudio como una panelista más...
-¿Por qué era raro?
-Porque a todos nos parecía una noticia, la noticia que está procesada la ex mujer de Boudou... Y sacarla de ese lugar y verla como una compañera y escucharla hablar de corrupción a mí me hacía ruido, pero también me parece que es parte de esa libertad que tiene Intratables. En ese sentido está bueno.
-El día que discutieron fuerte a vos se te notó con bronca o resentimiento, ¿puede ser?
-Yo estaba escuchando que ella decía que toda su relación con Boudou no le había dado ningún beneficio, ahí yo le dije lo que le dije. Resentimiento no le tengo porque gracias a Dios me fue muy bien. ¿Qué le puedo envidiar a alguien? Soy una agradecida.
-¿Te gustó verte en esa pelea?
-No, pero por otro lado todo lo que me pasa en la calle cuando salto porque me enojo es que la gente también se está enojando en su casa. Lo que pasa es que no tengo filtro y después no me gusta verlo, pero por otro lado está bueno ser honesto con lo que uno siente. No fue algo que planeé enojarme con esta chica, pero frente a semejante cantidad de argumento como tomándonos a todos un poco el pelo, me hizo saltar. Cuando escucho algo que es muy mentira, salto. Soy muy vehemente.
-¿Eso es bueno para ser periodista en televisión?
-Es difícil de manejar, queda raro, pero la gente que me conoce hace muchos años valora la sinceridad, sobre todo en un ambiente que es tan falso, tan careta. Yo no tengo un personaje, soy una persona que a veces se enoja con la realidad. Todavía me indigno, eso es algo valioso. Si vos no te indignás por nada, sos cínico y yo no soy cínica y la mayoría de la gente, tampoco. Entonces cuando a uno en la cara le están diciendo una cosa que le suena muy armada por un abogado...
-¿Tenés relación con Agustina, ahora?
-No, no. Nos cruzamos, pero no tenemos relación.
-¿Y con Diego Brancatelli?
-No tenemos problemas fuera del aire, los hemos tenido, pero se solucionaron, hablamos mucho, tenemos un chat grupal… Con él sí tenemos charlas, diálogo, es un compañero más, alguien normal.
-Y vos supiste estar de un lado y del otro de la llamada grieta, ¿cómo fue eso?
-Cuando estaba en 678 no me hablaba nadie. No me hablaban mis compañeros, salvo Cabito y Carla. El productor tampoco me hablaba y cuando me fui, se enojaron los fans del programa y antes de irme estaban enojados los que no les gustaba el programa.
-¿Cómo te fue cuando renunciaste?
-Fue un año muy difícil de mi vida porque la verdad es que yo fui a conducir un programa sobre medios, que era lo que hacía la productora de Gvirtz con TVR y cuando fue sucediendo el programa me fui dando cuenta qué objetivo tenía 678. Primero lo planteé desde adentro y cuando me dí cuenta de que no tenía ninguna influencia sobre eso decidí irme. Trataron de convencerme para que me quede, me decían que era valioso que pensara distinto, pero yo sentía que no podía estar tan en desacuerdo. Me fui y me quedé sin nada. Me ofrecieron trabajar en Radio Nacional, pero dije que no porque me parecía que era medio lo mismo. Y todo ese año, 2010, volví a dar clases en la facultad, trabajé en 360 TV. En 2011, hice un programa en Radio Belgrano, pero tele de aire no hice por dos años o tres. No fue fácil.
-¿Cómo te reinventaste?
-Con el blog. Un periodista cuando no tiene aire va hablando solo, le habla a la radio, le habla al televisor... Tiene necesidad de decir lo que está pasando, lo que se entera. Entonces dije: "¿qué hago?" Como no estaba saliendo ningún trabajo porque evidentemente todavía estaba estigmatizada, me puse a escribir un blog en el bar de la esquina de mi casa. Me sentaba y escribía sobre distintos temas. Y bueno, medios grandes empezaron a levantar algunas notas y un día me llamó Movistar para auspiciarme. Ahí empecé a llamar a otros periodistas y armé un medio propio, Border periodismo. Hoy tengo 10 colaboradores. Eso me encanta.
-¿Cómo volviste a la tele?
-En 2012, trabajé en la Delta FM, y al año siguiente me llamaron de Intratables. Me pareció raro el nombre, me invitaron varias veces, me ofrecieron quedarme y fui encontrando mi lugar y se fue transformando en el programa en el que me gusta trabajar.
-678 te dio la posibilidad de hacer una entrevista histórica: a Néstor Kirchner.
-Sí, yo ya había renunciado y de producción me llamaron para que haga esa nota. Me dijeron después que Kirchner había pedido que yo esté.
-¿A Cristina nunca intentaste entrevistarla?
-Intenté una vez pero no me dio mucha bola Scoccimarro [el secretario de Comunicación Pública]. Fue muy cerrado y desistí. Me doy cuenta de que para la lógica del kirchnerismo, yo soy una traidora. Entonces no creo que me la vaya a dar.
-¿Cómo te ubicás con respecto al kirchnerismo?
-Me parece que hizo cosas muy valiosas, pero tiene una forma de manejar el poder que es muy útil a los efectos de conservar el poder y a mí no me gusta porque excluye muchos sectores. Es muy para adentro, muy endogámico. Pienso que una sociedad se construye mejor armando consensos y no tantas peleas. Y un proyecto político en un país peronista, se construye mejor armando batallas culturales que muchas veces no son reales y son parte de un relato. No es real que el Gobierno se enfrenta a las corporaciones. El que compra ese relato, así entero, bueno, le falta un poco de información. Igual, me parece audaz cómo ejerce el poder Cristina. ¿Si eso le hace bien al país? No sé. Es lo que la sociedad ha votado, un país muy personalista. A mí me gustaría que haya más consenso, que no sea una debilidad hablar con el adversario político, sino que sea una fortaleza. Otra lógica.
-Dijiste que para la lógica del kirchnerismo sos una traidora, ¿te dicen algo?
-No. Ahora que estoy al aire tengo más tiempo de explicar lo que pienso y lo que más recibo es afecto. Me presiona para bien.
-¿Cómo es tu vida personal?
-Muy feliz. Tengo una familia con mi novio. El tiene un hijo de 15 años y la pasamos bien. Nos gustaría tener un hijo, pero vamos a ver si se da. Mientras, la pasamos genial, viajamos, invitamos amigos a cenar, estamos con nuestras familias, paseamos, hacemos lo que queremos. Sabemos que si no tenemos un hijo, igual vamos a ser re felices.
-¿Tu novio te banca?
-Me re banca. Me espera, me escucha, me cocina.
-¿Es celoso?
-Sí, está atento a todo.
-¿Y vos?
-Sí, pero no tengo motivos porque lo tengo todo controlado y no veo nada. Según todos los sistemas que tengo instalados en su teléfono, ¡no hay motivos! El es un amor, me charla, me escucha, me hace mimitos en la cabeza para que me duerma...
-¿Siempre tuviste suerte con los hombres?
-¡No! Yo he tenido parejas que querían anularme... Se sentían amenazados porque me iba bien. Mi novio cada vez que me voy a la tele me dice: "divertite", "pasala bien", "rompela". Me dice "la Messi del periodismo". Es un genio.
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